Mañana jueves, 21 de marzo, fiesta del equinocio de primavera, es el día mundial de la poesía.La Universidad de Salamanca, hoy, 20 de marzo ha querido celebrar este acontecimiento con la presentación el la Casa Museo de Unamuno del libro La piedra en la Lengua. «Crear en Salamanca» se une a las celebraciones con la publicación en digital del libro:
«La piedra en la Lengua ( Unamuniana al limón) realizado por Alfredo Pérez Alencart y Miguel Elías. El libro ha sido presentado hoy en la Casa Museo de Unamuno y por la gentileza de Alfredo Pérez Alencart es una primicia para todo el mundo que se puede descargar a partir de hoy desde «Crear en Salamanca»
ALBUM DE FOTOS DEL ACTO CELEBRADO EN LA CASA MUSEO DE UNAMUNO:
Alfredo Pérez Alencart y Miguel Elías con el Cuaderno donado a la USAL
Instalación de Miguel Elías en la Casa Museo de Unamuno
Rector, autores, dirctora del Casa- museo y traductoras
Parte de los asistentes al acto
EL LIBRO Y ARTÍCULOS SOBRE EL MISMO.
Comentarios a la aparición del libro:
DOS POETAS Y UNO MÁS
ALBANO MARTINS
Unamuno merecía el homenaje que ha sido hecho por estos dos poetas : Alfredo Pérez Alencart y Miguel Elías. Si el primero exprime, con palabras, sus lucubraciones y mundividencias, el segundo usa el trazo, la línea, el color, para la expresión de sus ideas y sentimientos. Uno se sirve del hayku para desvelar el misterio que habita el mundo y nos habita a todos ; el otro, con las tintas y los pinceles, teje imágenes fulgurantes que son otras tantas lecturas, esto es, otras tantas interpretaciones de la envolvente realidad. Uno y otro recorren el universo de Unamuno y buscan en él una lección y una filosofía de vida.
La invención es uno de los rasgos comunes a ambos poetas. Porque el poeta es, ya lo sabemos, un creador. Y ellos, crean –o recrean– , delante nuestro, una realidad hecha de señales metafóricas, de símbolos y metamorfosis. Pero hay, entre ellos, otro rasgo común : el de la delicadeza. Con su mano diestra, Elías va al jardín o al bosque, trae de allí una flor, un árbol, un pájaro, y los ofrece a nuestra mirada cautiva e inquisidora. O, con la ciudad al fondo, esboza algunos retratos de cuerpo entero y postura grave, dejándonos a nosotros la iniciativa de definirles las facciones. Alfredo interroga el sentido oculto en los meandros y dobleces del lenguaje. Toca, ansioso, a las puertas de la poesía y de la vida de Unamuno, y extrae de allí una lectura del cosmos.
Los tres poetas aquí reunidos constituyen una pequeña y armoniosa constelación. Llamémosle nuestra y con ella iluminemos nuestro camino.
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(*) Albano Martins (Telhado, Portugal, 1930) es uno de los más notables poetas lusitanos actuales.
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Epílogo
MIGUEL DE UNAMUNO Y ALFREDO PÉREZ
ALENCART: LA PIEDRA EN LA LENGUA
Bernadette Hidalgo Bachs
Desde luego, por su referencia a la piedra salmantina tan presente en la voz unamuniana, el título: La piedra en la lengua, transcrito asimismo en el texto final del poemario, instaura de entrada una complicidad entre Miguel de Unamuno y Alfredo Pérez Alencart, tan apegado a su ciudad de elección, como lo estuvo el salmantino nacido en Bilbao.
Lo que llama la atención es la singularidad de la forma métrica del poemario de Alfredo Pérez Alencart, para rendir homenaje a Miguel de Unamuno. Según el poeta, se trata de “un mestizaje entre el hayku oriental y el proverbio bíblico, con algunas pizcas del aforismo”. Bien puede ser una manera de querer condensar en unidades rítmicas muy breves un pensamiento esencial; lo cual se amolda a la aspiración por lo esencial que une a los dos poetas. Me parece que ha optado Alfredo Pérez Alencart por tal modalidad expresiva, para destacar la intensidad y la fuerza de su vínculo con Miguel de Unamuno, así como para dar testimonio de una apertura y audacia intelectual antidogmática, puesto que se arraiga tanto en la tradición oriental como en la Biblia, tanto en lo profano como en lo sagrado.
No sólo la esencialidad que conllevan la concisión del hayku o la condensación aforística, la elección del diálogo, la evocación de la manera de ser de Miguel de Unamuno, la alusión a sus obras, a sus temas o a motivos suyos, hacen de La piedra en la lengua un vibrante y entrañable homenaje a Miguel de Unamuno.
Como muchas composiciones de Miguel de Unamuno, los poemas adoptan el diálogo, y en eso, ya notamos un guiño a la expresión poética unamuniana: se abre con una apóstrofe a la ciudad de Salamanca, y se entabla a continuación un diálogo con Miguel de Unamuno, con Dios, o con cualquier hombre que lea estos versos. Sin embargo se introducen variaciones, dado que otros poemas se asemejan más al lenguaje proverbial o aforístico.
En la serie poemática de La piedra en la lengua se observan numerosas referencias intertextuales, pero no podemos estudiarlas todas en el marco de este análisis. En rigor, la intertextualidad va tejiendo un retrato de Miguel de Unamuno, y nos hace reflexionar sobre lo que nos aporta hoy el gran poeta y pensador. Asimismo descuella el parentesco en el pensamiento entre los dos autores.
Ineludible es mencionar el poema “Salamanca”, de Romancero del destierro, como hito referencial desde el primer poema. Mediante la notificación del tópico “ciudad dorada”, se hace hincapié en la presencia perenne de Miguel de Unamuno en su ciudad: “Lo que perdura lleva tu nombre / por la ciudad dorada”; aunque lamente el locutor que no se conozca a fondo a tan insigne persona: “¿Quién te conoce / de verdad…”.
Por una parte, se insiste en la actualidad de la voz unamuniana, al calificar a Miguel de Unamuno de “profeta / que habla de ayer a hoy”, ya que él también vivió en un contexto histórico difícil y complejo. Por otra parte, gracias a su voz, el lector se enriquece de las voces del pasado: “Leyéndote, son oíbles / antiguas voces”, por lo tanto su expresión da pie a una ampliación del ser mediante el acceso a otra forma de alteridad, estableciendo una cadena en el pensamiento humano a través de los siglos. Eso mismo expresa Miguel de Unamuno en “Credo poético”: “El alma que aquí dejo / un día para mí se irá al abismo; / no sentiré mis cantos; / recogeréis vosotros su sentido./ Descubriréis en ellos / lo que yo por mi parte no adivino”.
Asociada a la búsqueda constante del ser en su profundidad, una novela –nivola –“Niebla”, viene aludida para poner de realce el poder esperanzador de la luz: “La niebla no oculta / lo numinoso / ni el interior del hombre”. Vida y muerte son afirmadas como componentes inherentes al presente: “El vivir y el morir/ a diario apadrinan el presente”; de esta forma se refleja un aspecto básico del pensamiento de El sentimiento trágico de la vida, indisociable de la figura de Miguel de Unamuno.
Haciendo eco a los propósitos del autor de El sentimiento trágico de la vida : “El amor es quien nos revela lo eterno nuestro y de nuestros prójimos”, y de Meditaciones: “La hermandad que nos une a los otros hermanos”, alaba el locutor la fraternidad, la sensibilidad, la compasión de Miguel de Unamuno, y su capacidad a denunciar la injustica, aludiendo al trágico destino de Atilano Coco, pastor protestante por quien intercedió el vasco-salmantino y cuyo destino hizo decir el memorable “Venceréis, pero no convenceréis”, pronunciado en la ceremonia inaugural del curso universitario de 1936, meses antes de su propia muerte : “Un pastor fusilado / por hordas salvajes. Tiembla tu voz”. La llamada de Miguel de Unamuno resuena en los versos de Alfredo Pérez Alencart: “¡Contempla tu miseria, / que es la miseria humana, / la triste pena ; / contémplala y aviva / tu compasión”.
Pone de manifiesto Alfredo Pérez Alencart la humanidad, el pensamiento encarnado unamuniano. Ya se sabe que en El sentimiento trágico de la vida, Miguel de Unamuno se define como “un hombre de carne y hueso que se dirige a otros hombres de carne y hueso.[…] no con la razón sólo, sino con la voluntad, con el sentimiento, con la carne y con los huesos, con el alma toda y con el cuerpo todo”. Se trata de una reivindicación de la autenticidad, de una obra arraigada en la experiencia vital del ser humano, entendido como ser en su realidad corporal y espiritual.
La necesidad de reflexión a raíz de lo vivido es requerida: “¿ Pensar algo sin sentirlo ? / ¿Sentir algo sin pensarlo ?”, inscribiéndose así en la continuidad de Francisco de Quevedo. Cabe señalar que para los dos poetas salmantinos la interacción entre vida y pensamiento se impone para llegar “al yo genuino”.
En La piedra en la lengua, como en Prontuario de infinito, la inautenticidad viene denunciada, y la plenitud es el resultado de una verdadera relación de amor que transforma la existencia en promesa y en esperanza; en eso Alfredo Pérez Alencart y Miguel de Unamuno coinciden sin duda alguna : “¡Y qué otro sentido puede tener el ser o el no ser! […] ¡Eternidad !, ¡eternidad! Este es el anhelo: la sed de eternidad es lo que se llama amor entre los hombres ; y quien a otro ama es que quiere eternizarse en él”.
No falta la referencia explícita a la fe de Miguel de Unamuno en Dios, a la vez presente y ausente, en estos tres versos: “Dios misterio / delicioso, indemne, Verbo esencial”.
Lo inmanente y lo trascendente nutren La piedra en la lengua, de la misma manera que nutren la vida y las obras de Miguel de Unamuno. Recordemos “Credo poético”: “Qué tus cantos sean cantos esculpidos, / ancla en tierra mientras tanto se elevan”.
In fine, diré que, motivados por valores cristianos, ambos autores y ambas personas ponen de manifiesto el afán “de humanizar la humanidad”, para retomar la expresión de otro gran humanista, Emmanuel Mounier, quien admiraba mucho a Miguel de Unamuno. Así termina su homenaje el poeta Pérez Alencart:
La piedra en la lengua
y el espíritu
habitando la ciudad.
(*) Profesora titular del Departamento de Estudios Hispánicos e Iberoamericanos; Facultad de Letras, Lenguas y Ciencias Humanas de la Universidad Blaise Pascal (Clermont-Ferrand / Francia). Forma parte, como Miembro titular, del CELIS (Centre de Recherche sur les Littératures et la Sociopoétique), de Clermont II, y del PIAL (Poésie Ibérique et d’Amérique Latine), de la Universidad de París IV, La Sorbona. También es autora de la traducción al francés y de un estudio sobre Prontuario de infinito (Verbum, 2012), el último libro publicado por A. P. Alencart.
Bernadette Hidalgo Bachs, Nely Iglesias, A.-P.-Alencart, Miguel-Elías, Miriam Borham y María-Koutentaki. Aula Magna de la Facultad de Filología 2012.
marzo 20, 2013
No podía ser más bello un regalo en este día. Lo degustaré con calma. Mientras, envíales un fuerte abrazo a los dos y dales mil gracias de mi parte.
marzo 20, 2013
Acabo de compartirlo con todos mis compañeros de Facultad; estoy segura de que va a encantarles. El primer vistazo ha sido…, espectacular. ¡Qué generosidad!
marzo 20, 2013
Caro Alfredo.
Felicito-lhe por mais esse trabalho, de méritos inquestionáveis, com a parceria desse notável Miguel Elias e competentes tradutores. Como nos diz a poetisa Cecícilia Meireles, «Ah a vida, a vida só é possível reinventada.» Grande abraço.
marzo 20, 2013
GRACIAS A CREAR EN SALAMANCA POR ACOGER ESTE LIBRO NUESTRO.
marzo 24, 2013
Esto sí es un regalo para la vista, el oído, el intelecto y la solidaridad con todos los hombres y desde todos los tiempos.
Gracias Alfredo y Elías.
abril 3, 2013
El ambiente casi sagrado,silencio,mucho silencio y de forma calmada y parsimoniosa llega D.Miguel, abrió sus manos y salieron 1000 grullas,llenando de alegría este acto, porque la poesía UNE LAS ALMAS y las grullas blancas y rojas, nos llenaron de emoción.
Gracias a todos