El bailarín Vaslav Nijinsky
Crear en salamanca publica este texto del escritor Alberto Hernández (Calabozo, 1952), poeta, narrador y periodista. Egresado del Pedagógico de Maracay, realizó estudios de postgrado en la Universidad Simón Bolívar (Caracas) en Literatura Latinoamericana. Fundador de la revista literariaUmbra, es colaborador de revistas y periódicos nacionales y extranjeros. Su obra literaria ha sido reconocida en importantes concursos nacionales. En el año 2000 recibió el Premio “Juan Beroes” por toda su obra literaria. Ha representado a su país en diferentes eventos literarios: Universidad de San Diego, California, Estados Unidos, y Universidad de Pamplona, Colombia. Encuentro para la presentación de una antología de su poesía, publicada en México, Cancún, por la Editorial Presagios. Miembro del consejo editorial de la revista Poesía de la Universidad de Carabobo, Venezuela. Se desempeña como secretario de redacción del diario “El Periodiquito” de la ciudad de Maracay, estado Aragua, Venezuela. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, al italiano y al árabe.
John Singer Sergeant, Retrato de Nijinsky en Pavilion d’Armide
1.-
Eleonora Bereda y Tomás Laurentiyevich Nijinsky fueron los responsables de que Vaslav jamás dejara los escenarios, hasta que la locura se le atravesó y lo condujo a un solo con adagio y a la mirada más miserable que espectador alguno haya visto.
Los padres de Vaslav Nijinsky pudieron haber sido calificados de gitanos de la danza. Sus otros dos hijos, Stanislav y Bronislava, conformaban la pequeña compañía que recorría pueblos y ciudades. Desde el Cáucaso hasta la Escuela Imperial de San Petersburgo donde finalmente los tres muchachos se hicieron profesionales, apoyados en el maestro Nicolai Legat.
La pobreza era el signo en la mirada del futuro balletista. Desde los comienzos con el padre como bailarín de cuarta generación polaca, Vaslav, nacido en Kiev en 1890, no se había visto un personaje con el perfil de quien luego sería parte de una confesión que se convirtió en libro y que nos llegó a nuestra manos gracias a la traducción que Rafael Cadenas hiciera para la otrora editorial Fundarte en 1985.
De estos fragmentos se pueden agregar muchas ideas. De ellas emergen traducciones de la personalidad del artista. Un loco que baila. Un loco que piensa. Que no sabe pensar. Que se contradice. Un demente que se cree Dios. Que habla con Dios y a la vez se cree que se ve en el espejo con el rostro del altísimo.
Nijinsky como Petrouchika, de Franz Kline
Cadenas nos lo hace llegar desnudo. Sin el atuendode la danza. Sin las zapatillas, sin maquillaje. Envuelto en una nube de misterio, Nijinsky vuela como una mariposa sobre el balbuceo de la idiotez cotidiana. Él va más allá de eso: se solaza en una inteligencia apegada a un yo excéntrico, libre, loco en el mejor de los sentidos. Demente de manicomios.
Su vida, desperdigada entre papeles nos deja ver que fue un superdotado. Que debutó el 14 de julio de 1907,en plena pubertad, en el Teatro Maryinsky con el ballet La Source junto con Julia Sedova. Probablemente la apertura para su primer pas de deux.
Fue una carrera larga entre pasos, saltos, cabriolas, luces y sombras, pero sobre todo, ya sin proscenio o telón de fondo, en el laberinto de una esquizofrenia paranoide y manía persecutoria que lo despellejaron.
En 1912 baila para Diaghilev en París. El 17 de mayo de ese mismo año protagonizó “La fiesta del fauno”, con música de Debussy, en el Theatre du Chatelet.
Y mientras eso ocurría, una “ficción” lo iba envolviendo. Escribía retazos. Ideas, fragmentos, diásporas verbales, aforismos, regaños. La locura vertida en palabras.
En plena I Guerra Mundial, dada su condición de ruso, fue confinado en Budapest. Después en Viena. En una suerte de trueque fue negociado por el crítico de arte MeierGraefe, quien estaba internado en Rusia.
En 1916 baila de nuevo para Diaghilev en una gira por Estados Unidos y Latinoamérica. Pero el régimen de confinamiento ya había hecho mella en su trastorno mental. Su última salida a escena fue en 1919, en St. Moritz, donde mostró los horrores de aquella guerra.
Ese mismo año 19 fue internado en el Bellerve Sanatorium de Kreuzlinguen.
Luego de pasar por varios sanatorios, muere en la capital británica. Fue sepultado en París.
De esa vida quedó el diario del cual Cadenas tradujo algunos fragmentos.
Diáguilev en 1909, por Valentín Serov
2.-
La imagen en la portada del libro, en la que Nijinsky lee una partitura o mira el trazado de una coreografía, con fondo de piano, en zapatillas y medias blancas, con la mirada puesta en el papel, nos ofrece la idea de un personaje, de un icono que se humaniza entre las sombras.
Alejado de algún allégro, imaginamos que recuerda a Mikhail Fokine, quien junto con Diaghilev fundó el ballet del segundo. Coreógrafos, músicos, compositores y diseñadores se conforman como una obra maestra.
Nijinsky se abre:
“La gente dirá que Nijinsky simula estar loco a causa de sus malas acciones. Las malas acciones son terribles y yo las odio, y no quiero cometer ninguna. Yo cometí errores antes porque no entendía a Dios. Todas las personas tienen “feeling” pero no entienden lo que es. Quiero escribir este libro a fin de explicar lo que es “feeling” (*). Muchos dirán que éstas son sólo mis opiniones, pero yo sé que mi punto de vista es el verdadero, porque viene de Dios. Dios está en mí”.
Este inicio da pie para acercarnos al sujeto enfermo: es adulto, es niño, es Dios, no es Dios, es hombre, es mujer. Es un todo desde su perspectiva. Rechaza el pensamiento, la reflexión. Es acción, vuelo, eternidad en el aire.
Retrato de Vaslav Nijinsky, de Valentin Alexandrowitsch Serow
De la esposa dice:
“Ella piensa mucho, y por lo tanto no tiene bastante sentimiento”.
Es una escritura “elemental”, sencilla, por eso contiene –precisamente- los impulsos primarios de un ser humano cuyos laberintos mentales lo sujetan a lo que es: un asediado, una idea fija, “monótona”, estacionada en él mismo. En su yo alterado.
“Quiero ser una personalidad con el propósito de llevar a cabo mi tarea. Mi tarea es la tarea de Dios y por lo tanto quiero hacer todo para realizarla. Yo escribo porque Dios me ordena que lo haga”.
Vaslav Nijinsky as Chinese Dancer in Les Orientales, de Leon Nikolajewitsch Bakst
3.-
Dejamos la lectura con los ejemplos, de corrido, para que lector sepa entrar en el personaje:
“Yo doy porque amo a Dios. Soy su regalo. Soy Dios, en un regalo”.
“No me gustan las universidades porque gastan su tiempo en la política. La política es muerte. La política la inventan los gobiernos. Los hombres han perdido su camino y no pueden comprenderse unos a otros y por lo tanto se han dividido en partidos”.
“Diaghilev cree que él es el Dios del Arte. Quiero desafiarlo para que el mundo entero vea. Quiero mostrar que todo el arte de Diaghilev es una absoluta tontería”.
“Conozco a los doctores, los comprendo. Ellos quieren examinar mi cerebro, y yo quiero examinar sus mentes. Pero ellos no pueden examinar mi cerebro, pues no lo han visto”.
“Yo mismo soy un criminal, porque mato la mente. No quiero pensamiento, quiero sabiduría. Soy Dios”.
Y así sigue, en medio de una turbulencia en la que se lee una vida en permanente trance.
Franz Kline, Nijinsky, 1950
*******
En nota del traductor (*): “Feeling, en Nijinsky, quiere decir instinto, impulso de la mente inconsciente”.
abril 26, 2017
Estupendo ensayo, ilustrador y dicente, las ilustraciones son de antología, felicitaciones al ensayista y a los editores. EVV