‘CUATRO REFLEJOS’ Y OTROS POEMAS DEL VENEZOLANO JOSÉ PULIDO, FINALISTA DEL PREMIO INTERNACIONAL PILAR FERNÁNDEZ LABRADOR

 

 

El poeta venezolano José Pulido

 

 

José Pulido (Villa de Cura, estado Aragua, 1945). Destacado poeta, narrador y periodista cultural venezolano. Fue asistente del director de la revista BCVCultural, del Banco Central de Venezuela, desde 1998 hasta su jubilación. Recibió el Premio Municipal de Poesía Distrito Libertador, 2000, por el poemario Los Poseídos. Fue Sub-Director de El Diario Católico (1975), jefe de redacción del diario Última Hora (1978), jefe de redacción de la revista Imagen (1994) y asesor de prensa del Museo de Arte Contemporáneo Sofía Imber (1996). Director de las páginas de arte de El Universal (1996-98), El Diario de Caracas (1991-1995) y El Nacional (1981-1988). Miembro fundador de los suplementos culturales Bajo Palabra (Diario de Caracas) y El otro cuerpo (Suplemento del Ateneo de Caracas, encartado en El Nacional). Ha publicado los poemarios Esto (1972), Paralelo lelo (1972), Los poseídos (2000), Peregrino de vidriera (2001), Duermevela. (2004) y Nunca es un artificio el viejo exilio (2020). También es coautor de los poemarios: Linajes (1994), Vecindario (1994), Cortejos (1995) e Invocaciones (1996). En narrativa ha publicado Pelo Blanco, Una mazurkita en La Mayor (novela, Premio Otero Silva, 1989), Vuelve al lugar que se te ha señalado (cuentos), Los Mágicos (novela, 1999), La canción del ciempiés (novela, 2004), La sal de la tierra (entrevistas, 2004), El bululú de las Ninfas (Novela, 2007), Dudamel, la sinfonía del barrio en los Libros de El Nacional 2011, El requetemuerto (novela, 2012), Los héroes son villanos tímidos (cuentos, 2013), entre otros. Sus poemas están publicados en diversas antologías de América Latina, España e Italia. En la actualidad reside en Génova (Italia).

 

 

Su libro presentado al prestigioso Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador quedó en tercer lugar tras las votaciones finales. Se presentaron 1304 trabajos a esta VIII edición, que fue ganada por el mexicano Margarito Cuéllar y cuyo Accésit recayó en la española Carmen Palomo. Esta muestra poética ha sido hecha por el poeta Alfredo Pérez Alencart, profesor de la Universidad de Salamanca y coordinador literario del premio salmantino.

 

 

 

CUATRO REFLEJOS

 

He estado a punto de ser esclavo

pero no he estado a punto de ser emperador

nunca podría vaciar los abismos de odio

que someten al mundo

solo he llenado de amor pequeñas grietas

no es que sea inútil y mediocre

como para hacer algo de visible importancia

es que has sido gigantesca tú

es que no he podido descifrar ningún misterio

y le tengo miedo a los espejos

del hielo de tus ojos

 

Pulido firmando uno de sus libros

 

 

ENTRE PARÉNTESIS

 

 

Tengo esa mirada de los ojos yéndose

pulverizados por cualquier estampida de recuerdos

bagre aporreado buscando el lecho de los pozos turbios 

ojos de estatua arrinconada, de yesquero sin yesca,

velas de iglesia deshabitada

Es el mundo tratando de apagarlos

de soplarlos fríamente como desamparando unas gaviotas

 

El mundo es una feria de juegos engañosos

ahora lo miras y en un parpadeo desaparece

luego retorna con todos sus soles

sin dolerse demasiado

por los ojos que ya no parpadean

 

Un pavo real envuelto en su propio túnel

arrastraba la cola

como un traje de novia verde mar

parecía fastidiado

pero de repente se enamoró

abrió su espacio celestial

y era un dios con abanico

 

así es el mundo:

cuando quiere acabarse para equis persona

despliega toda su poderosa oscuridad

 

El llanto es potestad de damas y caballeros

en pleno ejercicio de la vida

el dolor es la raíz, el último respiro 

 

Efímero dolor. Muero y me lloran,

si mueres te sollozan

y nunca escucharemos el silencio

que por fin hacemos

 

Mi madre fue añadida a una infinidad de madres muertas

el mundo no se acaba, solo se llena de tristezas

que caen de sus nidos aprendiendo a volar

estamos obligados a dejar que las cosas sigan su curso

como los animales sin casa y los amores comunes y corrientes

 

No podemos remediar tantas tragedias

tenemos lluvia de tragedias, ciclones de tragedias

no es que ellas se han engendrado solas

los ríos no se pudren por voluntad propia

 

(Entre paréntesis:

Antes de zumbar por todas partes su maldad

los criminales jugaron en toboganes y en algún momento maternal

dispusieron de cariño hipercinético)

 

Es cuesta arriba remediar tantas tragedias

pero estamos obligados a enfrentar los defectos

que cada generación ha ido dejando

 

Morder el dolor, escupir el dolor, aliviar el dolor más cercano

es lo que podría funcionar

 

Aprovecho el declive para mirar intensamente

íngrimamente, tragándome los viejos trastos de la ciudad

los agradables ritmos y colores de la naturaleza y de la gente

aunque se me acabe la gelatina sagrada de los ojos

voy a quedarme mirando todo como un león de piedra

 

 

 

ESTA MAÑANA ESCUCHABA A ELIZABETH SCHON

 

Toda voz es breve en la palabra eternidad

pero la de ella se quedaba ensayando un néctar

con la procesión de los segundos

uno pensaba: así es como se endulzan las cayenas

porque ella no estaba aferrada al tiempo

su mente sobrevolaba cerros y jardines

se convertía en garza solitaria

y se iba para las lagunas atónitas de ensueño

que se llamaban ojos

Ella estiraba suavemente la palabra eternidad

sin apurarse mucho

con una lentitud que se iba transformando

en blancura de luna esparcida en sus brazos

su voz se disparaba como un fuego artificial

hacia la techumbre del ayer

y quedaba un regusto, una fragilidad pendiente

un paseo por la playa de cuando tenía quince años

Sus ojos de topacio ejercían la sonrisa

si hablábamos del tiempo

El cuerpo se hundía en las esperanzas adormecidas de un sillón

aletargado en un murmullo de cojines

La bondad con que surgían sus palabras

apaciguaba a la fiera adjunta de la realidad

y estoy casi seguro de que las plantas hablaban con ella

Bueno: al menos había un limonero que le decía cosas

 

José Pulido con Petrusvska Simne, su esposa (1991)

 

DOS OLORES

 

 

Nunca entenderé lo de maldecir o bendecir

si no se procede a herir o abrazar

no sé si el macho cabrío es un animal

cuando el desierto lo recibe

¿es una bestia de carga espiritual?

¿qué hará el diablo con una fanega de pecados?

supuestamente es un degustador de virtudes

nunca hay una definición que te salve 

¿cuántas almas transporta un chivo expiatorio?

preguntas sin respuestas

se amontonan cuando escribo vagando

soy un desierto a mi manera

he puesto cuarenta días y cuarenta noches en el teclado

me estaba durmiendo frente a la computadora

hipnotizado por el gemido de los perros

y la misa de la ropa girando

conservo íntegros mis pecados

huelo a sahumerio de detergente y suavizante

pocas veces huelo a macho cabrío

y obviamente mis demonios sufren

 

Pulido, Borges y Kodama

 

LOS PODERES Y DEMÁS ESPECIES

 

Mira esa cara tuya tan alarmante

como un milagro que vuelve a suceder

 

No sé en qué encrucijada debimos encontrarnos

para que nuestros destinos parecieran

la enredadera de una empalizada

buscando espíritus de flores

 

(Recorrí tu perfil memorizando un viaje

probábamos uvas clandestinas de autobús

y lanzábamos semillas al morado paisaje

el ocaso mostraba sensación de ventana

esperando en la sombra

y estabas al final como un lucero)

 

Hay poderes que no nos pertenecen

y nunca subestimes su existencia

como el que despliega la naturaleza

para embelesar nuestros sentidos

como el poder del tiempo que somete a la naturaleza

hasta el suicidio lepidóptero,

hasta las tumbas de árbol,

hasta las algas del olvido

 

El poder de recordar que no revive nada

pero te nutre con tus propias entrañas

 

Como la suerte mágica del azar cubilete,

que sin tener forma de cuerpo

te excita, te desprecia,

hace contigo un pozo, un obelisco,

un imperio, un gemido

 

y el poder de la gran muerte donde ni sueños hay

pero la mariposa monarca del alma

viaja hacia ella sin brújula

y seguramente llega hasta donde no sabíamos,

 

Por ahora quisiera comentarte

que en esa cara tuya de alarmantes anhelos

el tiempo y la naturaleza no han podido cambiar

lo que me hace mirarte

 

 

ESCRIBIR CIEN VECES

 

Existía por primera vez

Era primerizo

Sentía miedo de no saber y de no aprender

siempre confundía Saturno con Neptuno

y me ordenaban escribir cien veces

Saturno tiene anillos y Neptuno es un planeta congelado

 

Hoy me contaron que mi maestra es nube

carne de himno, bondad diseminada

 

y la escuela suelta cáscaras que más bien parecen pétalos que más bien

huelen a orina

puedo tener una ausencia para lamentar

pero dos ausencias son un sacrificio inabordable

 

(Las paredes fueron invadidas por grietas que suspiran cal, se comportan como cicatrices de los sentimientos perecidos a cuchillo limpio, en lo que secretamente ha sido una tercera ausencia)

 

hay frases que enloquecen como papeles en la calle

cuando el diablo ventea

 

Bañarse acabado de comer hace daño

Cualquier cosa que hagas después de comer

te puede causar una embolia

 

y cuando pasaban las muchachas

empujando sus risas cortas que inflamaban el corazón

en forma de pequeñas cúpulas de organdí

creía que la embolia

venía siendo como estar en el medio de la calle

sin poder decir una palabra

ante aquellas tentaciones con anillos,

ante aquellas bellezas congeladas

y las frases atragantadas conócete a ti mismo

agua que no has de beber déjala correr

corazón cobarde no conquista damas ni ciudades.

trágame, tierra y mamá gritándome ¡vas a llegar tarde!

 

 

VANGUARDIAS

 

Ni la piedra permanece inmóvil

el cuerpo declina y se somete

¿por qué aspiras a encontrar un sentimiento inalterable?

podría llamarse amor el mantenimiento de emociones

-lluvia, trueno, relámpago-

el asunto es que no puedes predecir ni decretar

el estremecimiento involuntario

la libertad de estar a la deriva

 

Un día mi esposa me preguntó ¿de qué tamaño me quieres?

y respondí apocado “como de aquí al Polo Norte”

¿no te parece una corta distancia? refutó

Yo, que agonizo caminando un kilómetro

 

Exacto. Revisé mi amor y pensé que la próxima vez

lo extendería hasta el mar de los Sargazos

o entre la Patagonia y un lugar con pingüinos

¿Qué es geografía? Es el arte de escuchar cantando a un Cristofué

sin que los ojos se te enturbien

 

Es inevitable: me hundo en la nostalgia

porque es imposible amar el futuro

y el presente milita en la vida fugaz

haciendo impostergables sus apuros

 

El pasado se queda quieto como quien acaricia

a un perro, un gato, un sofá

puedes usarlo a tu manera: es el mejor muerto que ha existido

 

Sé, amor mío, que pertenezco a una pobre vanguardia

de todo lo que se ha roto tratando de entender.

Si entendiera, finalmente, dejaría de escribir

 

Lo que la sociedad no ha creado

pero debe respaldar en algún momento como cosa propia:

así definen los sabios eso que llaman vanguardia

también es vanguardia recordar algo diferente

como un trozo de carta enviada por Rilke

a Lou Andréas Salomé:

 

“…no tengo que acurrucarme en una habitación de hotel, sino que me rodeo de cuatro altas paredes blancas que, a pesar de todo, dependen un poco de mí. ¿Hace buen tiempo por ahí y hay muchas rosas?”

He vuelto al pasado. Qué manera de caer.

Multitasking, así llaman ahora, hacer varias cosas a la vez

sin dedicarse a ninguna con verdadera pasión

 

José Pulido

 

TRES INTENTOS

 

Las sombras de seda de las noches vividas

caían con sus cabellos y su voz titilaba

como Alfa Centauri junto a la lejanía de su mirar

Sentí que tocaba la puerta de mi pecho y quise abrir

para salir a convertirme en ascuas

pero andaba buscándola en los ademanes del pasado

realmente escombros celestiales

pensé que me iban a desnucar como un chivo

todos esos recuerdos

que se devuelven para beber el agua de este día

 

 

 

José Pulido y Lindsay Kemp

 

CABALLERO AL DESCUIDO

 

Se quitó el sombrero y lo dejó tirado

-sentía una fealdad-

Hurgó en la lejanía y repudió sus lentes

-sudaba ante el paisaje-

casas anaranjadas por donde el otoño se había precipitado

casas amarillas besadas con la última fiebre del verano

casas blancas poseídas de invierno

casas rosadas sonrosadas desnudas

 humo casi inexistente de horizonte apagado

¿dónde está la mujer de enjoyado cuerpo que camina bailando

un ritmo de morir solo por eso?

-su reír susurraba las aguas subterráneas serpenteando en el éxtasis-

¿En qué se convirtió tanto veneno?

Cuando trató de vaciar su corazón, de reiniciar su corazón

ya se había perdido en el desorden de las habitaciones 

 

Hanni Ossott

 

 

LOS OJOS DE HANNI

 

El zorro ártico mira las estrellas

con ganas de comerse la vasta muchedumbre

Si se volvieran malvadas las constelaciones

y crearan un hambre de serpiente arriba

se tragarían como venado al zorro ártico

pero nunca jamás apagarían sus ojos

porque son los mismos que usaba Hanni Ossott

 

Ojos de zorro polar acurrucando poemas

asustados en las piedras hendidas del ayer

cazando deseos virginales que no hay

bajo un sombrío clima de damasco y satén,

sus palabras que se fueron rompiendo retoñando encendiendo

como las brasas mentales de Rainer Maria Rilke

palabras de necesitar amor teniéndolo y de sacarle brillo

a sueños que se oxidan

 

La noche era un proceso de no amar, ponderar el sufrir

soportaba silencios de señora que no compartía sus dolores

y su aurífera boca curaba las palabras

se atiborró de bibliotecas, cocinó una casa y se la comió,

también se tragó un ángel y media docena de literaturas paralelas,

todas esas cosas que uno hace de repente cuando ya no puede más y

entonces recapacita y ya no puede más

 

Cuando mueres no sabes leer

No intentas bailar, ni te invitan a una interesante reunión

pero es obvio que ella sabrá realizarlo todo en forma de futuro

ponga usted un cuarto en un espejo

para que la vea cruzando hacia el perfume

que ha quedado en el verbo destapado sin tapa descubierto

buscando nido efímero en las galaxias de los guardarropas

 

Cuando mueres no eres tú quien se va

y ella no se fue ¿cómo podría alejarse?

ya estaba mordida de constelaciones

 

inmune ante el olvido

hacendosa dueña de soledades huérfanas

dejó clavados sus ojos refulgentes

como un almanaque

en todo lo que vamos a sentir de ahora en adelante 

 

Carlos Giménez, Barbarito Diez, María Teresa Castillo, Pablo Milanés… Pulido (sentado)

 

 

PUEDE QUE SEA INSENSIBILIDAD

 

La insensibilidad ostenta estratos y niveles

como las cortezas de la tierra marcadas por viejos terremotos

ruedan sutilmente bicicletas hipnotizando trechos

el polvo se esparce, la arcilla quiere abrir sus alas de vasija,

y hay mujeres hermosas pedaleando

 

Los diminutos pájaros que persiguen insectos

ignoran al mendigo dormido en el peor lugar

y la gente bosteza pendiente de milagros

 

Decenas de choferes y peatones

pasan de generación en generación

por encima de un animalito muerto y lo pisan de nuevo

 

En un museo caminarán de largo ante un cuadro de Lucien Freud

o de Francis Bacon y quedarán prendados de Gustav Klimt

lo cual no es un pecado: es un escalón que sube o baja

 

Se es insensible hasta el colmo

cuando no se comprende a la persona

que respira al lado

y los planetas se mueven sin que haya

un mínimo hechizo de conocimiento

respecto a las lágrimas ajenas

 

Soy un ser insensible, sin ganas de querer

me muevo en un área tan pequeña que podría estar en un zoológico

 

Probablemente soy el más insensible

en este presente sin virginidad

el más rápido de los insensibles

puedo vencer en un duelo a las piedras

no importa el tamaño: piedras de riñones

acantilados escoceses, whisky de montaña,

piedras sacrificiales

 

Séneca dijo, en una de sus tantas elucubraciones

“Es el alma la que ennoblece;

ella puede, desde cualquier situación,

elevarse por encima de la fortuna”

 

Y empieza uno a buscar el alma como si fuera célebre 

entre el hormiguero de formas similares

(encuentra al oso panda)

tarea vana, engorrosa, porque el alma carece de gemelos

es tan individual que debe confundirse

con la procesión de rostros encendidos, apagados, reunidos

en las calles pérfidas, sentimentales,

que cada quién esconde

 

José Pulido con Petrusvska Simne, en Génova

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