Albano Martins y Antonio Salvado, dos maestros portugueses. XVI Encuentro de Poetas Iberoamericanos. Pinturas de Miguel Elías

 

Un auténtico privilegio resulta, para Crear en Salamanca, publicar los textos inéditos que han escrito, en homenaje a Fray Luis de León, dos de los más notables poetas portugueses de hoy. Los dos textos han sido extraídos del volumen titulado Decíamos Ayer, antología del XVI Encuentro de Poetas Iberoamericanos realizada por Alfredo Pérez Alencart, poeta, profesor de la Usal y director del Encuentro.

 

 

 

 Albano Martins

 

Albano Martins (Telhado, Fundao, 1930) es uno de los grandes nombres de la poesía portuguesa actual, junto con Antonio Salvado y Antonio Osório. Licenciado en Filología Clásica por la Facultad de Letras de la Universidad de Lisboa, ejerce como profesor en la Universidad Fernando Pessoa, de Porto. Publicó su primer libro, Secura Verde, en 1950. Su obra poética comprende más de 25 títulos, buena parte de ellos reunidos en Assim Sao as Algas (2000). Posteriormente publicó Castalia e Outros Poemas (2001), Trés Poemas de Amor Seguidos de Livro Quarto (2004) y Palinodias, palimpsestos (2006). Además de poeta, también es traductor. Entre los autores traducidos destacan Pablo Neruda (seis libros, entre ellos Canto General, que le supuso el Gran Premio de Traducción APT/PEN Club Portugués), Giacomo Leopardi, Rafael Alberti y Nicolás Guillén. La República de Chile le concedió la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral. Es Doctor Honoris Causa por la Universidad S. Marcos (S. Paulo, Brasil). En España se publicó su libro Escrito en rojo (Editorial Germania, Alzira, 2009), en versión de la profesora Ana María da Costa Toscano.

 

 

 

 

  

À MEMÓRIA DE FRAY LUIS DE LEÓN

 

 

                                                      Perseguido, sim, dobrado,

                                                      não. Que a insânia

                                                      e a loucura só

                                                      vergam o corpo, não

                                                      a alma. Cuspido, sim,

                                                      não maculado

                                                      pela irrisão e o sórdido

                                                      ofício do poder.

 

 

                                                             

A LA MEMORIA DE FRAY LUIS DE LEÓN

 

 

Perseguido, sí, genuflexo

no. Que la insensatez

y la locura solo

someten al cuerpo, no

al alma. Escupido, sí,

no mancillado

por la irrisión y el sórdido

oficio del poder.

 

Traducción de A. P. Alencart

 

 

 

 

 António Salvado

 

António Salvado nació en Castelo Branco (1936). Es uno de los más notables poetas lusitanos. Ha sido distin­guido por la Universidad de Salamanca y por la Cátedra de Poética «Fray Luis de León» de la Universidad Pontificia de Salamanca. También ha recibido la Medalla al Mérito Cultural por el Ministerio de Cultura de Portugal y el Premio «Chinaglia» de la Unión Brasileña de Escritores. Su obra lírica acopia cuarenta y cinco títulos, entre los que están A Flor e a Noite, Na Margem das Horas, Cicatriz, Difícil Passagem, Tropos, Amada Vida, Vtere Félix, O Prodigio, Castalia, O Gosto de Escrever, Rosas de Pesto, A Plana Luz do Dia, Largas Vias, Pausas do Aedo, Rochas o Entre Pedros, o Verde. El año 2000 el Centro de Estudios Ibéricos y Americanos de Salamanca publicó, en castellano, su antología Los dominios de la mirada. La editorial Aríon, de Lisboa, editó en 2005 la antología Na eirá da Beira, para conmemorar su Cincuentenario de Vida Literaria. En 2010, el XIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos le tributó un homenaje y se publicó una amplia antología de su obra en un volumen titulado La hora sagrada (Poesía 1955-2010).

 

 

 

 

 

 

 

EN MEMORIA DE FRAY LUIS DE LEÓN

 

Desalentado por inquietudes y reclamos,

huyendo del ruido

del mundo y de esta vida tempestuosa,

por escondida vía

busca hallar camino para su alma.

 

Un retiro de amor

que le otorgue amparo y alegría

para su apasionado y frágil cuerpo

conseguirá, con sufriente denuedo,

si a lo lejos divisa un puerto-abrigo.

 

Desechar famas, soberbias,

oropeles externos de vanidad,

arideces o el oscuro suelo del error,

es su sueño más ambicionado:

encontrar una fértil paz para su desánimo.

 

Así sucederá en el confort de su dulce Amado

ajeno al mundo y en venturosa vida

oyendo el alma Su propia voz, en pleno gozo,

como nave llevada a puerto seguro,

pues en lo más alto estará con sacro guía.

 

Fue áspero el camino,

lleno de cardos negros y pesares—

con lágrimas de fuego y peregrino

hasta que lento refulge entre las sombras

y finalmente por su Pastor es acariciado.

 

Traducción de A. P. Alencart

 

 

 

 

 

 

 

 

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