El poeta Alfredo Pérez Alencart (foto de José Amador Martín)
Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar el comentario que, sobre la antología Gaudeamus, de Alfredo Pérez Alencart, ha escrito Enrique Villagrasa (Burbáguena, Teruel, 1957), reconocido crítico de prestigiosas revistas literarias españolas, escribe sobre la antología hispano-italiana del peruano-salmantino Alfredo Pérez Alencart. Villagrasa reside en Tarragona y es periodista, poeta y lector de poesía. Ha escrito varios libros de poemas, estando sus versos publicados en diversas revistas tanto en papel como en formato digital. Ha sido incluido en varias antologías y traducidos algunos de sus poemas a otros idiomas: al árabe por Khalid Amraniy; al francés por Belén Juárez y por Geneviève Baudry; al italiano por Emilio Coco; al húngaro, por Szijj Mária; al inglés por Rosa Lafuente; al ruso por Tatiana Mamaeva; al chino por Huaping Han; al rumano por Elena Liliana Popescu; al croata por Željka Lovrenčić; y al portugués por João Rasteiro y Carlos Castilho Pais. Colabora como crítico en periódicos y revistas literarias. Su último poemario es Lectura del mundo (Isla de Siltolá, 2014).
Portada de Gaudeamus
EL POETA PÉREZ ALENCART VIVE CON SUS VERSOS
LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
Creo que la alegría franciscana corretea entre los 50 poemas de este profesor de Derecho del Trabajo en la Universidad de Salamanca (Usal), el poeta peruano Alfredo Pérez Alencart (Puerto Maldonado, Perú, 1962), quien en su humildad nos ofrece un recorrido por años y siglos de vida universitaria, recogidos cual florilegium en este precioso Gaudeamus (Edifsa, Salamanca, 2018): ¡Alegrémonos, pues!
Este poemario, que recoge la buena cosecha poética del poeta de otros libros, pues la mayoría de los textos ya han sido publicados, como se explica en las páginas 94-96, es un acto de amor a Salamanca y a su Universidad, que le acogió en sus claustros hace ya 33 años. Y este librito, de cien páginas brillantes, es a la vez parte de la piedra angular, junto a la antología por este poeta coordinada Por ocho centurias (Edifsa), de la que ya nos ocupamos en librujula.com, del XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos, dedicado al octavo centenario de la Universidad de Salamaca. Es pues una celebración de todo, desde los rincones y recintos hasta personajes habidos y por haber, que en el poeta han dejado mella. Se despliega ante los ojos toda una geografía: paisaje y paisanaje de la Usal: “Misterio alzado/ seis lustros y más”.
Así, entre sus páginas se encuentran poemas sobre maestros y alumnos de la Universidad de Salamanca, sobre Unamuno, Fray Luis, Anibal Nuñez, Nebrija, Torres de Villarroel, Palomeque, Miguel Elías, quien es el autor de bocetos y del grabado realizado al autor, también profesor de esta Universidad, Girolano de Sonmaia, Miguel Domínguez-Berrueta de Juan, don Diego de Castilla y Pedro de Osma, sin ir más lejos. O los versos dedicados a la trabajadora de la limpieza en la Facultad de Derecho, Victoria Muñoz, ya jubilada, a la par que los dedicados a Teresa de Jesús o Juan de Yepes, cuyas obras de estos últimos son de justa y necesaria lectura: “Y, aunque es de noche en Ávila,/ guardo como el sol de mediodía/ este abrazo con mi hermano mayor”.
José Amador Martín, A. P. Alencart y Juan Mares (foto de Jacqueline Alencar)
Esta antología está dividida en cinco partes: Distinto y junto, Patio de Escuelas, La piedra en la lengua, un poema de tinte unamuniano, y las ofrendas para Teresa de Cepeda y Ahumada y Juan de Yepes Álvarez, doctores por Salamanca y un Tríptico final, con el especial poema, por toda su carga emocional, Treintaitrés años en la Universidad, y el texto gozoso y jocoso, en prosa, En la fiesta del Códex llevan en andas al obispo Berrueta. Cabe apuntar que hasta la portada es universitaria, pues reproduce un fragmento de la pintura Lección de Teología de Martín de Cervera (1614), la misma que se encuentra en la puerta del depósito de manuscritos de la biblioteca Histórica de la Usal: “Tu voz avanza siempre/ porque no teme a inquisidores”.
Poeta de pulso firme, quien con sus versos arraiga cada día más y mejor en las personas lectoras, pues va al fondo, hasta el mejor fondo de la poesía y con él llega hasta lo más hondo del ser y del estar, permaneciendo en un espacio y desde allí, Salamanca, la Universidad, donde lleva toda su vida, 33 años. Con este Gaudeamus se recoge una buena selección de su poesía, de quien es una voz que sabe con sus versos hacer grande lo grande: la Universidad de Salamanca. Es esta una poesía iluminadora, para todas las personas que a ella se acerquen: “El árbol del regreso crece en el trasiego”.
Alencart con su nueva antología, Gaudeamus (foto de José Amador Martín)
TREINTAITRÉS AÑOS EN LA UNIVERSIDAD
Invicto el destiempo
que me religa a un claustro
pródigo en donarme
algunos segundos
de lo eterno.
Soy un bienaventurado:
vivo entre voces
que nadie pudo enterrar.
Las oigo entre aula y aula
de escuelas que
acopiaron resonantes
pensamientos,
poesía contra el fuego lento
de las inquisiciones.
Salamanca,
gran temperatura
palpitando
desde mi Universidad.
A. P. Alencart con la poeta y traductora rumana Carmen Bulzan (foto de José Amador Martín)
El periodista, poeta y crítico literario Enrique Villagrasa
19/10/2018 15:09
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