«Crear en Salamanca «, Publica hoy diez poemas del hondureño Dennis Ávila, galardonado con el VII Premio Internacional de Poesía ‘Pilar Fernández Labrador’ por su libro ‘Los excesos milenarios’, del cual se ha seleccionado esta muestra que hoy ofrecemos en primicia.
Crear en Salamanca agradece al poeta A. P. Alencart, coordinador literario del premio, por este privilegio. El libro será publicado por Ediciones de la Diputación de Salamanca y está prevista su presentación el mes de octubre, dentro de los actos del XXIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, que estará dedicado a Nezahualcóyotl.
El poeta Dennis Ávila (Foto de Martín Cálix)
Dennis Ávila (Tegucigalpa, Honduras, 1981), concentró sus primeros libros de poesía en la antología ‘Geometría elemental’ (Casa de Poesía, Costa Rica, 2014). En 2016, aparece ‘La infancia es una película de culto’ (Ediciones Perro Azul, Costa Rica), reeditado en el Proyecto Editorial La Chifurnia (El Salvador, 2016), en Trabalis Editores (Puerto Rico, 2017), en Amargord Ediciones (España, 2018) y en New York Poetry Press (2019); ‘Ropa Americana’ (Amargord Ediciones, España, 2017), reeditado por Puertabierta Editores (México, 2018); e ‘Historia de la sed’ (Amargord Ediciones, España, 2019). Ha participado en eventos literarios en Centroamérica, Puerto Rico, Cuba, Bolivia, México, Estados Unidos y España. Su poesía se encuentra seleccionada en diversas antologías y ha sido traducida al portugués, inglés, rumano, árabe e italiano.
Quijotes por Salamanca, de Miguel Elías (Ilustración de portada de ‘Los excesos milenarios’)
Un jurado, integrado por António Salvado, Carmen Ruiz Barrionuevo, Pilar Fernández Labrador, Jesús Fonseca, Alfredo Pérez Alencart, Carlos Aganzo, José María Muñoz Quirós, Inmaculada Guadalupe Salas y David Mingo, con Victoria Pérez Castrillo como secretaria, concedió el prestigioso VII Premio Internacional de Poesía ‘Pilar Fernández Labrador’ a su libro ‘Los excesos milenarios’, del cual se ha seleccionado esta muestra que hoy ofrecemos en primicia. Crear en Salamanca agradece al poeta A. P. Alencart, coordinador literario del premio, por este privilegio. El libro será publicado por Ediciones de la Diputación de Salamanca y está prevista su presentación el mes de octubre, dentro de los actos del XXIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, que estará dedicado a Nezahualcóyotl.
ARTE MILENARIO
La poesía es un cincel que esculpe un almanaque.
Una mano llagada
por el movimiento que vibra en los martillos.
¿Cuánto queda por hacer
sobre esta roca amarga y tiesa?
¿Cuánto debemos esperar
para tallar con fuerza nuestras ruinas?
PIDO PERMISO PARA ENTRAR
Permiso al sol, a los mamíferos e insectos,
a mi árbol y al frío.
Los pizotes hunden sus ojos en la cábala.
Abejas celebran su panal.
Somos flores pasajeras, paridas por la misma raíz.
Pienso en las culebras: su única extremidad.
Moldean el zacate a su paso.
Gusanos se zambullen y dejan burbujas de tierra.
No conocen el ruido.
Las arañas tejen su mantra;
somos espíritus y hay un código mayor,
una licencia
para coyotes y cerdos de monte.
Pido permiso.
Soy nuevo en este bosque nublado.
Pueden acercarse sin morder.
No quiero que la noche duela.
Fotografía de José Amador Martín
LATITUD DE LA PACIENCIA
Hay un instante que sigue en el futuro.
Me pregunto si estaré vivo
cuando vengan a cosecharme.
Indago en mi coraje. Una voz baja
–vertebral– por mi espalda. Sube.
El sol está más alto que nunca.
Los mosquitos ven en mí su búsqueda.
Mi trabajo es alejarlos.
No vine a matar.
Duele dormir: la espalda es una úlcera.
No hay descanso.
Sigue el día y yo tras él.
Veo a través de una libélula;
sus alas tienen venas, alisan el vuelo.
Un pizote observa, intrigado;
es obeso como la selva.
Bajo la mirada. No hablo su idioma.
Desconozco las avenidas de estos árboles.
Ahí va un mono. Luego otro, y otro.
Las ramas se mueven en su coreografía.
Juegan al espíritu del viento.
El sol duerme temprano.
Aquí no hay faroles que alarguen el tiempo.
Se avecina otra noche extensa
como un lago a nado.
Veo mi árbol. Sigue inmutable,
la paciencia es un color.
Pongo candado a los deseos,
pero el agua rompe mis tímpanos.
DERECHOS HUMANOS
Hay un hombre cuyo equipaje de mano
es un tablero de ajedrez.
Trae en la mirada una muralla de peones,
y en cada paso la precisión de un bisturí.
Se siente protegido tras el caballo de su olfato,
e inventa una jugada que le permite elevarse
con los pies en la tierra.
Sus ojos son alfiles y se cruzan
como cinturones en una camisa de fuerza;
sus brazos, torres que se lleva al rostro
para cuidar a un rey.
Un hombre, cuyo equipaje de mano
es un tablero de ajedrez, viaja con sus fantasmas.
A nadie más confiaría
la dama que lleva tatuada en el pecho.
Los frutos del árbol, de Miguel Elías
ESCUELA
Abuelo es el árbol al que me sembraron
para encontrarme en la montaña.
El primer día no supe hablar con él;
la noche fue larga como un cincel
que no estaba en mis manos.
El segundo día dormí al pie de su respiración
y la noche se acostó a mi lado.
Al tercer día siguió el martilleo de la sed.
Me levanté y abracé su corteza.
Con la mirada le pedí que lloviera.
El bosque nuboso habló al cuarto día:
“La noche es de los grillos y la mañana es de los pájaros”.
Volví un año después.
Reconocí en sus raíces el golpe de un relámpago.
La otra mitad, al caer, atravesó mi montaña.
Pintura de Miguel Elías
RESPETO
Una mujer pinta un colibrí.
Su corazón es un lienzo inacabado;
el futuro, una galería de ausencias.
Salvo el estuche de colores
que palpita en sus brazos,
ella ilumina la nada.
En el taller que media entre su pecho
y la conducta en su respiración,
nace un arrecife de plumas.
En las miradas que contemplan sus trazos
y el olvido que renuncia a desaparecer,
el aire imagina que pasa.
Sus manos son pinceles:
flechas en el arco de la voluntad.
Hay cosas más importantes,
pero una mujer pinta un colibrí.
Amanecer por Salamanca. Foto de José Amador Martín
SISTEMA SOLAR
El sol es una coordenada maestra.
Vibra en su meditación
como un baúl de fuego en el frío cósmico.
Presente en cada exceso milenario,
duele su ausencia y su quemadura.
Pureza y esplendor: en forma de polen
o lluvia solar, sostiene la vida.
Ciencia y espiritualidad coinciden:
su voz trasciende en la materia.
Estrella central, magma de Gran Misterio,
todos los caminos vienen del sol.
Fotografía de José Amador Martín
LOS BUSCADORES
Dejamos la ciudad, sus leyes y semáforos;
unimos nuestro espíritu a la columna vertebral.
Sentir es un pacto ligado a la respiración.
Sentir es llenar de pájaros el cuerpo.
Dejamos a un lado números y agendas.
Palpamos un río.
Es el poder de la montaña.
Vivir otras vidas, perder los pasos.
Solo hay un sendero: el fondo de uno mismo.
Buscar es un oficio milenario.
Buscar el fuego, el aire, el agua.
Un propósito de tierra en el camino que abre el sol.
Buscar como quien sana,
y el fuego dirá las palabras hacia dentro.
Ver es la respuesta,
el origen de la música,
la piel de un grillo,
el viento en cada hoja,
las manos, la sed, el agua, el árbol;
la sonrisa de un buscador
cuando ha encontrado su visión.
La paz es la primera piedra,
la primera habitante del planeta.
Ayunamos y entregamos la palabra.
En esta paz la búsqueda despierta.
LOS DILUVIOS
No hay arca ni hay Noé, es un cuento
de animales perdidos en medio del océano.
Leyenda iluminada: sinfonía
de árbol sideral, dimensión con medusas boreales.
La evolución es parte del coraje;
caleidoscopio para ignorar el desastre.
Espera infinita, óxido del miedo
en el acero concebido para la tensión.
El diluvio escampa, pero el cielo es una crisálida.
Somos un ancla a la deriva al borde de este abismo,
remos que alzan la voz en una protesta de barcos.
Foto de José Amador Martín
PREFACIO DE LAS EMBESTIDAS
Nada empieza aquí, todo es antiguo;
el fuego –deidad matriz–
convida su calor, también su incendio.
El grito es la semilla del eco,
un caracol sublima los bordes de la lentitud.
La claridad despierta en su rendija:
golpea la mesa como un silencio de llaves.
El frío rozará los meniscos del accidente;
los hospitales mezclarán heridas
y esta es la eternidad.
Los instantes son abejas: acordes
en el himno de gravedad que sostiene al planeta.
Ya no tengo preguntas sobre el final de este túnel:
allí palpita un tambor de agua.
Estatua de Fray Luis de León y fachada de la Universidad, pintura de Miguel Elías
Noticia del premio en El Norte de Castilla el periódico decano de España
ALGUNOS ENLACES DE PRENSA ESPAÑOLA Y AMERICANA
QUE DAN CUENTA DEL PREMIO
https://www.eldiario.es/cultura/poesia-ganador-premio-Fernandez-Labrador_0_1019098088.html
https://tiempo.hn/hondureno-dennis-avila-gana-premio-hispanoamericano-en-espana/
https://departamento19.hn/poeta-hondureno-gana-premio-hispanoamericano-de-poesia-en-salamanca/
http://laconexionusa.com/noticias/202004201144410_lc114441020.asp
Claustro del Colegio Fonseca de la Usal hospedaje de los poetas invitados a los Encuentros Iberoamericanos
(foto de José Amador Martín)
http://www.radioamerica.hn/tag/dennis-avila/
http://www.dipsanet.es/cultura/noticias/premiosalamancapoesia.html
https://www.elnortedecastilla.es/salamanca/dennis-avila-gana-20200416110356-nt.html
Retrato del poeta Dennis Ávila, de Miguel Elías
https://www.deconcursos.com/dennis-avila-se-lleva-el-vii-premio-pilar-fernandez-labrador/
Fotografía de José Amador Martín
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