DIEZ POEMAS DEL VENEZOLANO ERNESTO ROMÁN OROZCO, FINALISTA DEL PREMIO PILAR FERNÁNDEZ LABRADOR 2018

 

 

 

Ernesto Román Orozco (foto de Ana Berta López – Fundación El ojo memorioso)

 

Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar 10 poemas del venezolano Ernesto Román Orozco (Cabimas, estado Zulia. 1962). Realizó estudios de artes en la Escuela de Artes Plásticas Valentín Hernández Useche, de la ciudad de San Cristóbal, estado Táchira, Venezuela. Posteriormente, en los talleres del Centro Integral de Artes Gráfica, CINGRAF, Universidad Los Andes, Núcleo Táchira, bajo la tutela y enseñanza del maestro Rafael Ulacio Sandoval. Ha publicado: Los zapatos descalzos (Edic. Revista ICAM, Venezuela  1995). Las piedras inconclusas (Edic. Mucuglifo – El Árbol Editores, Venezuela 2001). La costumbre de ser sombra (El Árbol Editores, Venezuela 2003). Los hemisferios distantes del silencio (Ediciones Cada día un libro, Consejo Nacional de la Cultura, Venezuela 2005). Las casas líquidas (Ateneo de Skuke, Venezuela 2006). Las casas líquidas (Edic. La mano junto al muro, Universidad Central de Venezuela 2006). Artesa del tiempo Selección poética 2000-2008 (Monte Ávila Editores Latinoamericana, Venezuela 2008). Gestos deshabitados, Fondo Editorial Simón Rodríguez, Venezuela 2012). Edades manuscritas (UANL Colección La otra orilla, México 2012). Y, en una edición venezolana, Edades manuscritas (Monte Ávila Editores Latinoamericana, Venezuela 2015). La paz de los oficios (Fundarte, 2018). Y Península de niebla (Editorial Acirema, San Cristóbal2019).

 

 

 

 

Su obra poética ha merecido entre otros galardones: el Premio Nacional de Literatura, Mención Poesía, Universidad Central del Venezuela, Estado Aragua 2001, Mención Única de Poesía en la VI Bienal Nacional de Escritura Ramón Palomares, Ateneo de Skuke, Venezuela 2005, Premio Nacional de Poesía Héctor Roviro Ruiz, Alcaldía del Municipio Andrés Bello, estado Mérida, Venezuela 2007, Premio Nacional de Literatura, Mención Poesía, Revista Solar, 2007, y el Premio Nacional de Literatura Stefania Mosca, Mención poesía, Fundarte, Caracas 2017. La Universidad de Salamanca, España realizó, en el año 2007, un amplio ensayo sobre su obra poética, cuya autora es la doctora y escritora andaluza, Francisca Noguerol Jiménez, profesora de la Facultad de Filología, con motivo de su invitación a la Cátedra de poesía José Antonio Ramos Sucre, de esa Universidad. Parte de su obra ha sido publicada en antologías de Argentina, España, Ecuador, Colombia, México, Chile y Portugal. La Gobernación del estado Táchira le otorgó la Orden de las Artes Marco Antonio Rivera Useche, como mérito al trabajo, en reconocimiento a su obra literaria y a sus aportes,  como promotor cultural. En los actuales momentos se desempeña como Coordinador general del Ateneo del Táchira y profesor de Lengua, Cultura y Comunicación de un instituto de educación secundaria.

 

Perfil de Salamanca. Foto de José Amador Martín

 

 

Román Orozco quedó, con su libro Península de la niebla, entre los finalistas de la V edición del prestigioso Premio Internacional de Literatura ‘Pilar Fernández Labrador’ (2018), que se convoca y concede en Salamanca. Agradecemos al poeta por los cinco textos inéditos enviados para nuestra revista.

 

(Cinco poemas pertenecientes al libro

“Península de niebla”, 2020).

 

 

 

 

SEQUÍA Y SOLEDAD

 

 

 

El desierto

tiene de cierto

una deuda

con todo lo callado.

 

 

Cada vez

que el viento

trae un grito,

un fémur

y una seda,

 

 

la tierra

se jubila.

 

 

Le debo menos cal.

 

Foto de José Amador Martín

 

 

 

HOMBRE EN SILENCIO

 

 

La luz murmura.

Su despertar está tan lejos,

que ahora guarda polvo

en los retiros. Lanza

 

 

sus aves a la tierra,

porque nunca logra vientre

para que no falte el trigo

del hombre: su plegaria.

 

 

 

ARDOR SILENTE

 

 

 

Tatuaje.

 

 

Sube mi voz al trono

de tu tinta.

 

 

Decide ser piel

de tu irritado paisaje.

 

 

Foto de José Amador Martín

 

 

SEMILLA

 

 

Buda abierto.

De rostro

al tallo de un desde,

 

 

brilla,

oro de sol,

 

 

Buda tenue

y germinado

en cada grieta

de un te.

 

 

 

Foto de José Amador Martín

 

PARQUE METROPOLITANO

 

 

Aquí se parte

el arcoíris

contra un cristal de oxígeno.

 

 

Traemos a los perros

a caminar y echarlos

sobre la piel viva de la tarde.

 

 

Una anciana,

sentada en una banca,

le dice a un adolescente:

 

 

Hijo, mi sangre corre

por tus venas,

pero ya sale por mi nariz.

 

 

Los niños,

llenos de hojarasca

y nueces de pájaros,

 

 

corren por las veredas;

entran y salen del sombrero

de un viejo mago.

 

 

 

(Cinco poemas pertenecientes al libro inédito

Vientos impuntuales)

 

 

Foto de José Amador Martín

 

VOZ DE AVE

 

 

Un ave de barro madura en mis cartas;

 

 

enrama llagas

de lumbre

 

 

en el peso

que devela la quemadura,

 

 

cuando mi voz retarda el trueno.

 

 

 

 

 

TIEMPO DE TIERRA

 

 

 

Crisol desnudo de la tierra,

de puentes carcomidos por el viento.

 

Va quedando la centrífuga de cabras

cargando con su propia neblina;

 

 

el tallo de un silbido, y la tilde de cal

entre las venas, vocales opacas

 

 

de un perro moribundo que nos otorga

su último botón de sangre.

 

 

 

 

BRASA CONTRADICTORIA

 

 

Rumor de gestos, rompimiento de la tierra de un hombre y una mujer

 

 

que al desnudarse,

se transfieren

 

 

los minerales de un silencio

en reinos del jengibre.                        La niebla recrudece con el viento;

 

 

añeja el rastro de cal y luz que nos dejan los flamingos.

 

 

 

 

 

 

CARNE

 

 

En tu aguijón

tiembla la luz

de un animal recóndito;

 

 

estupefacto.

 

 

 

Foto de José Amador Martín

 

TRES SALMANTINAS:

Colegio mayor “Arzobispo de Fonseca”.

Para la ilustre profesora Carmen Ruiz Barrionuevo.

 

 

I

 

Esta vela contiene una piedra

de arco iris. Cristal profundo de las uvas,

cúpula inminente,

silenciosa en la Universidad.

Sus colores lucen la lámpara

de sus cultivos, en la tos de un hombre roto.

 

 

II

 

Te traigo esta máscara

desde Costa de Marfil.

 

 

No creas que por eso

linimento mi tristeza. No.

 

 

Mi voz aún tiembla la pérdida

de sus lirios tendidos en la cal.

 

 

De delirantes que regresan

con luz de un pan de luna llena.

 

 

Y mi tambor sigue nervioso.

Sigue nevando en mi tambor.

 

 

III

 

Salamanca

es un fruto en cada templo.

Sobre esas cúpulas

niebla la paz de brisas

y de estatuas.

Su víspera

de ramas y amuletos,

brilla en la herradura de sus vinos.

 

 

 Ramón Palomares y Ernesto Román Orozco

 

 

 

 Foto de José Amador Martín

 

 

 

 

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