Ernesto Román Orozco (foto de Ana Berta López – Fundación El ojo memorioso)
Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar 10 poemas del venezolano Ernesto Román Orozco (Cabimas, estado Zulia. 1962). Realizó estudios de artes en la Escuela de Artes Plásticas Valentín Hernández Useche, de la ciudad de San Cristóbal, estado Táchira, Venezuela. Posteriormente, en los talleres del Centro Integral de Artes Gráfica, CINGRAF, Universidad Los Andes, Núcleo Táchira, bajo la tutela y enseñanza del maestro Rafael Ulacio Sandoval. Ha publicado: Los zapatos descalzos (Edic. Revista ICAM, Venezuela 1995). Las piedras inconclusas (Edic. Mucuglifo – El Árbol Editores, Venezuela 2001). La costumbre de ser sombra (El Árbol Editores, Venezuela 2003). Los hemisferios distantes del silencio (Ediciones Cada día un libro, Consejo Nacional de la Cultura, Venezuela 2005). Las casas líquidas (Ateneo de Skuke, Venezuela 2006). Las casas líquidas (Edic. La mano junto al muro, Universidad Central de Venezuela 2006). Artesa del tiempo Selección poética 2000-2008 (Monte Ávila Editores Latinoamericana, Venezuela 2008). Gestos deshabitados, Fondo Editorial Simón Rodríguez, Venezuela 2012). Edades manuscritas (UANL Colección La otra orilla, México 2012). Y, en una edición venezolana, Edades manuscritas (Monte Ávila Editores Latinoamericana, Venezuela 2015). La paz de los oficios (Fundarte, 2018). Y Península de niebla (Editorial Acirema, San Cristóbal2019).
Su obra poética ha merecido entre otros galardones: el Premio Nacional de Literatura, Mención Poesía, Universidad Central del Venezuela, Estado Aragua 2001, Mención Única de Poesía en la VI Bienal Nacional de Escritura Ramón Palomares, Ateneo de Skuke, Venezuela 2005, Premio Nacional de Poesía Héctor Roviro Ruiz, Alcaldía del Municipio Andrés Bello, estado Mérida, Venezuela 2007, Premio Nacional de Literatura, Mención Poesía, Revista Solar, 2007, y el Premio Nacional de Literatura Stefania Mosca, Mención poesía, Fundarte, Caracas 2017. La Universidad de Salamanca, España realizó, en el año 2007, un amplio ensayo sobre su obra poética, cuya autora es la doctora y escritora andaluza, Francisca Noguerol Jiménez, profesora de la Facultad de Filología, con motivo de su invitación a la Cátedra de poesía José Antonio Ramos Sucre, de esa Universidad. Parte de su obra ha sido publicada en antologías de Argentina, España, Ecuador, Colombia, México, Chile y Portugal. La Gobernación del estado Táchira le otorgó la Orden de las Artes Marco Antonio Rivera Useche, como mérito al trabajo, en reconocimiento a su obra literaria y a sus aportes, como promotor cultural. En los actuales momentos se desempeña como Coordinador general del Ateneo del Táchira y profesor de Lengua, Cultura y Comunicación de un instituto de educación secundaria.
Perfil de Salamanca. Foto de José Amador Martín
Román Orozco quedó, con su libro Península de la niebla, entre los finalistas de la V edición del prestigioso Premio Internacional de Literatura ‘Pilar Fernández Labrador’ (2018), que se convoca y concede en Salamanca. Agradecemos al poeta por los cinco textos inéditos enviados para nuestra revista.
(Cinco poemas pertenecientes al libro
“Península de niebla”, 2020).
SEQUÍA Y SOLEDAD
El desierto
tiene de cierto
una deuda
con todo lo callado.
Cada vez
que el viento
trae un grito,
un fémur
y una seda,
la tierra
se jubila.
Le debo menos cal.
Foto de José Amador Martín
HOMBRE EN SILENCIO
La luz murmura.
Su despertar está tan lejos,
que ahora guarda polvo
en los retiros. Lanza
sus aves a la tierra,
porque nunca logra vientre
para que no falte el trigo
del hombre: su plegaria.
ARDOR SILENTE
Tatuaje.
Sube mi voz al trono
de tu tinta.
Decide ser piel
de tu irritado paisaje.
Foto de José Amador Martín
SEMILLA
Buda abierto.
De rostro
al tallo de un desde,
brilla,
oro de sol,
Buda tenue
y germinado
en cada grieta
de un te.
Foto de José Amador Martín
PARQUE METROPOLITANO
Aquí se parte
el arcoíris
contra un cristal de oxígeno.
Traemos a los perros
a caminar y echarlos
sobre la piel viva de la tarde.
Una anciana,
sentada en una banca,
le dice a un adolescente:
–Hijo, mi sangre corre
por tus venas,
pero ya sale por mi nariz.
Los niños,
llenos de hojarasca
y nueces de pájaros,
corren por las veredas;
entran y salen del sombrero
de un viejo mago.
(Cinco poemas pertenecientes al libro inédito
Vientos impuntuales)
Foto de José Amador Martín
VOZ DE AVE
Un ave de barro madura en mis cartas;
enrama llagas
de lumbre
en el peso
que devela la quemadura,
cuando mi voz retarda el trueno.
TIEMPO DE TIERRA
Crisol desnudo de la tierra,
de puentes carcomidos por el viento.
Va quedando la centrífuga de cabras
cargando con su propia neblina;
el tallo de un silbido, y la tilde de cal
entre las venas, vocales opacas
de un perro moribundo que nos otorga
su último botón de sangre.
BRASA CONTRADICTORIA
Rumor de gestos, rompimiento de la tierra de un hombre y una mujer
que al desnudarse,
se transfieren
los minerales de un silencio
en reinos del jengibre. La niebla recrudece con el viento;
añeja el rastro de cal y luz que nos dejan los flamingos.
CARNE
En tu aguijón
tiembla la luz
de un animal recóndito;
estupefacto.
Foto de José Amador Martín
TRES SALMANTINAS:
Colegio mayor “Arzobispo de Fonseca”.
Para la ilustre profesora Carmen Ruiz Barrionuevo.
I
Esta vela contiene una piedra
de arco iris. Cristal profundo de las uvas,
cúpula inminente,
silenciosa en la Universidad.
Sus colores lucen la lámpara
de sus cultivos, en la tos de un hombre roto.
II
Te traigo esta máscara
desde Costa de Marfil.
No creas que por eso
linimento mi tristeza. No.
Mi voz aún tiembla la pérdida
de sus lirios tendidos en la cal.
De delirantes que regresan
con luz de un pan de luna llena.
Y mi tambor sigue nervioso.
Sigue nevando en mi tambor.
III
Salamanca
es un fruto en cada templo.
Sobre esas cúpulas
niebla la paz de brisas
y de estatuas.
Su víspera
de ramas y amuletos,
brilla en la herradura de sus vinos.
Ramón Palomares y Ernesto Román Orozco
Foto de José Amador Martín
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