ELENA PONIATOWSKA PRESENTA A SEIS CUENTISTAS MEXICANOS QUE NO DEBERÍAS DEJAR DE LEER

 

 

 

 

 

1 La escritora Elena Poniatowska, Premio Cervantes 2013

La escritora Elena Poniatowska, Premio Cervantes 2013

 

 

Crear en Salamanca tiene el privilegio de reproducir el prólogo que, para el libro de cuentos «Tiempos Irredentos», ha escrito la notable narradora y periodista mexicana Elena Poniatowska, Premio Cervantes 2013. «Tiempos Irredentos» acaba de ser publicado (en edición bilingüe y en Miami) por Katakana editores, un nuevo emprendimiento de la excelente revista Nagari que dirige Alejandra Ferrazza. La antología tiene como editor al escritor mexicano Omar Villasana, residente en Florida.

 

Este preciosa muestra antológica para conocer la narrativa mexicana actual puede ser adquirida vía Amazon. Aquí el enlace:

 

https://www.amazon.com/Tiempos-Irredentos-Unrepentant-Bilingual-Spanish/dp/0692884130/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1494987605&sr=8-1&keywords=Tiempos+Irredentos

 

2 Portada de Tiempos irredentos

Portada de Tiempos irredentos

 

Elena Poniatowska Amor

 

PARA MUESTRA UN BOTÓN

(Alberto Chimal, Erika Mergruen, Yuri Herrera, Isaí Moreno, Úrsula Fuentesberain y Lorea Canales)

 

 

Este libro reúne seis cuentos de autores mexicanos, la mayoría nacidos entre 1967 y 1972, salvo Úrsula Fuentesberain que nació en 1982. En cada una de las historias prevalece la originalidad y el gozo de la escritura, rasgos que distinguen a los autores, pero también está presente la violencia, móvil de cada uno de los relatos y que fue la consigna bajo la cual mi amigo Omar Villasana –compilador de la edición– convocó a los narradores.

 

3 Alberto Chimal

Alberto Chimal

 

El primer texto, “Frío”, de Alberto Chimal es una lección para los aprendices de la escritura en cuanto a la caracterización de los personajes (el retrato de Cosme Valek es exquisito); el final abierto y la chispa humorística que atraviesa el relato de principio a fin lo hacen una digna muestra de la literatura de Alberto Chimal, quien escribe desde el momento en que ganó el premio “Becarios” del Centro Toluqueño de Escritores a los diecisiete años y desde entonces no ha dejado de crear. Aunque cursó una carrera tecnológica (Ingeniería en Sistemas Computacionales) y se graduó con honores, siempre supo que lo suyo eran las letras. Lo conocí un poco gracias a la amistad de Magda Solís una estupenda maestra de literatura que compartió un taller en casa de Alicia Trueba en la que fueron maestros Hugo Hiriart, Rosa Beltrán, Juan Villoro, Agustín Ramos, Raúl Ortíz y Ortíz, Tatiana Espinasa, Estela Inda y tantos escritores hoy con­ sagrados que también consagraron a alumnos tan distinguidos como Rosa Nissan y Silvia Molina.

 

En su cuento, Chimal se ríe de la charlatanería, tan común y tan arraigada en una parte de la sociedad que recurre a personajes deplorables como Cosme Valek en busca de soluciones a problemas que van desde un reflujo gástrico hasta un “mal de amores”. La violencia que ejercen contra quienes tocan a su puerta quizá no sea directa como lo veremos en otros re­ latos aquí reunidos sino una menos sangrienta pero no por eso menos criminal: la estafa a la buena fe. Chimal, logra un relato lleno de humor y por momentos de sarcasmo: “Es que Cosme, brincando de contacto en contacto, ya está llegando alto. Ya conoce a amigos de Miguel Ángel –le dice así, nada más, como si no supiéramos que es Miguel Ángel el Mero Mero Secretario, el hombre más poderoso de México– y cualquier día le va a tocar atenderlo. Y luego (claro) seguirá con Enrique”. Al tono relajado del texto suma un final que deja frío al narrador pero también al lector. Alberto Chimal es uno de los escritores contemporáneos más prolíficos. A su trabajo con la ficción o mejor dicho, la minificción, debemos sumar su actividad académica y sus múltiples talleres a los que los chavos acuden con entusiasmo febril. Es fácil ver en el metro a jovencitas con las narices pegadas a libros como “Gente del mundo” o “Grey”. Él, modesto, declara que es un escritor con “algunos lectores”, pero miles de muchachos no opinan lo mismo.

 

4 Erika Mergruen (foto de Antonio Cruz)

Erika Mergruen (foto de Antonio Cruz)

 

El tratamiento de un tema difícil se condensa en “Eutanasia” de Erika Mergruen junto a una escritura por demás pulida.

 

La repetición de párrafos para insistir en el estado comatoso de tres personajes es un acierto literario porque el lector le hace frente a la misma situación aunque no al mismo paciente: un niño, una anciana y un hombre. La autora juega acertadamente con la numeración de los cuartos (los mismos números en diferentes posiciones: 657, 576, 756) y da a entender que sus personajes tienen algo en común más allá de su estado vegetativo, quien tendrá que descubrirlo es el lector. Erika Mergruen, ha publicado más de una docena de libros, es colaboradora de “La Jornada Aguascalientes” y una amante de la minificción. En “Eutanasia” logra condensar una violencia de la que poco hablamos: aquella que nos provoca la muerte de los seres queridos.

 

 

5 Isaí Moreno (foto de Agustín Martínez)

Isaí Moreno (foto de Agustín Martínez)

Isaí Moreno es el autor de “Rottweiler”, y como buen profe­sor de Matemáticas –lo fue antes de optar por la literatura– combina las ecuaciones gramaticales y las raíces cuadradas de los verbos para entregarnos un cuento en el que terminamos amando a Octavito, el pequeño protagonista sordo de un oído y dueño del “Chiquis”, el perro que desencadena la tragedia anunciada desde las primeras líneas. Isaí Moreno introduce el tema de la violencia sin llegar al morbo, incluso su des­ enlace es una muestra de cómo se puede hablar de ella sin caer en lo truculento. La violencia está presente en los sitios menos pensados. ¿Cuántos Octavitos se exponen en los parques y glorietas de nuestro país? ¿Qué hacemos para salvar­ los? Isaí Moreno, ganador del Premio Juan Rulfo de Primera Novela (1999) y catedrático en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México logra un excelente relato con una historia aparentemente trivial: las aventuras de dos niños en un par­ que de la colonia Romero Rubio en la Ciudad de México.

 

6 Yuri Herrera

Yuri Herrera

 

“Los otros”, de Yuri Herrera, es un ejemplo de la NUEVA buena escritura que practica este autor y que comprobamos en cada una de sus líneas, construidas con esmero y trabajadas sustantivo por sustantivo. Yuri hace honor a la frase aquella de que “la literatura es un diez por ciento de inspiración y un no­ venta por ciento de transpiración”, y lo imagino sudando frente a su computadora, hasta que se le ocurre el sitio exacto para teclear la frase clave de su relato: “Fue mi primera novia. La primera con la que tuve sexo al menos”. A partir de ahí el lector asiste a una tragicomedia ante cuyo desenlace no sabe si reír o llorar, al igual que los protagonistas. Yuri Herrera, doctor en Letras por la Universidad de Berkeley, es sin duda uno de los más relevantes narradores del siglo XXI mexicano y aquí nos da una pequeña muestra de su gran capacidad de creación. Lo digo con conocimiento de causa porque lo vi trabajar con pasión en el taller de Alicia Trueba.

 

7 Úrsula Fuentesberain

Úrsula Fuentesberain

 

En su cuento “Preguntas sobre la propagación del moho” Úrsula Fuentesberain rinde homenaje a una de las tantas tragedias que hemos sufrido los mexicanos: el incendio de la Guardería ABC en Hermosillo, Sonora, en junio de 2009. La narradora –una madre de familia– concentra su violencia en un largo monólogo donde lo que queda claro es que no sólo los niños fueron las víctimas de esta negligencia estatal que hasta la fecha no tiene culpables, sino los padres de familia a los que aún no se les hace justicia después de que 19 funcionarios fueron señalados. La creación de la voz femenina por la que conocemos al padre y al hijo muerto, es una acertada manera de “hurgar” en las heridas que esta tragedia dejó en las familias afectadas. Úrsula Fuentesberain ha sabido ponerse en los zapatos de estas mujeres que sienten que después de la terrible muerte de sus hijos la vida no tiene sentido; sin caer en el melodrama, la autora logra un texto tenso sostenido por una voz narradora que por momentos se quiebra y quiebra al lector. A sus escasos treinta y cuatro años, Úrsula ha publicado un excelente libro de cuentos “Esa membrana finísima” (2014) y sus relatos están recopilados en nueve antologías.

 

8 Lorea Canales (foto de César Flores9

Lorea Canales (foto de César Flores)

 

Finalmente leemos a Lorea Canales, autora de las novelas “Apenas Marta” –una de las mejores del año 2011 según el periódico “Reforma”– y “Los perros”. Su cuento, “Kilimanjaro” es un juego de sentimientos y traiciones por la violencia que crucifica a nuestro país y la doble moral de la sociedad mexicana. Su título alude a la montaña del mismo nombre ubicada en Tanzania (África Central) y formada por tres volcanes. De esta manera se sugiere el trío (o los tríos) que aparecen en el texto: Luis­Margarita­Miguel, Miguel­Lucía­Margarita. Sin olvidar el erotismo, introduce datos que nos sugieren que la protagonista huye de México por miedo. De quiénes y por qué escapa es lo de menos porque la anécdota que Lorea termina narrando es la personal, aquella que implica las pasiones y tormentos y que –finalmente– es la valiosa porque en ella nos reconocemos. De manera hábil, Lorea Canales recorta los rasgos de una mujer de clase alta en un momento clave de su vida y hace una retrospectiva con la que entramos a un mundo que, si en un principio nos parecía ajeno, al final aceptamos como propio.

 

Brillante carrera la de esta abogada y escritora residente en Nueva York y quien no pierde de vista los sinsabores de su México natal, tal como lo demuestra su obra.

 

Bien dice el dicho que para muestra basta un botón, y los seis relatos reunidos son una clara muestra del potencial literario en México y un aliciente para los jóvenes creadores que, sin duda, sabrán descubrir el rigor escondido tras cada una de sus líneas. La mayoría de estos escritores tienen un blog como Úrsula Fuentesberain o Erika Megruen o creen en la “Twitter– literatura” como Alberto Chimal, quien lanzó la idea de escribir un minicuento o una micronovela con 140 caracteres para publicarla en Twitter. Todos se mueven en la red como peces en el agua; son otra generación de escritores que envidio porque han sabido integrarse al mundo que nos rodea.

 

 

 

Esta misma antología se publicará como e­book, término al que todavía no me acostumbro pero me llena de alegría al saber que circulará de web en web y miles de internautas disfrutarán más allá de las fronteras, algo tan necesario en los tiempos actuales cuando algunos se afanan por levantar mu­ ros y cerrar puertas.

 

 

9 Omar Villasana (Foto de Miami Dade College)

Omar Villasana (Foto de Miami Dade College)

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