“EL CONJURO DE LOS CARDOS”, TEXTOS Y FOTOGRAFÍAS DE JOHN PETRIZZELLI. LIBRO PUBLICADO EN ESPAÑA POR KALATHOS EDICIONES

 

El cineasta y escritor John Petrizzelli (foto de Miguel)

 

Crear en Salamanca se complace en publicar tres textos y tres fotografías del nuevo libro de John Petrizzelli, escritor, fotógrafo, guionista y director de cine ítalo-venezolano, especialmente dedicado a la realización de cine documental y de ficción. Entre sus películas más conocidas se encuentran El Embrujo (1983), Falsas historias (1992), Carrao (1998), María Lionza, aliento de orquídeas (2007), Er relajo der loro (2012), Ti@s (2015) y Bárbara (2017). Ha vivido en numerosos países de África, Asia y Europa, sobre los cuales ha publicado reportajes fotográficos y extractos de sus diarios en revistas nacionales e internacionales. Negro Lógico (1978), un libro de cuentos, e Historias para las posibilidades del músculo (2018), un libro de prosa poética, figuran también entre sus publicaciones.

                          

El conjuro de los cardos – Portada

 

 

Agradecemos a la Kalathos ediciones la posibilidad de ofrecer a nuestro lectores esta mínima muestra del libro recién publicado, el cual puede ser adquirido en las principales librerías de España y plataformas digitales como Publica.la .Antonio Muñoz Molina ha escrito sobre este sello editorial, dirigido  por Artemis Nader y David Malavé: “Ahora contamos en España con un nuevo emprendimiento editorial, que se propone introducir y darnos a conocer el último de los acentos al cual estamos acostumbrando los oídos. Libros en nuestra lengua común con el musical acento de Venezuela”.

 

 

 

 

EL SANTO

 

La meseta de las voces ásperas y las llagas abiertas del Santo como bandera recibieron indiferentes a la diáspora, mareada por el oleaje. El Santo, nazareno por un día, porque también cargó su cruz, recibió el barco cargado de trópico náufrago manchado de sangres y afrentas. En ese altiplano de peñascos y cabras, descendimos para respirar las libertades del viento cortante, olvidando los ojos fríos del jaguar decapitado sin clemencia y la aureola de muerte que apestaba en círculo maloliente cada madrugada. Habíamos logrado escapar.

 

 

 

                       

 

 

EL SUR

 

 

Héroes tropicales, frágiles como perlas húmedas que estallan contra el reloj divino. La caída estrepitosa al latón cuenta nuestra historia oxidada y promiscua.

 

Huérfanos de nuestro transcurrir asesinado, náufragos en un paisaje desvalijado como comercio saqueado, sin sombras ni refugios. Así nos invade el sopor de este lento y atormentado final, que será nuestra última mañana en un trópico apagado para siempre.

 

 

 

 

UNA PÁGINA

 

Antes una página del África, antes del zodíaco, antes del número, antes del antes. Carbón y colinas, lo inmediato. Acto Popular, mocasines y medias blancas, pies para la noche en su disfraz favorito.

 

El ave de viernes y sábados desciende puntual sobre mí en la ducha esta tarde. ¿Qué hacer? Ángel con mensaje, el de la resurrección de la carne. Escucho atento; la humedad de los rincones se hace liquen en la hermosa boca del arcángel. El lienzo, baño de hotel sobre el altiplano africano, manchas rojas en el techo de la pequeña habitación, corredores de humo. El águila, empresario en espejos, su imagen emulsionada sobre el azogue, coágulo al reflejo, muere danzando mientras escupe en un vegetal y azulado inglés el llamado de un cielo caja de música. El evangelio, musgo sobre las baldosas húmedas, tendrá que esperar lector apropiado.

 

La tarde me deja libre después del agua y el jabón. Solo un pormenor para esta noche, el entierro del ángel lejos de lo inmediato. Funeral dentro de un sueño interrumpido por la intrépida pulga y por la elocuencia de la cama. Pesadilla de tugurio, por cuanto el águila, al olvido de su cadáver, borra por siempre de la arena las reglas del juego para la medula obstinada en sobrevivir, en multiplicarse.

 

Despierta la mañana sin señales ni abanicos. No se podrán leer en la brasa del carbón más noticias sobre mi cuerpo. Aparecen las colinas, el sigiloso paso de bestias peligrosas, difíciles de reconocer en la distancia, la hora del desayuno.

 

Tranquilidad de las entrañas, las moléculas imitan al pavo real. Las glándulas descansan bajo tierra como la mandioca, tubérculo al servicio exclusivo de la robustez de su almidón.

 

John Petrizzelli

 

JOHN PETRIZZELLI

 

“Yo siempre he escrito… Como viajo mucho por motivos de trabajo relacionados con el cine, escribo textos cortos que pueden reflejar lo que vivo, lo que veo, lo que siento a través de imágenes o relatos inspirados en el ambiente de esos lugares, que pueden ser grandes ciudades o zonas muy remotas. Es un libro que mezcla géneros: a través de la fotografía, que cuenta su propia historia, construyo la prosa”.

 

Una escena de Bárbara

             

 

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