La poeta Isbel Hernández Monteagudo
Crear en Salamanca se complace en publicar estos poemas de la poeta cubana Isbel Hernández Monteagudo, licenciada en Comunicación Social y miembro de la AHS de Villa Clara. Obtuvo la Beca nacional de creación literaria en 2011, Sigifredo Álvarez Conesa, en el género (Poesía). Publicó en 2015 su primer libro por Sed de Belleza, Luz, deleite cometido. Sus poemas aparecen publicados en las antologías: Corazón Central (Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo de Santa Elena 2016), Estos poetas del Milenio, (Estados Unidos 2016), La necedad de las truchas, (Unam 2016), La estrella en Germen, (Sed de Belleza 2017), “Maternidad”, (Chile 2021), y Una sola voz, (Chile 2021), en la revista cubana Amnios, en la chilena, Es-Kupe y en la revista italiana Poetas por la paz y la libertad. Ha participado en eventos provinciales y nacionales como la Feria Internacional del Libro de Cuba, en el Mitin Poético Virtual de La Habana y el Festival de Poesía de La Habana 2021, así también en el Encuentro Hispanoamericano de escritores que se realiza desde la AHS de Villa Clara, Es miembro del grupo literario Discurso de Eva. Ha trabajado como promotora en el Centro Provincial del Libro y la Literatura de Villa Clara y como librera en La piedra Lunar de Santa Clara. Fue miembro fundador del taller de poesía, La estrella en germen, dirigido por el reconocido poeta Sergio García Zamora.
AMOR DE CULEBRAS
Amor que has arrojado mis sábanas como una culebra.
Arrojadas ante mí con tu perfume y tu blancura,
arrojadas ante mí, ya no sé a qué temporal de lluvias breves.
¡Ya no sé a qué aliento madreselva!
Provocado por la ira de las tijeras que podan
y cortan el hilo de silencio hacia el Edén
¡en memoria de Eva no te arrojes, amor mío!
Mejor espera otra cosa de mí, quizás algo peor,
deja colgarme de las ahorcadas
e invisibles sogas del patio
con fuertes vientos y lluvias alrededor.
Ahorcada en tu patio, como si de amores se tratase,
vuelve y arroja también mi blusa sobre tus senos.
Pódate con mi alma ciega de ti,
cubre mis ojos con el cuero de tus antiguos poemas.
Abrázate a mis zapatos de no ir a caminar juntas por la nieve.
Ven amor, arrójate a mi cuerpo lleno de culebras,
ciérrame los ojos como a un muerto
que habla bien de ti, a medio metro de tu vida,
que nunca toma la forma de una serpiente.
Invita a tus manos de comadre sin miedo,
al bebé que se pone solo culebras de gaza.
Déjame las orquídeas del patio,
las mejillas sucias y rojas
de este labio que te besa.
FOTÓGRAFA DE INDÍGENAS
Tina Modotti, te nombro,
ya que no puedes estar bajo la tierra,
ya que vienes con otros aires
y has salido a caminar
por tu ciudad de infante.
Pequeña ciudad de fábricas textiles.
Palpando la seda de tu bufanda,
sigues las huellas de tu padre
como cualquier niña,
y besas a tu padre como cualquier huérfana.
Y te vas del lado de tu madre
a ser actriz en Hollywood,
a conocer a Weston.
Y tu madre te deja bañar desnuda en la azotea
y desnuda te deja volver a su vientre,
por pudor.
¡Tina Modotti te nombro!
ya que no soportas el lloro por tu muerte,
el luto por tu partida
hace ya seteintinueve años.
Ya que sales a las ocho en punto de tu casa
a reír en la mesa de los bohemios,
y les haces fotos a los indígenas
de cuello y de corbata.
¡Ya que tu patria orgásmica
es el orgasmo de los vivos!
Y el lente de tu cámara
no deja de captar las cananas
y mazorcas mexicanas
que simbolizan la guerra y la libertad.
SACRAMENTO
(A TERESA DE CALCUTA)
Teresa fue la única monja
que amó a todas las religiones.
No conozco a otra con la misma opinión.
No conozco a una católica, mujer e india,
que se haya expresado en lo concreto:
amo a todas las religiones
y especialmente la mía.
Desconozco el por qué, dijo estas palabras,
si tuvo una o varias afecciones psíquicas
después de que muriera su padre.
Desconozco si solo pudo leer el Evangelio a medias,
si tan complejo le fue asistir a su propia verdad
y prefirió, asistir a los enfermos.
Si compró dólares para alimentar
a un país como la India,
donde la mayoría de los hambrientos morían
por ser hijos de Gandhi,
quien también vivió de amores confusos.
No sé si rezaba en el Taj Mahal,
o en el templo de loto de los cristianos e hindúes,
o en la ciudad sagrada de Gengis Kan.
Teresa fue la única monja
que amó a todas las religiones,
la única que los buenos, no pudieron linchar.
foto de familia
UN VIENTRE HECHO DE BONDAD
Mi madre no sabe arrullar,
disimula otros cantos parecidos,
ha olvidado el placer de cantar canciones de cuna
y entra a bañarse bajo la ducha fría de las noches.
Mi madre no sabe arrullar a mi padre
al hacer el amor,
las canciones de cuna son arrullos
que engendran demasiados hijos.
Las madres balbucean
y aprenden a arrullarse a sí mismas
para poder dormir.
Exhaustas,
casi invisibles se acuestan en sus camas,
sus hijos duermen solos.
Arrullados por el cansancio de sus madres,
esos mismos arrullos les permiten sobrevivir.
Ellas temen al sueño de las noches,
ellas temen no poder confesarse a sus almohadas,
las abuelas muertas las acallan,
ni sus propios arrullos,
sobreviven.
BAJO LA YAGRUMA
A Samuel Luis Muñiz
Ha muerto Samuel.
Mataron a un niño que jugaba a solas Ginsberg,
con su aullido.
Desconocer a su generación
hubiese sido un milagro, no una tragedia.
Bajo una lluvia de palos secos
venimos de hacer nada,
de caminar en círculos bajo la sombra de sombras.
¡Bajo la Yagruma, árbol que perdura,
soles que se duermen después de la perforada
(vida nova)!
nos llega la noticia de que molieron sus partes,
lo volaron sobre el aire
como si las vacas lo mirasen con codicia
desde un silencio mortal.
Por eso escribo sin miedo
¡que España se quita sus pantalones,
se los quita en plena oscuridad
para ver sus miembros con una lupa!
para ver qué sexo uno tiene,
si uno es hombre o es mujer.
Yo también tengo genitales,
un pedazo de carne enrojecida
por el deseo de las vacas
que matan a los toros allá en la plaza Vía de La Plata,
la plaza mayor, la plaza donde mueren
los toros más débiles.
Somos la sobra de alguna remesa…
También a mi molerán a palos,
tendrán que ver mi rostro,
una pierna cortada, un ojo con úlcera,
y escribirán mi único nombre: Isbel,
no importa si Samuel.
A sabiendas de que Ginsberg leyó sus poemas en la cárcel,
tras barrotes, su aullido limpia tanto aire a mis pulmones,
tanto aire.
Sé que también llegará mi hora,
como llegó su hora en cuatro paredes a la intemperie.
A todos nos persiguen dentro de una cárcel,
se adentran en las medallas de plata
que cuelgan de nuestros pechos,
en el óxido de las cadenas que nos amparan,
en el humo que fumamos en las prisiones de todos.
Nos deben toda una gloria de palos,
matan al que sabe ponerse en pie ya adormecido.
¡Yo no me hago esperar, la hora llegó!
Lorca y sus hermanos, Ginsberg y su aullido
saldremos de la cárcel,
como Samuel iremos al bosque,
hacia la Yagruma.
Alguien descansa en paz bajo la sombra.
RIN DE BOXEO
Hay ira entre alumnos y profesores.
Ira en las aulas. En las escuelas.
Cuando sales de la casa con un café apenas frio
y no hay huevos fritos,
ni crepes de vainilla,
ni jamón, ni siquiera un pan duro.
La ira se desata entre padres e hijos hambrientos.
¡Sofocados! ¡Bulímicos! ¡Diabéticos! ¡Anoréxicos!
Hay ira al tomar al niño por la izquierda
sin mirar el tráfico hacia el colegio.
Donde le enseñaran a recoger posibles granadas
que puedan explotar detrás de las pizarras.
Pequeñas granaditas de la Tercera guerra mundial
estallan en clases de historia
confiesa la profe que tiene un solo ojo.
Las profes con un solo ojo han olvidado
su tarea principal y pelan ajos
y escogen arroz en horario de trabajo.
La escuela es un rin de boxeo
donde se viene a hablar de las miserias de Dios.
Un rin de boxeo donde los profes se comen a los profes.
Donde los niños pelaran sus manzanas alguna vez.
Un profesor encolerizado es el mejor soldado de guerra.
Quieren sentarse en las aulas a vacías
a contarse cuentos de terror.
Los alumnos boxean en horario de clases.
Muchos olvidan hacer su tarea de matemáticas.
EL ARTE DE LO FICTICIO
Yo tengo fantasías sublimes
que nunca se han hecho realidad
y se han vuelto obsesiones.
Yo tengo fantasías diagnosticadas
por los psiquiatras y por los locos.
Fantasías, pero también diversas patologías.
Algún tipo de locura o alguna enfermedad psíquica incurable.
Lo cual, a estas alturas, a debido salvarme.
No debe ser crítico, en mi caso morir.
Debe ser más crítico evitar el café por las mañanas.
No debe ser crítico en mi caso que me tilden de loca.
Debe ser más crítico no estarlo.
Por eso me gustan los domingos en casa.
Mientras bebo el néctar amargo de mi café.
Y me asomo a la ventana para ver la luna.
Esa otra luna es también una obsesión.
Solo yo entiendo por qué ha sido pintada
sobre una caja de fósforos.
Isbel en una lectura
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