EL UNIVERSO SENTIDO DE STORNI & PIZARNIK: INTRODUCCIÓN AL NUEVO LIBRO DE LUIS CRUZ-VILLALOBOS

 

 

Crear en Salamanca se complace en presentar una introducción a la más reciente obra del poeta y psicólogo chileno Luis Cruz-Villalobos, titulada ‘Storni & Pizarnik y otros poemas’ (Hebel, 2025), preparada por la poeta argentina Magdalena Biota.

 

 

Magdalena Biota, la portada del libro y Luis Cruz-Villalobos

 

Magdalena Biota es una poeta, escritora y música argentina, doctora en ciencias sociales y humanas (Universidad Nacional de Quilmes), traductora pública en inglés (Universidad Nacional de La Plata) y especialista en gestión de bibliotecas (Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales). Desde 2013 coordina actividades de formación y divulgación en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). También es autora de de los libros: Personas (Croupier, 2015), Ciudad de una lengua (Ediciones en Danza, 2019) y Poética / Poetics (NoteBook Poiesis & Cross-Cultural Communications, 2024).

Por su parte, Luis Cruz-Villalobos es poeta, editor, psicólogo y académico chileno, con una amplia obra poética y ensayística, con más de 60 libros publicados. Es doctor en filosofía por la Vrije Universiteit Amsterdam, miembro de la Sociedad de Escritores de Chile y director titular de diario de crítica cultural Cine y Literatura. Parte de sus obras han sido traducidas a varios idiomas y ha recibido reconocimientos internacionales por su labor literaria y cultural.

 

Migrar con la palabra al interior del universo sentido

 

En el silencio habita el misterio, en las palabras, la imposibilidad de abarcar la totalidad del universo sentido. No solo en tanto esa porción asociada a un aspecto cognoscitivo del discurso, sino especialmente en aquello que se puede intuir y resulta inefable, elusivo a la enunciación. Salvo en la poesía. En el libro Storni & Pizarnik y otros poemas, Luis Cruz-Villalobos pareciera querer migrar, irse para construir una voz en los límites de lo decible. Con la muerte como horizonte de significación, explora el no decir como significante. En ese vacío que impone la muerte -y entre las muertes, el suicidio- indaga en las implicancias del silencio como mensaje, en un viaje poético que se sustrae a los límites de lo comunicable, hacia ese territorio donde la ausencia resuena por su propia voz y el silencio, como un abismo, habla con presencia plena.

 

La poesía de Cruz-Villalobos no solo dialoga con Alfonsina Storni y Alejandra Pizarnik, sino que las convoca como interlocutoras esenciales para trazar un mapa de significados suspendidos. Lo que queda entre las letras, entre los versos, es el espacio de un diálogo silencioso entre experiencias poéticas. En ese diálogo que entabla, enuncia un camino hacia su verso actual y renovado. Como un eco que persiste entre versos, las palabras de las poetas reverberan en las suyas, entrelazándose para hilvanar una lectura en clave con su propio proyecto poético, un tejido en el que las evocaciones y las preguntas se entrecruzan en una búsqueda por el sentido de la experiencia humana.

 

En el umbral de lo que Heidegger nombra como lo “todavía-no-determinable” y lo “todavía-no-determinado”, procura atisbar lo absoluto, el objeto primigenio, “lo que en esencia no posee determinación ninguna como tal”. ¿Qué es lo comunicable? ¿Qué comunica el silencio de la muerte? ¿Qué mensaje emerge cuando las palabras dan cuenta de un cuerpo ausente? ¿Qué permanece cuando el lenguaje se enfrenta a su límite? Luis Cruz-Villalobos invita al lector a explorar el vacío, ese espacio que queda entre los versos, un lugar donde las imágenes abren nuevas dimensiones. En este ejercicio no solo revisita su propia obra, sino que la resignifica, expandiendo el alcance de los simbolismos y permitiendo que nuevas lecturas emerjan desde las grietas de lo inasible.

 

En estos poemas, el árbol deshojado y sin flores no es ausencia, sino potencia: un cosmos en sí mismo. La poesía se convierte en un organismo vivo, en un proceso de autopoiesis que transforma lo efímero en inmensidad. De la misma forma que una palabra gastada puede aún volar, la poesía de Cruz-Villalobos nos invita a habitar ese espacio donde la fragilidad de lo humano se convierte en materia cósmica, donde la memoria fugaz de un verso puede abarcar lo infinito.

 

Leer este libro es transitar el riesgo de escuchar el silencio, de encontrar en él un sentido nuevo, una forma de habitar lo indecible. Implica asumir el desafío de la finitud e invita a iluminar ese lugar en que la poesía sirve como el tamiz para enunciar el universo. En los confines de un lenguaje que agota sus efectos en la retórica de lo convencional, el enunciado poético se reinventa con las elipsis y la introspección. La “gastada palabra que aún vuela” es “rezo”, “oración fulgurante”. Hacia ese borde donde las palabras tambalean y lo ausente deviene significante, en esa frontera, está la esencia de la obra: un acto de reafirmar la urgencia de la memoria, una celebración del misterio que nos constituye como seres de lenguaje frente a la mordaza y el olvido.

 

La poética resurge como una construcción fugaz, que da cuenta de un modo de enunciar. Sobre aquella inmaterial sustancia, la inmensidad se diluye en sí misma. En la polifonía de los símbolos, en el universo semántico de la metáfora, la clave de lectura con la que el autor habita e invita a habitar la obra y explorar lo que explota. En el árbol, el cosmos. Superficies volcánicas que, hidratadas, dan frutos de arcanos y asteroides: “dulce galaxia espiral” que abriga padeceres. El lenguaje no solo comunica; también calla, susurra y reverbera en los albores de una precaria existencia que perdura en la sensibilidad de mirar y migrar para contemplar el mundo a través de la poesía.

 

 

Magdalena Biota, PhD

Buenos Aires, verano de 2025

 

 

Para adquirir una copia en papel del libro Storni & Pizarnik y otros poemas, puede acceder al siguiente link

 

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