El sueño
Parece que amanece, pero aún no llega la luz.
Algún mohín dorado se apresura por mi sueño nublado, incierto, inmaculado como un pozo. Deambulo siempre entre las vísceras de la noche de donde no debí salir. El expolio está realizado. El expolio está realizado.
Un duermevela bastidor eriza telarañas en mis ojos; éstas descienden del aire a ciegas, como son las telarañas, con esa pétrea dejadez en su cadencia de muerte. Y así sentencian mis pupilas, donde un día hubo (nació) brillo (la luz)
Y recuerdos que no clausuran el deshielo, surgen de la piel y desgastan en silencio, tan precisos, las entrañas. Con la parsimonia de los siglos y la cualidad del instante sublime (sutil) del rayo.
Lo de arriba está abajo y lo de abajo a la derecha. Lo de abajo está dentro, lo de arriba bajo la losa. Yace el mundo desmembrado con los dientes entreabiertos en un absurdo y perpetuo pasmo,
vacuo,
perpetuo.
Y la noche del alba
suspensa,
que nunca acaba de dejarnos
poemas del libro » La Espuela y el Halda»
Ediciones Vitruvio
Ana Sánchez Díaz de Collantes
Fotos: José Amador Martín
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