Nacido en Coronel Pringless (Provincia de Buenos Aires, 1948), lo cierto es que el argentino Mario Merlino bien que tenía la ciudadanía madrileña, pues allí vivió treinta y tres años, desde que llegará en 1976 hasta su fallecimiento en 2009. Reconocido como traductor del portugués e italiano, poco se prodigó con la publicación de su propia poesía. El editor de su poemario “Missa pedestris” (Verbum, Madrid, 2000), Pío Serrano, recomendó su invitación al VI Encuentro de Poetas Iberoamericanos, y aquí lo tuvimos el mes de octubre de 2004, cuando el homenaje a Jesús Hilario Tundidor.
Retrato de Mario Merlino. Miguel Elías
Hacemos memoria de él, pues gracias al empeño del madrileño Benito del Pliego, profesor en el Departamento de Lenguas y Literaturas Extranjeras de Appalachian State University, en Carolina del Norte, Estados Unidos, tenemos una amplia muestra de la poesía escrita por Merlino. Loable trabajo de rescate de un poeta que remó fuerte en los cráteres del deseo, lava nutriente que lo blindó de pérdidas y distancias”.
Desde Salamanca, nuestro recuerdo y también el rescate de textos suyos que no resultan muy conocidos, así como de un poema escrito a mano por él. Agradecemos al destacado pintor Miguel Elías, su permiso para utilizar el retrato que le hiciera en 2004.
Textos de “Voces comunes y otros poemas. Obra reunida 1977-2006”, Fondo de Cultura Económica, Madrid, 2012, pp. 298). Edición e introducción de Benito del Pliego.
A ver si vamos
o nos dejamos estar entre las sábanas
y la luz es el goce
que apunta desde tu otro lado
a ver a ver
esto resulta
como la perra que nos muerde
y nos arrastra por salas
donde se esparcen
las uñas y los gritos
esto resulta
una tierra agria y aburrida
una temporada
más en el infierno
de los indiferentes
NAUFRAGUS AMORIS
breve ha sido el infierno
breve el animal
breve la furia
breve el paso sin rumbo
las cartas salen a balcón traviesa
y hay en el cielo leyendas inaudibles
en vuelo hacia tus manos
pero no estás
y tal vez al fin de cuentas dé lo mismo
tal vez sea mejor inventar
un cuerpo velado
entre las sábanas de cualquier país
sin saber qué pasos son los suyos
sin saber a dónde van mis pasos
tú pretexto del deseo
tú imagen posible
retrato de quien fui hace mucho tiempo
homicida fervor que se resiste
aunque se borre el rastro de las playas
de la voz que perdura en el teléfono
de los dedos magritte en el armario
de los pesares compartidos
con succiones casi eternas
ahora siendo náufrago de amor
asceta de algún dios que no retorna
un dios cojo
un dios que hace teatro
y olvida la letra
o pierde los papeles
paspeles donde Yo naufragando reconstruyo
emborrono apuntes de los que fue o sería
perderse sin haberse visto nunca
TREINTA Y UNO
y así será mejor
ahora y en la hora
no habrá que conquistar los pasaportes
vanos serán el nombre y el renombre
se hará posada franca entre las piernas
se perderá la voz de beso en beso
Textos de la antología “El corazón de la palabra”. VI Encuentro de Poetas Iberoamericanos (Edifsa, Salamanca, 2004, pp. 190). Edición de A. P. Alencart
RITOS DE PASO
mientras la muerte amena
repueble aún mi furia
y el viaje me revele
los últimos vestigios
me armaré yo de un filo de silencio
para entrar en tu texto más oscuro
uno que esconda marcas de naufragio
uno que sea vino y se derrame
o abrigue una palabra pura sangre
soltando de una vez
ese clamor rotundo
de animal que boquea
NO SÉ
no sé qué hacer
no sé
cuando estallan
las paredes
y nuestros jadeos
cortan la luz
TU HERMOSURA
desde un papel en pedazos
y tu voz que se astilla
el vino a raudales
y los besos a oscuras
la muerte por carta
y el sudor entrevisto
desde que fui perdiendo la palabra
y se hizo diario el oficio de perderte
ya no retuve la sábana primera
del amor hecho añicos
ni la tierra santa
de nuestras pisadas
los sueños son ahogados y en vano
el venturoso mar ahuyenta
tu hermosura
tu hermosura:
ese disparo que no me deja morir
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