El poeta Ion Deaconescu, en la Biblioteca Pública de Craiova
Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar, por vez primera, cinco textos que la poeta, catedrática y traductora Carmen Bulzan, ha traducido del rumano Ion Deaconescu (Tirgu Logresti, Gorj, 1947). Entre sus poemarios publicados están: Appareil pour photographier l’âme (1981); La vase de brume (1985); L’éternité de l’instant (1986); La masque pourvoix (1987); La grammaire du hazard (1991); La preuve de la solitude (1993); La réthorique du mirroir (1995); Zéro Dynamique (1995); L’etoille de veille (1995); Le jardin du desert (1997); Le blessure de l’obscurité (1998); La fête de la perte (2001); L’échoinutile (2002); Nada (2007); Ailes de lumière (2009); Cognelicoterrant (2010); La damnation du poète (2011); y Lacrima viitoare, 2013. Deaconescu es poeta, traductor y professor de la Facultad de Filología de la Universidad de Craiova. También es coordinador del Festival Mundial de Poesía Mihai Eminescu.
ERES EL ECO MISMO DEL POEMA
Pareces como el eco del poema,
Como si fueras grito y asombro
A la vez.
Como si fueras
La complicidad entre el cazador
Y el venado.
O la vergüenza de alguien
ante en el espejo.
O unas gotas de rocío
Sobre el tobillos de las vírgenes
Petrificadas en su espera.
Pareces como el eco del poema
Escrito con mi propia sangre,
Con las tierras fertiles,
Con mi amor,
Con el odio que a veces me posee,
Con la desesperación,
Con todos los sueños de siempre.
Eres el eco mismo del poema.
Ion Deaconescu (de pie), durante la ceremonia inaugural del Festival Mundial de Poesía Mihai Eminescu (2017)
Dibujo de un ala de ave, de Durero
EL GRAN DESPERTAR
Para Alexandru Cercel
Qué fuerte y grande
Es el ala
Destinada a este vuelo
Que será el más largo,
Cuando las heridas
Se transformen en flores
Y la barca
Nos lleve hacia la noche
Rodeada por las paredes
De la soledad.
Qué fuerte es la última ala
Al despertar del grito
Que planea
Sobre la palabra no pronunciada todavía
Pero que ya está empapada de rocío.
A. P. Alencart e Ion Deaconescu, en la Biblioteca Pública de Craiova
El poeta y traductor Ion Deaconescu
COMO UNA ESTRELLA DE LA VIGILIA
Has llegado de tan lejos.
Permíteme invocar al viento
Que fructifica tu esperanza
O implorar al cielo que proteja
Tus ojos azules despertados por las flechas
De la madrugada.
Me dices que existe algo más,
Que hay que quedarse tan puro
Como una tierra creíble,
Sin mentira ni remordimiento,
Donde el gesto se petrifica
Por la confiada espera –
Otro arco iris esperado toda la vida
Sobre la frente del dios
escondido entre corazones desconocidos.
Temo que de todo esto
Quede tan solo una lágrima
Y tú, venida de tan lejos,
Como una estrella de la vigilia.
Los poetas Ion Deaconescu y Spiridon Popescu, en Târgu Jiu
Compartment C, Car 293, Edward Hopper (1938)
VIAJE
A la rubia del tren de la una menos cuarto
De Strasbourg a París,
No veré nunca más.
Ella leía “Der Spigel” y las líneas de la revista
Se habían convertido en un ferrocarril
Sobre el cual viajaban las cálidas miradas
Hacia mí,
Sin restricción alguna.
Me molestaba la arena
Del Tiempo
Que se perdía con cada parada,
Anunciada como un castigo
De conductor tan meticuloso.
La rubia del tren de la una menos cuarto
De Strasbourg a París,
No se ha bajado nunca,
En ninguna parada.
Ion Prioteasa, presidente de la Región de Dolj, e Ion Deaconescu
LA CLEPSIDRA
Fluye la arena, fluye,
El hombre está entre la sed y el grito,
En el destierro que queda
Sin respuesta.
Se puede hablar de un nacimiento
En el silencio reencarnado,
El dolor clama la ayuda de hospitales de nieve,
Esperas una mano, una palabra, una bebida mortal,
Una noche de fragrancia de los labios,
Una estación de vocales en la que crees
Como a un padre enamorado.
Fluye la arena, fluye,
Planta de aire entre cielo y tierra,
Ay, la pérdida, dulce tránsito,
Como un beso mentiroso en la boca
De la nada.
Alencart brindando con Deaconescu
Carmen Bulzan, en la Biblioteca Pública de Craiova
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