Fotografía original de José Amador Martín Sánchez
Atardecer en Denver
I
Mis manos se abren
a la delicia dorada de la luz
en esta única tarde.
El regalo de tus ojos
perpetúa el instante,
atrapa en ámbar la dulzura de tu corazón,
la esperanza que late
en el presentido amanecer.
Una única tarde
—baño cálido
en el momento justo, inalterable—
que ahora compartimos
en la ilusión de la palabra
y en la calma belleza de la creación.
II
Esto es el sueño
y la certeza.
Degustar el perfume
de un intenso día que culmina
y fijar,
con cada latido del agradecido corazón,
el último aliento de belleza
en las siempre sorprendidas pupilas.
Como un niño ante la primera luz.
III
Robar el aire,
la luz,
el dulce licor casi nocturno
que embriaga el renacido corazón.
Y regalarlo, luego,
envuelto en tímidas sonrisas
de humildad.
®Soledad Sánchez Mulas
Blog: Abrazarme desnuda a las palabras
Fotografía original de José Amador Martín Sánchez
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