José Antonio Santano y Carmen Ruiz Barrionuevo, con la antología
Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar el texto que leyó Carmen Ruiz Barrionuevo, reconocida catedrática de Literatura Hispanoamericana recientemente jubilada de la Universidad de Salamanca, en el acto de presentación de la ‘Antología de la poesía iberoamericana actual’, de José Antonio Santano Serrano y Alfonso Berlanga Reyes (Coords.), publicada bajo el sello editorial de ExLibric, Antequera, 2018. El acto se celebró el pasado 15 de octubre en la Sala de la Palabra del Teatro Liceo de Salamanca, dentro de las actividades del XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos.
FOTOGRAFÍAS DE JACQUELINE ALENCAR
‘ANTOLOGÍA DE LA POESÍA IBEROAMERICANA ACTUAL’
Compilar una selección de poesía actual, en este caso de autores de lengua española y portuguesa, tiene siempre mucho de arriesgado, por eso, de entrada, felicito a los autores de esta antología, José Antonio Santano y Alfonso Berlanga, por hacerla posible y por atreverse a realizar esta tarea. Muchas cosas excelentes se observan en ella. la primera, que es una selección hecha para lectores de poesía y que sus poemas están compilados con conocimiento y sensibilidad. Otra, que es un libro ameno, a pesar de que tiene 570 páginas, y que se lee bien por el cuidado formal con que está realizado, que el lector puede encontrar poemas de gran calidad y de mucho interés.
Toda antología intenta marcar una línea, hasta un canon. No es ese el caso, porque sus autores no desean establecerlo. Es algo que se percibe desde el mismo título. Al inscribir en la cubierta el título de Antología de poesía iberoamericana actual, se le indica al lector que no se aspira a resolver qué poetas quedarán para el futuro sino, que se limitan los antólogos a presentar la poesía actual según su criterio. Nos fijamos en que no es tampoco una Antología de la poesía actual, como tampoco de poetas actuales. Es decir, que los coordinadores aspiran a presentar la poesía sin pretensión de establecer ninguna prioridad de estos u otros nombres dentro de los niveles de excelencia. Si lo hubieran pretendido, sería más arriesgado todavía y tengo la impresión de que son conscientes de ello, pues la Presentación inicial se titula también, “Una antología de Poesía Iberoamericana Actual”, con lo que se corrobora el destino último de su compilación: el lector de poesía, lo que no es mal destino, han elegido a esos lectores que degustan sin pretensiones de disección la sucesión de poemas, que van a aceptarlos o a negarlos siguiendo su criterio y su costumbre lectora.
Carmen Ruiz Barrionuevo, en un momento de su intervención
Es importante en cualquier antología la declaración inicial del coordinador o coordinadores, los criterios que se emplean, los antecedentes y el método. En este caso la primera idea que aparece por parte de los antólogos es un tanto escéptica, vienen a decir que esta es una antología más porque sin duda seguirán otras con otros criterios. Pero en realidad, no es una antología más, porque es la antología que ellos han deseado hacer, aunque es bien cierto que en estos tiempos de internet se hacen cada vez menos frecuentes. Pero tienen razón, es algo cierto, las antologías literarias más que otro tipo de libros se realizan en pro o en contra de otras compilaciones precedentes, o bien para cubrir un espacio vacío, Santano y Berlanga llegan a decir: “Las antologías son, a fin de cuentas, lo que quieren que sean sus antólogos, nunca a salvo de los críticos y ni tampoco de los propios autores”. En efecto, es sumamente difícil que una antología deje satisfecha a la comunidad literaria, es decir, sobre todo a los propios poetas excluidos y a sus seguidores, son ellos los que justificarán las inclusiones o demandarán las exclusiones. También se criticará la conveniencia de seleccionar este u otro poema de determinado autor, los defectos que pueden encontrarse en autores o poemas, en los criterios o en el método. Por eso los autores de esta antología se curan en salud y concluyen: “Imposible contentar a todo el mundo”. Más lejos fueron otros compiladores que llegaron a definir a las antologías como se muestra en el siguiente diálogo que incluye Miguel Ángel Asturias al recoger algunos textos de Rubén Darío: “-¿Qué es entonces una antología? -Una antojología. -¿Una antojología? -El antólogo reúne en sus páginas lo que se le antoja y el lector busca en ellas, a su antojo, sus antojos…» [Rubén Darío, Páginas de Rubén Darío, Buenos Aires, Eudeba, 1963. Prólogo de Miguel Ángel Asturias, p. 5]. Parece que el primero en usar este término fue Alfonso Reyes, autor de otros términos de fortuna como el conocido como jitanjáfora. Pero para la historia ha quedado el nombre de Asturias como difusor. Me parece que este término describe bien la suspicacia que cualquier selección de textos despierta.
José Antonio Santano y Pilar Fernández Labrador
Y, en definitiva, esta anécdota se recuerda para apoyar la percepción primera de los compiladores de la selección, el carácter casi aleatorio, o al menos poco estable de su nómina. Son conscientes de la veleidad de la historia literaria y que la visibilidad poética de hoy puede convertirse en oscura niebla mañana. Aclarado esto, el primer criterio esgrimido por los antólogos es manifestar que “nuestra intención ha sido en todo momento que esta nueva Antología de poesía iberoamericana actual fuera eso, actual”. Y a continuación aclaran qué entienden por actual, lo cual viene a ser absolutamente necesario en un proyecto como este. Nos dicen: “entendimos que la edad de los autores debería comprender un espacio de tiempo máximo y mínimo, de tal manera que entre el de más edad y el de menos no hubiera más de quince años. De ahí que se decidiera que los integrantes de esta antología hubieran nacido entre 1970 y 1985, horquilla de edad que nos parecía la más equilibrada, al no exceder de 50 años el de más edad, ni ser inferior a los 30 el de menor edad”. El criterio parece muy acertado. Una de las antologías que los preceden, la de Julio Ortega, Antología de la poesía latinoamericana del siglo XXI. El turno y la transición, [México, Siglo XXI, 1997], decide incluir autores menores de 40 años, con lo que el criterio cambia algo en favor de una mayor juventud de los integrantes. En ambas antologías la intencionalidad reside en presentar poetas con una madurez poética y una trayectoria que pueda sostenerse en algunos títulos significativos. Además, en el caso que nos ocupa el criterio de los quince años es acertado también porque proviene de la metodología de las generaciones literarias, que entiende que quince años es el lapso temporal que aglutina a los autores coetáneos.
Carmen Ruiz Barrionuevo y A. P. Alencart
El segundo criterio tiene ya que ver con el método, pues se especifica el contacto con poetas de todos los países que conforman la comunidad iberoamericana, en total 22 países, a los que se les solicitaron de 15 a 20 poemas a cada uno, y luego los antólogos trabajaron sobre los poemas enviados por lo autores, “de los cuales se seleccionarían para la antología los más significativos a juicio de los antólogos, sin que esta circunstancia determinara igual número de poemas para todos”. Me imagino que en el contacto con los poetas ha sido de gran importancia la comunicación mediante internet y las redes sociales. Ello supone también un cambio en la elaboración de las antologías en este siglo XXI que vivimos, ya no es necesario tener tanto en cuenta los precedentes antológicos. Se puede comprobar que, aparte de la antología ya citada de Julio Ortega, Antología de la poesía latinoamericana del siglo XXI. El turno y la transición, hay otra también relevante, titulada Novísima poesía latinoamericana (1980-1990), seleccionada por Héctor Hernández Montecinos, escritor chileno (Santiago de Chile, Editorial Ventana Abierta, 2010), las dos pueden citarse como antecedentes con las que se podría comparar. No es necesario hacerlo, cada antología tiene una personalidad propia. Además, hay otras, pero lo que se observa, si leemos las notas biobliografías de los poetas seleccionados es que no son frecuentes este tipo de antologías globales que abarcan la totalidad de los países en lengua española y portuguesa, la tendencia más localizada y de la que existen innumerables ejemplos, es la que reúne a los poetas en antologías de países e incluso de regiones, también por supuesto existen numerosas antologías temáticas. Esto se corrobora en esas notas preliminares de los poetas, en las que se incluyen con normalidad selecciones poéticas de sus respectivos países y solo en un par de casos, que yo haya visto, hacen alusión a antologías globales o continentales. Ello quiere decir que hay una conciencia de pertenencia a un país, pero que, aunque las comunicaciones sean fluidas, seguimos con las mismas barreras que nos llevan a encerrarnos geográficamente. Quizá en el futuro una antología global sería algo siempre dependiente de la visibilidad de internet, sin pensar en la realización de antologías en soporte físico de papel, y las antologías más locales seguirán siendo libros de culto, de reducida circulación.
Intervención de José Antonio Santano
En relación con su contenido vemos que Santano y Berlanga declaran no haber puesto un tope de autores, pues comentan que después de que “algunos poetas declinaran o no respondieran a nuestra invitación, la antología queda integrada por un total de 55 autores, lo que nos parece una muestra considerable”. En efecto parece una selección aceptable sobre todo porque las muestras poéticas son bastante amplias, además es cierto que las mujeres poetas están bien representadas, ellos mismos destacan que son 23, un poco menos de la mitad. Y añaden una opinión justa, que la mujer iberoamericana “aporta una concepción distinta de la expresión poética, una visión del mundo diferente”, por lo que su contribución al panorama poético es trascendental.
Un último criterio está relacionado con la selección misma de los autores y sus registros poéticos, advierten en el prólogo que se incluye “la más rica variedad temática, técnica y estilística, como corresponde a una nómina de poetas tan considerable y de procedencia tan diferente”. Es decir que no han seleccionado una determinada tendencia poética, tampoco han querido intencionadamente, esa diversidad temática pero lo lógico es que así sucediera. Para ellos acertadamente, son “los poemas, en cada caso, los que determinarán la adscripción estética de cada autor”.
Intervención de Pilar Fernández Labrador, con José Antonio Santano
La importancia del lector, en cuyas manos insisten poner el libro, es fundamental para Santano y Berlanga, pues “Nosotros solo hemos intervenido en la selección y ordenación definitiva de los poemas y aportado nuestra ecuanimidad en todos los aspectos”. Una ecuanimidad que está relacionada con el propio gusto literario, por lo que la pauta vuelve a ser extremadamente subjetiva, lo cual no es extraño, ya se dijo que las antologías llevan en su esencia esa característica.
No sé si el criterio de ordenar a los poetas por orden alfabético resulta acertado, sin embargo, es el más aséptico. Cada autor aparece con una breve reseña biobibliográfica, bastante unificada, que da cuenta casi siempre de la profesión y estudios, y sobre todo la obra publicada, las antologías en las que está incluido, proyectos, crítica, revistas. Se advierte que la mayor parte de los poetas han colaborado en este sentido. Hemos dicho que el índice es alfabético con la indicación de los países, esto es muy estimulante para cualquier lector, y como no hay índice por países, a la hora de revisar qué poetas provienen de cada uno de ellos nos encontramos con algunas sorpresas evidentes, con 6 poetas solo están representadas España y Ecuador; le siguen Perú con 5 y Colombia con 4; Portugal, México, Honduras y Argentina tienen 3; Cuba, Chile, Brasil, Nicaragua, Guatemala y Bolivia tienen 2; Panamá, Uruguay, El Salvador, República Dominicana, Puerto Rico, Costa Rica y Paraguay tienen 1 representante. Es evidente que subsanar este aspecto llevaría a presentarnos una antología muy distinta, casi desconfigurada, porque, o bien se reduce el número de poemas de los autores o bien se duplica y triplica el volumen del libro. Por eso creo que el propósito es acertado, que el resultado es muy bueno y que los lectores podrán sentirse satisfechos con la lectura de estos poemarios de cada uno de los autores. No quisiera destacar a ninguno de ellos, hay además nombres que nos son muy próximos y conocidos personalmente, pues incluso han participado en estos Encuentros Poéticos de Salamanca, Luis Enrique Belmonte, Julio Espinosa Guerra, Marcelo Gatica Bravo, Luis Rafael, Marisa Martínez Pérsico, Paura Rodríguez Leytón, Ingrid Valencia. Otros son nos conocidos solo por su obra y otros han sido descubrimientos importantes. Me doy cuenta además de que la difusión de la poesía por internet ha obrado un papel enormemente beneficioso, no solo en conocer la obra, sino en el contacto con el propio poeta. Y qué decir del contenido, la verdad es que se aprecia una cierta homogeneidad en la altura poética que despliegan, contenidos intimistas, amorosos, la memoria, lo cotidiano, la corporalidad, la metapoesía, el culturalismo, el desgarramiento, la ironía, y hasta elementos sociales y orientalistas.
Bienvenida pues, esta antología, que despertará interés y también críticas y suspicacias, pero esto es algo intrínseco a la labor de todo antólogo y la conciencia de esa recepción es también un reto que debe afrontarse por el buen resultado obtenido.
Carmen Ruiz Barrionuevo
Salamanca, 15 de octubre de 2018
Pilar Fernández Labrador, Carmen Ruiz Barrionuevo, Zeljka Lovrencic, Drago Stambuck, A. P. Alencart, Joao Artur Pinto y José Antonio Santano
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