Crear en Salamanca se complace en publicar estos poemas de Diego Alonso Cánovas [Vera, (Almería), 1949]. Es poeta, musico, doctor y licenciado en Psicología, licenciado en Matemáticas y diplomado en Magisterio. Ha sido Maestro Nacional, Profesor Ayudante en el Dpto. de Análisis Matemático de la Facultad de Ciencias de la Univ. de Granada, Catedrático de Matemáticas y director del IES Nicolás Salmerón de Almería, Profesor Titular de Psicología en la Univ. de Almería, Profesor Tutor de Psicología en el Centro Asociado de la UNED en Almería. Es miembro de instituciones como el Centro Andaluz de las Letras, el Instituto de Estudios Almerienses y la Unión Nacional de Escritores de España (miembro de honor). En poesía es autor de los poemarios: Desde Ángulos Distintos (Arráez Eds., 2015), Poemas de andar por clase (IEA, 2018, escrito conjuntamente con el poeta Diego Reche, libro galardonado por el Gremio de Libreros de Almería con el Premio Argaria 2018), Resistir en verso, Décimas para una pandemia (Ayto. Vera, 2020, conjuntamente con Diego Ramírez y Diego Reche), Efímero Infinito (Cuadernos del Laberinto, 2021), y Espejo de emergencia (en prensa). También ha coordinado, con Paco Checa, la antología Con humor propio. Antología de poesía actual (Dokusou, 2019). Ha sido galardonado por el Ayuntamiento de Vera con la Pluma de Oro 2019, por su obra poética. Es miembro del colectivo Poetas del Sur Almería. Asimismo, ha participado en numerosos recitales individuales y colectivos —presenciales o virtuales— en distintos lugares de la geografía española, y algunos de sus poemas y relatos han aparecido en diversas antologías y revistas literarias.
Desnudo, de Miguel Elías
DE LO QUE VIO EL POETA ACCIDENTALMENTE
CUANDO MIRABA DESDE SU VENTANA
AL BLOQUE DE ENFRENTE
Como siempre, guasón y desalmando,
el mundo me ofrecía esa mañana,
en lugar de un jardín, por la ventana,
una colmena de cemento armado.
De golpe, sin haberlo yo buscado,
sin visillo y subida su persiana,
apareció desnuda una lozana
señora con un cuerpo bien tensado.
Mostrando su perfil frente al espejo,
mirosoe y admirose, y ensayose,
y yo invitado a la función, perplejo.
Mas, de pronto, mirando hacia la grada,
percatose, cubriose y espantose,
quedeme con un palmo y no hubo nada.
A UNA CALVA
No puede imaginarse quien te vea,
que fuiste denso bosque impenetrable,
inmensa jungla, monte intransitable,
abrigo de mi mente de chavea
Mas ¡Ay de mí! ¡que el pelo ya escasea!
El tiempo, que discurre inexorable,
tornado ha en un descapotable
mi joya, mi corona, mi azotea.
La frente ya no sé dónde termina
pues todo es un continuo, un descampado,
¡pulida superficie blanquecina!
Mi peine llora ya desconsolado
al lado del champú, en una esquina,
postrado y sin fulgor, casi olvidado.
Palabras, pintura de Miguel Elías
A UN POETA HERMÉTICO
(con cariño)
Me aburro con tu verso tan hermético,
que oculta tanto y tanto la belleza
que llego a imaginar que a mi cabeza
le falta el circuito de lo estético.
No entiendo tu vocablo tan sintético,
tu rica erudición, de tal dureza
que evoca en mí complejo de torpeza
y empiezo a sospechar algo genético.
Leerte es descifrar un jeroglífico,
es como rellenar un puzzle inmenso.
Por mucho que tu verbo sea magnífico
si no dejas de usar lenguaje denso
te juro que esta noche yo te leo
para caer en brazos de Morfeo.
A LA PATATA
Ni el clásico sonar de las sonatas,
ni cien amaneceres otoñales,
ni ver la lluvia tras de los cristales,
se pueden igualar … con las patatas.
¡Tubérculo divino que arrebatas
las almas y los cuerpos verticales!
Cocido o en tortillas nacionales
los más bajos instintos me desatas.
¡Segundo gran placer de nuestra vida!
¡Primero! (si te como con pimiento,
cebolla, huevo frito, y con bebida).
Propongo levantarte un monumento,
un santo monolito a la comida,
y hacerte la patrona del hambriento.
A UNA FACTURA DE LA LUZ
Detrás de tu aritmética lectura
está la clara luz que me ilumina,
y un cíclope guardián que se empecina
en darme explicaciones de la usura.
Me duele la potencia contratada,
ejemplo y prototipo de eufemismo,
me duele tu sonrisa de cinismo,
tu forma de engañar tan descarada.
Papel sin alma, mensajero cruel,
soporte de una burla fraudulenta,
te declaro la guerra sin cuartel
y pido tu condena a muerte lenta.
No pienso envenenarte con arsénico
sino emulando a mi papel higiénico.
El sol de los ciegos, óleo de Miguel Elías
RECETA PARA CANTAR A DOS VOCES
(sin desafinar)
Mezclé en un recipiente
cien gramos de Beethoven al violín
y extractos de perfume de jazmín,
al fuego, lentamente.
Hirviendo, le añadí todo el color
de un aria de soprano
más dos onzas de acordes de piano.
Probé de sal, de amor,
de sones de habaneras, …
Serví con una danza en Sol mayor
al ritmo que marcaban tus caderas.
Brindamos por la vida, y al acecho
de un éxtasis de voces lisonjeras,
teniendo el firmamento como techo
y habiendo derribado tus barreras,
llegamos a alcanzar el Do de pecho.
Diego Alonso Cánovas (foto de Sara Harb)
Los poetas A. P. Alencart y Diego Alonso Cánovas
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.