«Crear en Salamanca», con los poetas y artistas gráficos para la Celebración de la Poesía. Año 2021. Un viaje a la Luz
Selección de José Amador Martín
Foto José Amador Martín
PILAR FERNÁNDEZ LABRADOR
Dama de la Cultura y la Poesía
El primer hombre , en el primer albor del paraíso, sintió el temblor y asombro del poeta y fue poniendo nombres a las cosas.Ecos sonoros de tu Nombre augusto .
«Bien se que la palabra es hija del silencio . Es verdad que el silencio nos habla sin palabras. Siempre será el silencio el idioma de Dios y el mejor contrapunto al canto del poeta . Debajo del silencio esta escondida la vida y la palabra cristalina . Descubrir su misterio es alumbrar poemas inmortales “
( M. Combarros)
Estos versos o cualquiera de los que han compuesto tantos poetas , serían suficiente para ensalzar la poesía . Ellos saben abrir la vida y al experimentar su latido , hacen brotar la palabra para hacer realidad los sentimientos . El lenguaje adquiere una estatura soberana con la lírica
Confieso mi predilección por la poesía . Siempre mostré dicho afecto , que me une al misterio y al faro que relumbra en lo más profundo de la memoria humana . Me confieso “sentidora“de la palabra poética , cuya fuerza siempre me atrajo , como un imàn que conduce , a través del lenguaje , las mayores potencias del espíritu humano . La palabra, especialmente la poética , tiene la potestad de , no sólo deshacer nuestro aislamiento sino de completar nuestra humanización .
Sobre la áspera piel en que nos movemos , ser poeta es algo extraño , casi heroico , pero necesario . Hacen falta utopías , soñadores , para poder tener la experiencia de la luz capaz de abrir la conciencia a hermosas realidades ocultas .
“ Cada día estamos más codificados , cada vez nos cuesta más conocernos con gestos , nombres y apellidos , Se nos numera desde un carnet de identidad , hasta en el NIF, pasando por la historia clínica . Cualquier día vamos a llevar el código de barras incorporado en la frente “ -( Manuel Muiños )
En una sociedad exceptica, que esquiva las rutas del espíritu , sín capacidad para la fascinación , que vive de espaldas a lo esencial , necesita dosis de humanidad. La poesía , a contratiempo , puede ayudarnos, porque es manifestación de todo lo que atañe al hombre , desde lo más íntimo a lo que sucede en el entono , de su periplo existencial .
Nuestro mundo la necesita …. Los versos no son un refugio para olvidar lo que sucede en la realidad . Todo lo contrario .: desde la verdad de lo personal , están para ayudarnos a levantar ese extremo de anhelo y trascendencia que lleva implícito vivir. No sólo están para ofrecer paraísos dormidos , si no para enfrentarnos , con la fuerza de la palabra , todo lo que anula , arrodilla , adocena …
Se considera la poesía como la utopía de la lengua . Así lo creo . En el poema. las palabras moldean un mundo perfecto e invulnerable al tiempo , donde logran plenitud de sentido y un cierto destello de eternidad .
No entiendo la vida sin poesía y difícil imaginar el paraíso . Ella “-…es la palabra humeante de infinito ; lenguaje que nos humaniza. Es palabra cumplida, cosechada en el corazón “- ( A. P. Alencart )
Foto Victorino García Calderón
ROMÁN ÁLVAREZ
DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA
Creo que era Faulkner el que decía que la literatura es como una cerilla que nos permite percatarnos de la oscuridad que nos rodea, que nos hace pensar, que nos insta a escabullirnos del engaño en el que nos obligan a vivir, y por tanto puede resultar peligrosa. Sostienen voces autorizadas que con motivo de la pandemia se escribe –y se lee— más poesía que en las circunstancias normales precedentes. Desde luego, la sección correspondiente en las librerías da fe de que este tipo de textos ocupa suficientes estantes como para respaldar esta aseveración. Se compran libros de poesía y no solo como regalo de Navidad. Si el mercado sigue siendo supremo juez de tantas cosas, cabe suponer que muchos de esos libros antes o después se acabarán leyendo. Sería interesante indagar acerca de cuáles son las razones que mueven al común de los lectores a degustar una literatura que, a pesar de coyunturales periodos de abundancia, sigue siendo pasto de minorías. Acaso en el subconsciente colectivo anide el sentir del romántico Shelley cuando en su “Defensa de la poesía” afirmaba que, “aunque a la sociedad le costara reconocerlo, los poetas estaban llamados a ser los legisladores del mundo”. Emerson, el poeta estadounidense, exhortaba en un ensayo de 1836 a “estudiar la Naturaleza”, que venía a ser casi como la nueva Biblia para muchos románticos. Si viviera hoy día, seguramente instaría a “estudiar la poesía”, porque ella despierta el espíritu fulgurante que abre las puertas de nuestra imaginación más creativa.
En algún otro lugar he mencionado que me impresionó el discurso que Kennedy leyó en el Amherst College pocos días antes de ser asesinado. Una parte del mismo versó en torno a la función de la poesía. Dijo el presidente norteamericano en el solemne acto en el que, precisamente, inauguraba una biblioteca en honor del poeta Robert Frost: “Cuando el poder conduce al hombre hacia la arrogancia, la poesía le recuerda sus limitaciones… Cuando el poder corrompe, la poesía limpia, porque el arte sienta las bases para esa gran verdad fundamental que sirve de piedra angular a nuestra conciencia”. Mario Vargas Llosa, en su discurso de investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Salamanca, afirmó que “un pueblo contaminado de ficciones es más difícil de esclavizar que un pueblo inculto”.
Celebramos un año más el Día Mundial de la Poesía. Ojalá se siga conmemorando en el futuro en mejores condiciones y libre de pandemias, porque los poetas, en ese día tan suyo, necesitan verse, tocarse, abrazarse y llorar por los ausentes. Hace poco hemos perdido al doblemente galardonado con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y con el Premio Cervantes, Joan Margarit. El confinamiento nos obligó a cancelar su visita a Salamanca, donde le habíamos preparado una Jornada de Estudio en torno a su obra en la facultad de Filología. “Que avance una sonata / mientras en la ventana se oscurece la tarde”, expresó esperanzado en un poema inédito. Que avance su poesía y la de tantos poetas como tenemos en Salamanca. Porque, como escribió el poeta senegalés Léopold Sédar Senghor, también Doctor Honoris Causa por nuestra universidad, “la poesía no puede morir, porque si no ¿quién cantará a la esperanza?”
Foto José Amador Martín
ALFREDO PÉREZ ALENCART
LA POESÍA ALCANZA
Digamos
que habitamos una tierra ardiente
llamada Poesía,
que también es Voz
y es fruta viva
y es tallo
que a diario la gente descubre
creciendo ante sus ojos
o sonando cual amoroso violín
cuyas notas ruedan
por el mundo,
ya hechas Palabras
para ser luz en nuestras vidas.
Digamos
que en el principio era la Poesía
y que esta nos nutre
y nos alcanza,
así pasen dos lustros
o dos Milenios.
Foto José Amador Martín
ANTONIO COLINAS
HUERTO DE LA FLECHA
de En los prados sembrados de ojos.
Siruela. Libros del Tiempo.
Oh fuente (…)
Oh secreto seguro, deleitoso.
FRAY LUIS DE LEÓN
¿Por qué nos fuimos
y le dimos la espalda
a la fuente escondida?
¿Es que ya habíamos desvelado
su música con nuestra pobre música?
¿Es que acaso pudimos abrir
la sombra con la luz,
con la luz que traías en tus manos?
¿Es que logramos dar con el secreto
en la espesura?
¿Es que alguien puede dar en esta vida
con la verdad suprema?
Así que tuvimos que ascender
pisando el musgo del sendero verde,
serenos más vencidos,
de la umbría a la luz,
de la luz de unas manos
que me iban conduciendo, guiando a otra luz
que nos pudiese revelar el sueño primitivo.
Y es que todavía éramos humanos
y abordar debíamos la prueba de vivir.
Por eso, regresábamos
de lo hondo a la altura.
En lo hondo quedaba
la fuente y su murmullo,
la fuente y su secreto:
ese que yo bien sé,
ese en el quizás
esté la salvación.
Foto: Lurdes Barrios
ASUNCIÓN ESCRIBANO
EL POEMA
de “El canto bajo el hielo” (Ediciones Carena, 2021)
“Pero un poema es una criatura verbal hecha de maravillas”
(Juan Antonio González Iglesias)
Los eruditos hablan de artefacto
cuando estudian las líneas del poema
en su asiduo gesto de inventario.
Nombran sus engranajes previsibles
cual mecanismos estrictos de reloj
donde embridar su furia desatada.
Explican que en ellos se acomodan
las piezas del mecano de la lengua
como un riego previsto exactamente
en el mismo minuto cada día.
Escriben sobre sílabas pautadas,
ritmos computados con metrónomo.
Yo prefiero el nombre desvelado
del poeta que ha penetrado en la fronda
luminosa en desvarío: Criatura,
que comprende la vida y el aliento.
Su corazón de lluvia está repleto
de arterias de llamas que conjugan
la suma insensata de contrarios.
Paradoja la apodan los expertos
sin poder concebir lo incomprensible.
Pero a mí me gusta imaginar
que es el fulgor de la ebriedad
destilada por locos y por sabios
que asisten a la unión entre las cosas
cual pájaros radiantes ya sin jaula.
Palabras que hacen de todo lo que
existe firme nudo que disuelve
los ojos del lector en catarata.
No hay otra manera de ascender
sino a lomos del poema y contemplar
el mundo desde lo alto de su cumbre.
Sólo puedo pensar la maravilla
como el lugar de partida y llegada
del fanal milagroso de los versos.
Y puestos a escoger entre prodigios,
elijo aquellos atardeceres lentos,
sus turbios arrabales y desdichas
que hicieron de la vida del porteño
un abrazo de húmedos zaguanes
e infinitas auroras y ponientes.
También las azucenas en la noche
donde reclinar cansancio y miedo
como hizo ardiente el carmelita.
Los ojos verdes de la de Nevares
donde se podía oír batir el mar.
Las cancelas del cielo de Tarquinia
con su sueño de potros y cervatos.
La ceniza que alzada ante la luz
es proclamada a modo de esperanza.
La gravitación quieta de horizontes,
la risa confundida con la fuente,
las pequeñas cosas en pañuelos,
la libertad de estar presa en tu nombre,
Preciosa y su sonaja hecha de luna,
el don que no se halla entre las cosas,
la búsqueda exacta de lo que eres,
el aullido interminable del vivir,
el fruto que es resumen ya del árbol,
los hombres que con luz van más deprisa,
la vida que canta y se entrecruza,
la noche tras el sol tan de repente,
el cansancio de ser y de haber sido,
el taxi y el amor conjuntamente,
las espinas que no son tan pequeñas…
…Y tantos…, que no son artilugios
sino habla en amor con quien escucha.
No sabría definir que es un poema.
Pero en ellos resguardo yo mi vida
del tiempo, del mundo y su tristeza.
Como íntima hoguera frente al frío.
Foto Lurdes Barrios
SANTIAGO REDONDO VEGA
LOCOS DE TINTA
Porque un ciento de locos
trocan versos por aire
y hacen piel corazones de libertad y cántico…,
todavía hay futuro.
Porque indagan la histeria,
ponen cielo a las nubes
vacunando los mitos que a los cuerdos infectan,
y perviven sin héroes
o atraviesan de ahoras el pretérito aliento
de una emoción sin mácula.
Y se sueñan poetas,
aposento de labios de mirada extensísima,
de silencios con alas,
de ternuras sin lacre.
Muere dios en el ámbar que trampea la noche
o en el nido de cuco de una emoción utópica,
pero aún nacen y emigran
esos locos poetas por la sed del instinto,
y se ensucian los dedos con la emoción del barro,
y se irritan, y amansan.
Porque hay locos de tinta
destejiendo corduras cuando nadie les piensa,
todavía pernoctan
cien sirenas las playas de esta mar decadente,
cien poetas, cien voces.
Y en su hatillo de versos
olvidado y raído como un jergón de lunas
se hace inmenso el vacío
que convoca al presente de esta tenue esperanza
Foto: Torcuato Cortés
ESTER BUENO PALACIOS
Con el viento
Con el viento de otoño y
los frutos creciendo en los zarzales,
con un poco de lluvia despistada
que ni moja, ni cala, ni consuela,
yo te digo… ¡adelante!
Son extraños los tiempos
y las horas parecen inventadas,
raro rumor venido desde otros continentes, pero digo … ¡adelante!
Lo sé,
te he visto temblar por la mañana.
Son tiempos impacientes y mestizos,
una mezcla de miedo y de dolor de todo,
de tristeza en las cuencas de los ojos que no derraman nada,
con espacios dejados por amigos, innecesarios y estúpidos vacíos.
Pero digo… ¡adelante!
Te lo digo y levanto las manos para asirte del alma y que me salves…
y quizás yo te salve.
Foto José Amador Martín
SOLEDAD SÁNCHEZ MULAS
VOZ
Los hombres nunca encuentran el camino de vuelta
al fondo de sí mismos.
Acallan esa Voz que late en sus penumbras,
que los agita en medio de la noche
y los arrastra frente al espejo crudo
en el que se sincera su esqueleto.
Los hombres, sordos,
vadean las verdades como ríos oscuros,
pero se ahogan en sus certidumbres.
Y así se encuentran en los cruces vacíos,
mirándose sin verse,
retomando los caminos hollados
y olvidando las sonoras sendas.
Foto Victorino García Calderón
J.M. RERREIRA CUNQUERO
NO HAY LLUVIA DE MATICES
del libro: Fuego de horas y arraigos
NO HAY LLUVIA DE MATICES
Como inmóvil paisaje adormecido
la calle es un recipiente
helador de pesadumbre,
de reflejos y tristezas cohabitadas
entre retratos de afectos presentidos
y emociones etéreas que asomaron:
remembranzas y recuerdos,
más allá de los cristales.
No hay lluvia de matices
que acoplen el caos que va engullendo
el manso sol del mediodía,
ni rosales que infecten el color
en las flácidas rosas que entregaron
a la sequedad de la hojarasca
su estallido de armonía.
Foto José Amador Martín
ARACELI SAGÜILLO
POESÍA y PRIMAVERA – 2021
Esta primavera la imaginación
sueña con metáforas nuevas,
capaces de recuperar la memoria perdida.
El mágico brote de la palabra se hace escarcha,
y duelo, y corazón de nieve, y río,
y corriente nunca más detenida.
La imaginación guarda el sueño,
que los poemas de la pena esconde…
!La poesía! La poesía es la isla de la ternura,
la frágil flor dueña del último poema.
La poesía se lleva dentro de las palabras,
se esconde entre lágrimas,
esas lágrimas que todos lloramos.
Aquél que conoce la suave caricia de la poesía,
ha descubierto la principal razón de la existencia
Foto Paz Mateos
ARANTXA AGUDO
PALABRA
Dichosa la tierra que recibe el agua como bendiciones pausadas.
Que acomoda el campo para acunar al futuro fruto.
Dichoso el que siembra a voleo o mano alzada el grano…
Que traerá la hogaza o alimentará al cordero.
Guiará el arado, romperá el surco, cantará feliz
por el sol, la luz, el trabajo y la senara que espera.
Dichoso el labrador que sembró palabras,
labró el baldío, creó tempero, aguantó el cierzo.
Cultivó el silencio se enredó en la luz y creo un poema.
Hoy le arranco a la muerte la vida que lleva…
Dichoso el…
Que soñó en palabras y siempre las arrimó a la tierra.
Foto Ángel Holgado
Mª DEL CARMEN PRADA ALONSO
ANTE LA JUVENTUD PERDIDA
Se atardecen las miradas
bajo las frentes cautivas
que preparan el azogue
para hacer espejo
de la postdata de la juventud deshojada.
En cada recodo de las heridas,
sangra a escondidas
la desesperanza del otoño.
Pasaron el pan y la miel
a flor de cantueso
y cae la cadena en la mano
del enlutado espíritu.
Quedan desnudas las ruinas
sobre las que planean
bandadas de fantasmas
entibiados en nieblas boqueantes.
La anchura de la nostalgia
recupera los verbos
que quedaron sin conjugar,
en una partitura destintada
sin resurrección posible.
¡Qué efímeros los oros!
¡Qué frágiles las riberas!
Toca saldar deudas
con las espuelas calzadas
yendo a los alcances
de los arrepentimientos
encomendados a la memoria.
En el horizonte de la esperanza
el viejo Catón resplandece
en un silencio que gira
preso en el tornado de los años.
Surge el asombro
y llega la pureza de la razón
trayendo la luz rompedora
de las sombras que pretenden
opacar el brillo de la senectud.
Foto Ángeles Rebollo
LEONOR MARTÍN MERCHÁN
DESPIERTEN A LA LUZ
Despierten a la luz
Las palabras dormidas
El angosto suspiro
Por un grito de victoria
Las manos guardadas
En los bolsillos
Ofrendando lágrimas
Sin secar su herida.
Despierten a la luz
Tantas derrotas
Y levantemos la voz por las esquinas.
Los fríos pasiles de la historia
Que silencian diálogos de huida.
Despierten a la luz, todas las notas
En el pentagrama de esta nana adormecida
Y pintemos se acuarelas y colores
Las estancias de la vida.
Despierten a la luz todas quimeras
Y gana la victoria en tu partida.
Que la cordura y la razón sean tu lema
En la desnuda palabra adormecida.
Foto José Amador Martín
ISAURA DÍAZ FIGUEIREDO
EFIMERA CANDELA
Tibio helecho de luz,
miel impaciente,
fuego herido que al quemar abrasas.
Y pronuncio tu nombre,
y me traspasa, hasta elevarme al cielo,
y en esa hoguera,
que no quema
emprendo vuelo,
y salvo el viento,
tejiendo tormentos.
He de partir,
y aun tremolan mis manos
el ultimo abrazo
y mis pechos amamantan palomas a sus pechos
La tierra te cobija,
y la sombra grita en clemente desamparo
sudario,
lienzo
velo de pureza…
Humedeceré tus secos labios
y ocultando un beso tras la sábana
abrigaré tu caja.
Foto José Amador Martín
ANA S. DÍAZ DE COLLANTES
EL ÁRBOL DEL AHORCADO
Eres el rumor irredimible
estampido inapelable
chaparrón sacramental.
Eres un talento funerario
la inquietud invaluable
el fragor universal
la epifanía del rayo eres
corsario o desatino oculto
creado por un latido
de maestría en la mar.
Foto Ángeles Rebollo
ISABEL BERNARDO
FUERA DEL PAISAJE
Todo parece estar en su lugar.
En el horizonte la nube.
En la charca la garza
y en el silencio de la noche el relente
donde van rompiendo a respirar las larvas.
Todo parece mantenerse en la física
de su materia, dentro de urdimbres y aleaciones
(invisibles a veces)
que desbordan pausadamente sus formas
sobre el pulso ambarino del sol; oscureciéndose luego,
cuando el poniente emprende la fuga
a sus abismos.
Solo nosotros parecemos haber quedado fuera
de este dinamismo de la luz. Solo nosotros detenidos
en aquellas últimas horas del anterior invierno. Solo nosotros
negando
la incontestable primavera
que ya anuncian las prímulas.
Foto Torcuato Cortés
ANNIE ALTAMIRANO
Inspirado en ‘Feuilles mortes’, pintura de Remedios Varo
A veces escribo como si trazase un boceto.
Remedios Varo
Envuelta en la penumbra,
devana el frágil hilo de los sueños.
La sombra de la pesadilla y los despojos
fluye
desde el túnel
donde la eternidad toma un nombre.
Recala
su álgebra inútil
que se hunde en el silencio
sin encontrar el rastro
fugitivo de quien fuera.
El vuelo sosegado de la brisa
no concede tregua
a los instantes que recuerda,
a los nombres que la rondan
desprovistos de materia.
Lo que amó es cosa del pasado,
vigilia o sueño
o memoria en ruinas,
ausencia viscosa
que busca un consuelo extraño
mas allá
de la puerta de Tanhaüser.
Foto José Amador Martín
JOSÉ ANTONIO VALLE ALONSO
SONETO A LA POESÍA
Te vi llegar cometa, aroma rosa.
Te vi llegar temprana primavera.
Te vi llegar hermosa a mi quimera,
versátil flor, en flor de mariposa.
Y revolotear versos y prosa
en mis ensueños de cristal y esfera.
Te vi llegar desnuda, verdadera.
Amor en el amor de cualquier cosa.
Te vi llegar sencillamente, mía.
Y seguir el camino con mis pasos
rimando versos por si me perdía.
Te vi llegar con luz de terciopelo
y entrar por mi ventana sueños rasos.
Te acariciaron albas de mi anhelo
Pintura de Miguel Elías
JUAN CARLOS LÓPEZ PINTO
LA POESÍA.
Pon tus ojos, tu oído, en lo que importa
Y atiéndelo despacio,
Con entrega dichosa.
Hasta que su secreto brote en tí.
Así los días.
¿ No ves?
Avanza marzo. Pronto abril y la Primavera.
Y florece la rosa en el jardín. Y aparecen flores al borde del camino.
Sin saberlo
Es la vida.
Mírala.
Igual que la Poesia.
Como se abre la luz,
Con cuanta entrega.
Haz tú otro tanto.
Unas cuantas palabras limpias
Y que se abra el poema.
Así los días.
Vívelos con entrega dichosa.
También en las laderas más inclinadas hay caminos. Y senderos. Y una sombra dichosa para los días de sol.
Feliz poesía.
Que se acerquen quienes la maldicen. Que la protejan quienes la quieran.
Foto José Amador Martín
ELENA DÍAZ
Las estaciones contigo.
Hemos visto caer la nieve, tan despacio
sobre la ciudad,
desprenderse de las ramas las hojas
de los árboles,
esmeralda y oro su traje de luces,
humus nutricio cubriendo los suelos
y la sinfonía de color de las flores
y las abejas libando en su cáliz, el néctar.
Hemos sido testigos de cómo abren sus alas
las chicharras,
rindiendo su música al calor extremo del estío
y los tenues rayos de luz en los espejos
donde se bañan los pájaros,
tras el preciado don de la lluvia.
Todos los sentidos se abren,
al pequeño milagro que nos regala la vida,
cada día.
Foto José Amador Martín
MARÍA ÁNGELES PÉREZ LÓPEZ
El musgo
abre
su mano
en la retícula
afilada
de lo real.
Nudo verde,
diéresis
que el agua
disemina:
espora de lenguaje
hacia lo vivo.
No urge
ningún modo
de sintaxis
o
tallo
para crecer
sobre esta línea
vertical.
Turba tan obstinada:
ligadura.
Foto José Vicente
VERÓNICA AMAT
MAYOR QUE AGORA
Para hacerte un soneto, para hacerte
una ofrenda de rimas y canciones
catorce versos besos en balcones
de palabra tallada para verte.
Me miras y me enseñas a mirarte
me adentro y me abraza tu embeleso
de luz avellanada y no ceso
de llevarte en mi voz y azucenarte.
Rosa rubia racimo de oro alto
nevándote miradas ¡ cuanta gente!
que en alternos compases se enamoran.
De tu ambarina luz y azul cobalto.
aprendida belleza inteligente
universal abrazo en ti, se crece.
Foto Victorino García Calderón
MONTSERRAT VILLAR GONZÁLEZ
DESDE EL LETARGO
Los cadáveres vencidos
se quedaron a las puertas
de esa primavera incierta
deshojando margaritas.
Desde un árbol,
un ahorcado nos observaba
esperando a que alguien
descolgara sus recuerdos.
El esplendor verde-azul
que sobrevivió a nuestras desencajadas caras
nos miraba despreocupándose
de un regreso que significaba
aniquilación insensible.
Ahora, ya nadie respira con la certeza
de todo lo que ignorábamos.
Ya no vivimos sin pensar que el mañana
puede clavar en nuestras células
una espada que nos persigue silenciosa
en esta sombra que nos aletarga.
(Poema inédito, 2020-21)
Foto Victorino García Calderón
ÁNGEL GONZÁLEZ QUESADA
MURMULLOS INCESANTES DE LOS VIVOS
Diálogos (Luciano de Samóstata.)
Murmullos incesantes de los vivos
despedazan mil soles enterrados
en la súbita nube donde habitan
las más tiernas palabras pronunciadas
La arrogancia del cuerpo que las dice
bebe en su rojo vino apostasías
y el recuerdo más crudo de la muerte
se convierte al decirlo en un deseo
La palabra es igual que el hierro vivo
tan de carne quemada cual de viento
hiriente espiga al tiempo que caballo
y su ignorado aliento existe siempre
Lo lejano no está y el pecho anhela
transmutarse en el agua que lo inunda
para volver después como un viaje
a imperios que en la boca se pronuncian
pues se oyeron aquí cien mil murmullos
las hordas que gritaban la venganza
y los ojos insomnes que clamaban
por la fulminación de los sentidos
Escuchamos aquí a los derrotados
en su dolor de carne hecha palabra
y supimos que el don que les consuela
es cazador de voces que el destiempo
a deshora cumplió; y la esperanza
se nutrió de la voz; y la escritura
se dejó aniquilar por las estatuas;
y nadie dialogó; nadie me hablaba.
Pintura de Miguel Elías
JOSÉ MARÍA MUÑOZ QUIRÓS
Negación de la sombra
1
No es esto.
He deseado siempre escapar,
esconderme, refugiarme en tus ojos.
No es esto.
He consumido
en el sorbo frutal de tu mirada
la existencia de un viento estremecido.
Lo demás, valle de flores secas,
valle gris donde espero
que pronuncies mi nombre.
2
Sé que el lenguaje es un tránsito de claridad,
que a veces es amargo silencio
y otras veces espacio que se escribe
con sílabas desnudas, con adioses.
También el cumplimiento del amor
en un bosque de luna,
el paso por donde aprendes a ser libre,
a derramar palomas en los ojos cercados por la niebla.
Sé que cada poema es como un ramo de nubes encendidas
en el fiel horizonte donde sueñas.
Foto Lourdes Barrios
RAFAEL SOLER
Nunca un escalpelo
Bastará un lápiz de largo recorrido
carmín en edad de merecer
el junco que dijo conocernos
empuñadlo
como quien toma un arma
con esa determinación adolescente
del falso justiciero
y apostados ante el folio
tallad de las cercanas
tacón escote y peca
de las otras
su calculado desdén
al pregonar otra derrota
perseverad cuando alguna
se alce en rebeldía
cierre las piernas baobab
abomine su papel protagonista
que nada turbe
vuestro empeño en descubrir
dónde la única primera
bañador lycra
vacuna de viruela
ne me quite pas ne me quite pas.
Foto Paz Mateos
AIDA ACOSTA
Del Poemario Sudor de un Paisaje
Hoy la tristeza es capicúa
se encierra en una torre consumista
llena de garabatos,
su tiempo de deshoras
es la llamada
del silencio,
es la mujer que llora
abriendo su vientre
de pájaros negros,
es el andén
y los pasos que fueron,
es la sonrisa obligada
y los árboles viejos,
el empeño por vivir al desvivirse,
iniciar cada día
una pirámide inversa
que se llena de mar
que se ahoga.
Esta tristeza
lleva piernas largas
y abre senderos
en las manos del olvido.
No quiero hoy
que llegues a casa
con un rastrojo lánguido
de lo que fue ayer
de la tibieza que no hubo
de los besos que olvidamos darnos.
Hay demasiada tristeza, hoy,
demasiada arquitectura
de lo que nunca será.
Foto José Amador Martín
MARIAN DE VICENTE
Donde muro, cristal
y hojas donde rejas.
Donde antes cortinas
ahora cielo, tejados,
chimeneas.
Ya desciende la noche.
Se han encendido
dos huecos, dos ventanas
bajo las tejas.
Donde las sombras, luz.
Donde lo otro, la recreación.
Donde lo ajeno y frío,
lo más íntimo y bello.
Donde la ausencia, vida.
Donde el dolor, amor.
Foto José Vicente
JOSÉ MARMOL
ESQUICIO DEL VUELO
voy a dibujar un pájaro que es su mismo vuelo. y un vuelo que aún no tiene pájaro. vuelo que se crea con su pájaro. pájaro agotado en los tonos de su vuelo. no voy a dibujar un pájaro volando sino al mismo vuelo dibujándose. y en mi turno de sentirme dios. voy a crear un himno para el viento y la memoria.
Foto Victorino García Calderón
GIANNI DARCONZA
POETA
De la nada deslumbrada por luces
ficticias, llegaste al mundo,
hijastro de gato callejero,
con ojos más aptos para ver
la oscuridad.
Foto Ángeles Rebollo
ANA CECILIA BLUM
LEJOS DE LO URBANO
Adentro, en el bosque
junto a los lagos, sobre la arena,
despiertas a media noche
bajo el conjuro de la vía láctea,
ves la marea empinada de los astros
abrazando tu cuerpo,
cortando el silencio de tu sueño,
salvando tu existencia.
Foto Torcuato Cortés
JUAN ANTONIO MASSONE
SEGÚN
“Pondus meus, amor meus”
San Agustín
Según sea el peso del corazón
alcanzan valor las palabras.
Un pájaro sobrevuela, siente alivio
y el anhelo por una mujer
conoce forma tibia, no saciedad.
De ello, lo mismo vale pensar
que sentir si hay encuentro.
Trémulo silencio; deslízanse palabras
en el relieve de los cuerpos
y las caricias conocen el valor
de los resuellos. Estoy triste.
Ahora sigo alegre. Tienes que ver
con las sorpresas de mi ánimo.
Todavía lejos queda el alma. Lo siente
el amanecer cuando el primer vuelo
del ave esparce tibiezas de nido.
De acuerdo al peso del corazón
las palabras son menos lejanas.
Que el sueño hable de ti, la forma tibia
descansa; vuelve a ser tuyo el silencio
en los relieves del alba.
Este momento sabe algo de eternidad
en la boca. Otra vez digo: te quiero.
Foto Victorino García Calderón
HAROLD ALVA
UN POEMA
Escribo un poema,
Lo pateo con el corazón,
Con la túnica que cubre la mañana,
Escribo un poema
Sobre la inseguridad de sus figuras,
De sus recursos idiomáticos
A los que acudo
Cuando los ojos se quedan mudos
Y la tristeza
Tiene el nombre de una calle.
Escribo un poema y lo grabo,
Lo publico en los árboles
Con la seguridad de un hacha
Que muerde los tallos para hablarle.
Escribo un poema y se sienta,
O se pone de pie frente a la soledad
O frente al agua;
Capturo la combinación
De sus metáforas,
La anáfora con la que solía repetir
La mancha de mi corazón:
Su bosque sembrado de nostalgia.
Foto Ángeles Rebollo
JUAN MARES
ESTRENAR LA LUZ DEL DÍA
Estrenar la luz del día
Y que dure todo un año
Es estrenar la esperanza
Cada día
Foto Victorino García Calderón
JAVIER ALVARADO
AJUSTANDO EL PAGO EN LA PENSIÓN DE GÓNGORA
Ya se habrán inflamado en la pensión
Las antorchas del lenguaje,
Los papeles se apilarían como carbones encendidos
Donde las acusaciones
Delimitarían los fuegos y la imagen, el vapor que dejan las despedidas,
Los sarmientos que evaden la zancada eterna de la tregua,
La lluvia que se dispersa
Entre las espigas y la torre, como si llorásemos derrotados
Bajo las ingles del muro, cuando se vaporiza un espejo
Y la ancianidad consuma en harapos
La mano de otra ausencia,
Los brocados que se suceden
Al arpa
Ante la evocación y las semillas.
El barroco
Nos sucederá temblando.
Las Soledades serían como un discurso del gavilán en el invierno,
Una espada que entre en el Duero
O una alucinación de Dios
En la botija.
Se iría temprano a acostar
Con la pobreza desnudada hasta los codos,
Con esos letreros de muerte
Que bailan sobre el aire
La pensión de Góngora será como la madera
Recién cortada,
Allí no entrarán las cenizas
Que aunque grandes no tendrán sentido
De ese el otro Quevedo
Que ante la muerte levantará su copa
Para compartir el puesto ante la mesa.
Y así atendiendo a la fuerza innovadora
Del amor y la costumbre, de esos panes
Que se adhieren al frescor y a la garganta.
Honradamente pertenecemos al silencio.
Foto José Amador Martín
BEPPE COSTA
ESPERANDO QUE YO PUEDA REGAR TU ROSA
Mientras me reduzco y recorro a duras penas los últimos peldaños del camino
añoro no haber podido vivir cerca del mar y de las flores
cada ola era mi parte musical mientras tocaba ese tiempo útil
pero cada día la vida como un piano sólo tenía teclas blancas y negras
el peso se hace insostenible dentro de mí y respirar es una gran aflicción
atraviesas largas distancias esperando que yo pueda regar tu rosa
aunque sepas que la fuente se ha agotado y sólo puedo darte cartas de amor
(Traducción de Gianni Darconza)
Foto José Amador Martín
EMILIO COCO
JUSTA VENGANZA
Si llegamos los dos a noventa años,
yo medio dislocado y alelado,
y tú sana del cuerpo y de la mente,
derecha como un huso, ello se debe,
me dirás con orgullo, a tantas horas
de gimnasio y a largas caminatas,
mientras yo alimentaba el alma mía
con poesía y demás gilipolleces,
te pregunto, si juntos alcanzamos,
yo hecho migas y tú como una rosa,
los noventa malditos en cuestión,
si por no haber seguido tus consejos
de mí te tomarás justa venganza,
encantada de todos mis achaques.
Foto José Amador Martín
JAIME GARCÍA MAFFLA
BREVE VUELO DE PÁJAROS…
Nadie sabrá
más tarde cómo ha sido
en qué lugar
dejaron tantos restos
quién señaló la puerta
o abrió la trampa para que cayeran
las señales
En los bosques quedaron
en los árboles del camino
que nadie cruzara desde entonces
Pintura Miguel Elías
JOSÉ ALFREDO PÉREZ ALENCAR
SIEMPRE FUIMOS UNO
(Para mi madre)
Reescribes la parábola una vez y otra,
dejándome caer entre tus brazos,
esos brazos que siempre parecen eternos
tras cada despedida.
Confieso mis errores ante un juez vulnerable,
traigo mis avatares y mis júbilos de la mano,
para no separarlos ante ese instinto
que lo cubre todo.
Disfrazo las palabras, pues quiero tu orgullo.
Maquillo mis actos, pues con ello busco
el saludo que me das cuando despierto.
Y aunque torpe es mi caminar,
tus lágrimas y sonrisas bañan mi vida.
Pienso en llamarte,
más tú ya respondiste
con un siempre de nuevo.
Siempre fuimos uno.
Foto José Amador Martín
JOSÉ PULIDO
LA VIEJA CASA
Bendito Dios.
El tiempo con sus mohos florecidos
tumbas de fuentes rotas bajo los pajonales
las miserias de los amores resquebrajados
ella y los patios macerados con sus pies de niña
los juegos ya tan lisos cara y sello
desgastada memoria ya tan lisa
abraza el frescor de zaguanes santificados
y huele a muñecas de trapo
pero ya no hay nada para su cuerpo arder.
Le gustaría atormentarse con las plumas blancas, verdes,
rojas amarillas
y que el gallo en perfecto abanico pretencioso
la mire y que la esté mirando
con sus ojos de infierno cuando salte
y se quede en el filo de una cerca. Y si canta que cante.
Foto José Amador Martín
TOMÁS ACOSTA PÍRIZ
Presentación
Así me encaro a ti, en este espacio en blanco
para decir:
soy viejo en la antigua medida que nos dieron.
Soy años, horas, minutos,
el volátil segundo de este instante.
Soy palabras encontradas y perdidas
para expresar que fui niño, joven, hombre.
Soy viejo;
cuerdo para gastar la memoria que me queda.
Soy alguna circunstancia que me hace andar, pensar,
comer, aunque tenga los sabores muy cansados.
Callo y hablo mucho, digo nada a cambio de nada.
Si pienso quien soy, no lo sé.
Uno más que atraviesa una calle o plaza,
el que va a la compra o al paseo que llena cualquier tarde.
Sí, ese soy,
el que ha ido llenando espacios con tiempo perdido,
días que una vez romperán el dique lleno.
Sin miedo, seré aire en el tiempo, anegaré el vacío.
Quiero saber quién soy.
Un viejo sorprendido en mi fusilamiento,
sin miedo al pelotón que va a juzgarme.
Sé que partiré para el exilio.
Foto José Amador Martín
BENITO GONZÁLEZ
Oda a la luna
¡Acercaros, acercaros!
Dichosos ángeles de la memoria
que nada detenga el flujo de los sueños.
Que de la antigua caverna
ella con su luz emisora ha llegado.
¡Inclinaros, por favor inclinaros!
Que sea eterno el murmullo
sobre la faz agavillada de la tierra,
que rezumen savia nueva los ríos
y las blancas cimas clamen fatigosas
al ser que todo lo siembra.
¡Alzad, alzad las manos!
Con el brío de las aguas de lluvia
en su torrencial viajar
en pos de elevarse a su poder.
¡Abrid ventanas, puertas y almas!
Que nada quede en la oscuridad,
dejad que os llene con su cantar de ninfa
y cubra de clamor ardiente
los pechos cálidos de los amantes.
¡No huyáis, ni pretendáis olvido!
Que las nubes con su lastimero vivir
os marcaran para siempre
con su invencible arma de lluvia.
Pintura Miguel Elías
MÓNICA VELASCO
UN INSECTO SE HA POSADO EN MI CUADERNO
(De Llumantia ilíquida.)
Dejar que la hoja participe de la vida,
que esta la sorprenda; ha sucedido.
Dejó de conocer la mano que urdía
y conoció las patas: seis pequeñas comillas,
rozando, el vientre endurecido,
oronda a cabeza y dos antenas
la cruzan.
No sé si sueña ahora la hoja
con brincar del cuaderno, abrirse,
cercar la lluvia hasta el milagro
que la vuelque toda hasta la tierra.
Fácil será la fusión
de este papel -que anhela
vuelo y transparencia-.
Será solo silencio entre la lluvia,
permeado y confuso.
Foto José Amador Martín
SOL DE DIEGO
VERSOS COMPARTIDOS
Este poema lo he esculpido
con el dolor y la belleza de quererte,
con toda la pasión de la nostalgia,
con el recuerdo de este paraíso perdido
que se sufre en silencio.
Desde la soledad de una voz que me llamaba,
desde la dimensión oculta del deseo
con palabras de amor que abrazan la memoria
sintiendo lo que nunca nos dijeron.
Con esa comprensión de amigo
que entrega su secreto,
buscamos vivir besos de leyenda
en los versos de intimidad eternos.
A ti me abrazo
celebrando la tentación de la belleza,
que ya gocé y sufrí en secreto.
Anclada a la emoción
para decirte que te amo
ofreciéndote el sueño de mi cuerpo.
Celebrando los versos compartidos,
así está escrito todo este poema
como el abrazo de un amante eterno.
Foto Ángel Holgado
JUAN CARLOS MARTÍN COBANO
VIENE CON EL AIRE…
Viene con el aire,
Trae el olor del perro mojado
Es una ola de pretéritos imperfectos
No hay cómo agarrarlo
Lacera los dedos del hortelano más cínico
Es mi pasado
Es mi pecado
Es mi pared
Es mi verja de alambres y voltios
Digo que no, pero soy yo
Soy yo, inocultable, ni más ni menos
Soy yo, cojo, manco, ciego y mudo
Muerto erguido pertinaz
Llega el hálito desde lo alto
Con esquirlas de sol y abrazo
Verdugo de ojalás y subjuntivos,
Las manos marcadas me soportan
Sin alergia a mi médula purulenta
Sin balances, sin recuentos,
Sin debes y haberes en mi plato
Sin la náusea
Es la puerta, es la casa, el salón cordial y hospitalario
La mesa puesta, y huele a pan y café de mañana
La cama hecha, el edredón cálido
Los brazos abiertos
Ropa limpia
Beso de Padre
Lágrimas de dicha
¡Es la gracia!
Foto José Amador Martín
XENARO OVÍN
El encuentro del ser
I
Admiro la asimetría
las proporciones áureas
y la siempre intensa sonoridad.
—¡Qué grande!.
Cuando el aliento atraviesa
la hendidura de la piedra
hasta el encuentro del ser y la nada.
Donde reina el abisal
limpio para encontrar
el crepuscular lenguaje más allá
de una tímida mirada.
—Ya he atravesado la ventana.
II
Ellos esperaban al aplastamiento
para ser líquido incandescente. No eran nada.
–Tú viste más allá de la piel oxidada.
Sí; y en tu cabeza comenzaron a nacer
los cuerpos y las formas.
–Ahora os veo moveros esbeltas
junto al silbo del viento.
—Miradas atentas.
Voces infantiles
corretean a vuestro alrededor.
Las hojas del Magnolio
coreografían silencios.
El Arce se yergue con orgullo
escalando la muralla.
–Alguien se detiene y observa
con curiosidad
las ya eternas acrobacias.
Desde el suelo
—cómplices curiosos –
los graníticos verracos …/…
que custodian el viejo portalón.
En su pedestal, parecen sonreír.
El Arquitecto del vacío
dota de vida elementos yacentes.
Foto José Amador Martín
CHARO ALONSO
Poeta fotógrafo
Ritmo que late en la tensión fecunda
estallido de luz, margen de sierra
Contando las sílabas de pulsión primera.
Lengua que quiere unir, deseo que tiembla,
Un encuentro fugaz de voluntades.
Palabra preñada de luz, forma que quiebra,
es geometría, color, todo belleza,
mirada que nos fija y nos altera
temblor en el papel, plata o poema,
la luz de toda luz que nos contempla.
Foto José Amador Martín
JOSÉ AMADOR MARTÍN SÁNCHEZ
Luz de primavera y la ciudad
La luz sube hasta el sol entre árboles de estrellas
la transparencias de la tarde llega hasta tus ojos
la piedra pone una gota de oro en el paisaje
y toda la ciudad es quietud y movimiento.
Somos un instante en el espacio
una sombra en el tiempo, flor en la memoria
mientras la palabra atesora un pensamiento
que envío hacia ti, en los sedientos cauces de las horas.
Detrás del mundo percibo
los aires de la calle, los pasos hundiéndose en la gris supervivencia
que se oculta en los huecos del silencio
y la ciudad queda extasiada de luz, extasiada de ti.
Los árboles recién amados por la lluvia
dibujados en el horizonte azul de mediodía
suben hacia el jardín del sol, hacia ti
en los prodigios eternos de la sola libertad.
Salamanca 2021. José Amador Martín
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