Estatua de San Juan de la Cruz y catedral de salamanca, foto de José Amador Martín
Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar los poemas que tres destacados poetas iberoamericanos han enviado para ser publicados en la antología ‘Llama de Amor Viva’, que viene preparando el poeta A. P. Alencart y que se presentará días antes de la celebración del XXII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, del 14 al 17 de octubre. Colinas es Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana; Salvado es Medalla al Mérito Cultural de la República Portuguesa y Moro es Premio Internacional de Poesía ‘Pilar Fernández Labrador’.
Antonio Colinas leyendo en el XVIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos (2015, foto de José Amador Martín)
ANTONIO COLINAS
(España)
SAN JUAN DE LA CRUZ SESTEA
EN EL PINAR DE ALMOROX
Primero, lo derrumbó el cansancio del camino,
la hoguera del sol en las cumbres.
Luego, lo despertó la pureza del aire
y, al entreabrir los ojos, observó allá en lo alto
un vuelo de cigüeñas.
Más tarde, la plegaria se abrió paso en su mente
como el agua se va abriendo paso
entre dos surcos ásperos.
(Hace años pasó por estas mismas sierras.
Entonces era invierno.
Con un cordel de esparto le llevaban
atadas las muñecas,
y los ojos vendados,
¡pero él cómo sentía el olor de la nieve!)
Ahora, cuánto estío.
Lo adormecen los grillos, las cigarras,
y ya no siente apenas el cuerpo entre los pinos.
Y, sin embargo, qué real la tierra
y qué mansa la piedra que tiene por almohada,
esta tumba de olvido en el pinar de la persecución.
¡Qué bien comprende el mundo en esta paz sublime!
Esperará a la noche
para sentir de nuevo la sed de los caminos,
esa honda sed del no saber sabiendo.
Para encontrar la senda extraviada
se adentrarán sus ojos en lo oscuro
como en maraña de espinos.
António Salvado leyendo en el XIX Encuentro de Poetas Iberoamericanos (2017, foto de José Amador Martín)
ANTÓNIO SALVADO
(Portugal)
PALAVRAS PERDIDAS
DE JUAN DE YEPES Y ÁLVAREZ
«Em busca do Amado
a minh’ alma por ávido deserto,
o tumulto do mar atravessado,
o maior alto cerro ultrapassado,
e sentindo-O mais perto,
de angústia atormentada,
de solitária vida consumida,
avança lentamente magoada
por pedregosa senda ladeada
de escuridão ferida,
procura a Quem mais quer
e dissipando o breu da escuridão,
na esperança de mais ter
Aquele que ela julga vir a ser
Quem lhe dará a mão,
e sem temer açoite,
por sede insaciável consumida,
sem chão onde se acoite
avança destemida pela noite,
com fome sequiosa de comida,
esperando encontrar
a madrugada iluminada pura
onde se eleve Quem a vai curar
e que seus males possa derrotar
da sua vida impura,
deseja em chama arder
no fogo de seu doce e meigo Amor
e n’ Ele em breve dia esmorecer
p’ ra n’ Ele em outro tempo renascer
em eterno fulgor,
e a maior ambição
na longa e prolongada caminhada
cheia de espinhos e de turbação:
chegar enfim ao fim da zelação
e ver-se dentro d’ Ele transformada.»
La poeta Lilliam Moro en Salamanca (foto de Jacqueline Alencar)
LILLIAM MORO
(Cuba)
A PROPÓSITO DE UN VERSO
DE SAN JUAN DE LA CRUZ
Llegados a este punto
las puertas no se pueden abrir
ni se percibe ninguna luminaria
en el fondo del túnel;
tampoco hay ningún túnel,
solo contamos con el pequeño espacio
donde se agita un torvo escalofrío.
Hasta hemos carcomido la cal de las paredes
y convertido en astillas los muebles,
las puertas, las ventanas.
Formamos parte de las ruinas.
Afuera está nevando.
Nada aparece.
Cuánto perderse en pos de lo inefable.
Ahora sólo se escucha como bajo continuo
resonando pausado en la celda interior
un verso,
como sombra y destello que se apaga y alumbra,
que cobra intensidad
pero luego es susurro mínimamente audible,
y no logramos entender
“un no sé qué que quedan balbuciendo”.
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