Pedro Steve durante el XXVII Encuentro (foto de Jose Amador Martin)
Crear en Salamanca se complace en publicar este comentario que el sevillano Valentín Navarro Viguera ha escrito sobre la poesía de Pedro Steve (Pedro Steve Jiménez Hernández – oriundo de la localidad de Santa Ana Ahuuehuepan, Hidalgo, 2001). Actualmente estudia el grado en Lenguas, Literaturas y Culturas Románicas en la Universidad de Salamanca. Obtuvo un primer lugar en los Premios Boolino de Relato Corto Juvenil categoría Distopía. Barcelona, España. (Noviembre 2018) y una Mención Especial en el VII Certamen Nacional Juvenil y Adulto de Cuento y Poesía «Norberto Ismael Pannone» rubro cuento-juvenil organizado por la Sociedad Argentina de Escritores Filial Juanin B. Buenos Aires, Argentina. (Septiembre 2019). Poemas suyos fueron publicados en la antología De aquende y allende en el marco del XXVI Encuentro de Poetas Iberoamericanos (Octubre 2023) y en la revista digital Kametsa (Enero 2024) además de en la página web Crear en Salamanca
A Pedro Steve le escuece el mundo. Que la vida es un misterio y que entre las rendijas del Logos hay minúsculos huecos para poder construir cada uno su propio relato mítico y que le sirva para explicarse el mundo es la tarea del poeta. En la deslumbrante luz de la Razón cabe el milagro. Ahí habita la poesía, ahí halla morada el misterio. Al joven poeta Pedro Steve le duele que en la vida no haya regresos, que volver a los jardines floridos del ayer sea imposible y que la vida, que se ofrece como un trozo de pan, es decir, como alimento que calma las eternas cuestiones que ya se hicieran desde el origen de los tiempos (de dónde venimos y a dónde vamos), sea una burda representación. El joven Pedro Steve asume que los veintiún gramos que pesa el alma están constituidos, al menos una parte muy importante, de injusticia. Lo que el poeta Pedro Steve descubre con su pensar mesurado, propio del que contempla el día sin prisas, que nunca nos bañaremos —como Heráclito— dos veces en las mismas aguas del mismo río. Si entre los rescoldos de las paredes de su patria chica y adoptiva, si entre el silencio nocturno de las calles de Salamanca ha escuchado mil veces que a Unamuno le dolía España, él puede decir que le duele la vida.
Pero que no haya posibilidad de regreso, a nuestra infancia, al abrazo fraterno, al humo del tabaco del abuelo, el hecho de que todo sea un intento hacia la felicidad, no impide que el dolor, el tormento y el absurdo de existir se repita generación tras generación. Su visión apocalíptica («Añoro el fin del mundo») construye un escenario dantesco de almas sin vocación, alienadas, de sombras y oscuridades en donde sólo se escucha el hilo de un ruidillo, como el de un corazón resquebrajándose. Vendrá a decirnos, como Terencio, que nada humano le es ajeno, que abraza con su ancho corazón al pobre de corazón, a aquellos que dejaron su corazón embarrado en la estulticia. También los agoreros, los brujos, los apocalípticos pasaron. Ubi sunt?, se pregunta. Y aquellos dementes que se anticiparon al ritmo imparable del tiempo también están bajo las flores, como las damas, con toda la belleza de sus tocados, sus vestidos y sus perfumes. Pasamos porque el tiempo pesa, hasta aplastarnos y hacernos uno con la tierra. Es el ser humano una raza condenada a la muerte. Somos muertos en vida que no tememos a la muerte. Llevamos nuestra muerte muy adentro, siempre con nosotros mismos (Sein zum Tode), tanto que es nuestro doble. Decía Rimbaud aquello de que je est un autre. Sí, el otro que siempre va consigo, que es la radical condición humana de estar hecho de tiempo y, por tanto, de destrucción. No se puede matar al muerto, aunque esté vivo. El extrañamiento del ser consiste en la duplicidad esencial de ser nada y todo a un mismo tiempo.
La poesía de Pedro Steve es la poesía de la lucidez (de lux, lucis), la que alumbra la irracionalidad, la habladuría de la inautenticidad y el dejarse llevar por el tiempo. La poesía prometeica del que trae la antorcha del conocimiento ilumina los falsos consuelos metafísicos. Somos seres de tiempo que un día deambularemos en la ausencia del mismo:
qué tranquilidad daba pensar
que con el cierre de tus ojos
cerraba su ciclo la Historia
La condena de existir es haber nacido; es el pecado original: «Y nuestro verdadero castigo / Por nuestro verdadero pecado / Será no extinguirnos». Podría decirse que la estupidez del ser humano está a salvo.
Hablaba Claudio Guillén, en Entre lo uno y lo diverso, del tema como una «obsesión incontenible, anterior por completo al hallazgo de las formas concretas de expresión». El poeta Pedro Steve necesita expresar su particular percepción del mundo con absoluta libertad. Usa, como técnica, el libre fluir de la conciencia basándose en lo diabólico, en la variedad que se abre como un inmenso interrogante a la duda de la existencia. Pensemos en el Macario de Rulfo, que deja abierto el grifo de la contemplación inocente para decir que no entiende, pero que, en realidad, dice lo que otros no entienden. El estilo de Pedro Steve es conversacional, pero se trata de una poesía dialógica que, en realidad, dialoga consigo misma. Se adentra en el pensamiento y busca una salida en forma de verso. Está convencido de que la buena poesía es la que se habla con uno mismo para que el lector medite con sus adentros. El joven gran poeta Pedro Steve tiene una voz interior que llega, calladamente, que cala, hondamente, en ti, mi hermano, mi semejante, su hipócrita lector.
Pedro Steve leyendo en la jornada de clausura del XXVII Encuentro (for de A. Holgado)
POEMAS DE PEDRO STEVE
1
Te apuntaron a la cabeza en la oscuridad
y conseguiste salvar el pellejo
ibas ebrio
¿cómo hiciste para llegar a casa?
no lo recuerdas
sabes que había oscuridad
que penetraste en territorio privado
que desde el interior de una caseta de herramientas
denunciaron tu intrusión
salvaste el pellejo
y la oscuridad de las lomas cree callar
te apuntaron a la cabeza
se jaló el gatillo
matar, estaba previsto para matar
te mató, pero salvaste el pellejo
y hoy te tomas algo al Sol
y te descojonas
te enorgullece
saliste indemne
te pelaron la riata
eres el mago al que las llamas
del fogón sus pies no tocan
vas hoy ebrio
¿piensas volver?
la oscuridad va a estar ahí
y la caseta de herramientas
y los gritos
si tu cabeza está a tiro el gatillo se jala
¿no te va a matar y no vas a salvar el pellejo
o nomás lo segundo?
nunca saliste del territorio privado desde anoche
ahí sigues
tumbado entre las rocas
a ver ahora quién se chinga a quién
si te meten un tiro en el pellejo
tu cadáver se descojonará
sólo pausando brevemente
las burlescas carcajadas
para escupir el exceso
de lo que llamaste sangre
2
Añoro el fin del mundo
a esa hora de periodistas desesperanzados
del año 2012
añoro ese presentimiento de muerte
El oscuro y compartido deseo de fin
Y mis pulmones crujen
Golpeados por un furioso corazón que extraña
Los conspiranoicos del 2001
Los milenialistas
O los siempre confiables voceros del apocalipsis nuclear
Añoro el deseo de sangre que se derrama
Por miedo e intuición
Esos locos que azuzaron a los leones y despellejaron los zoológicos
Dónde están los astros precipitándose
Dónde los aliens
Dónde el exterminio masivo
Y las mutaciones por los alimentos transgénicos
Siento afinidad por el recepcionista que se tiró del quinto piso de su consorcio
Por la profecía que prodigaron los mayas
Sin haber escuchado en su vida de un sitio llamado Yucatán
Siento empatía por los sectarios que en mitad de un campo de lirios
rebanaron sus cuellos
mientras rezaban nombres arcanos para conseguir la venida de dios
Extraño
Fin imparable
Conciencia de la peste definitiva
Los niños que abandonan sus estudios
Los hombres que dejaron sus trabajos
Las mujeres que dejaron sus casas
Las mujeres que dejaron sus trabajos
Los hombres que dejaron los burdeles
saliendo a la plaza del fin de los siglos
en la fecha de fechas
fecha que se repite fecha eterna
Diciembre Febrero Octubre
Año 1000, 1500, 15001, 1747, 2000, 2012, 2020
Final del quinto sol, despedida de la voz de las luciérnagas albinas
Tú, Fin errático del mundo
Vuelve, exijo tu arresto !
Cuán bello imaginar los albores precientíficos
Cuán bella la conciencia del fin vecino
qué tranquilidad daba pensar
que con el cierre de tus ojos
cerraba su ciclo la Historia
Ahora sé (como sabe la Humanidad)
La fecha :
5,000,000,000 años en el futuro
Siento flaqueza me da hambre
El fin tiene fecha exacta
y yo veo la tragedia humana como un repetir permanente
Crímenes atroces retumbarán la Tierra
Por toda la eternidad
Y nuestro verdadero castigo
Por nuestro verdadero pecado
Será no extinguirnos
Incluso el último humano
En el último sueño
Antes del juicio definitivo
antes de evaporarse
tendrá una pesadilla.
3
Jamás volvimos del exilio
a la hamaca dorada
tiernamente cerrábamos los ojos
descubríamos el pecho
y nuestra comida nuestra cena
la merienda de los amigos
eran sólo frutas jugosas
con corazones de alabastro.
Jamás volvimos a la azotea
donde las moscas nos presentaban
nuevas soledades
No, abuelo
no regresé de donde viniste
no busqué con efusión
tus tesoros escondidos
no le llevé violetas
a la tumba descascarada
de tu santa mamá
No crucé el océano, abuelo
no salí de las pocas calles
en que mi vida corre
como una cinta de video
…
4
Madre, anoche me sacaron dos muelas
la mesa del dentista era sólo aluminio
no son reversibles
eran muelas de hueso, se picaron
por no lavarme los dientes
dónde pago para regresar seis años
y tener mis muelas de vuelta
Madre, anoche me acabé el último cigarrillo
no son reversibles
puedo comprar más cajetillas
pero no será el mismo tabaco de anoche
o el de la cajetilla de la semana anterior
Madre, te recuerdo que vendimos la casa para comer
la venta no es reversible
el dueño se niega a devolvérnosla a cambio de un abrazo
Madre, perdí la vista en un ojo
los médicos insisten
Operación, Operación, Operación
los colores no son reversibles
no puedo pagarla
Con qué?
Con la casa que no tengo?
Madre, quiero de vuelta mi infancia
es reversible, lo sé
la poesía me la ha prometido
A qué aduana voy y la recojo?
Madre, mi sueño
de ser un escritor no es reversible
Si te arrojo un pan a la boca…
Vendrás a besarme?
Valentín Navarro Viguera en el Aula Unamuno. XXVII Encuentro
(foto de Jose Amador Martin)
Valentín Navarro Viguera (Sevilla, 1979). Profesor y Doctor en Literatura Española. En su faceta de crítico literario tiene artículos en revistas literarias y culturales especializadas como Salina, Esfera, Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Granada, Semiosfera, Instituto Cervantes, colaborador de Mercurio y coordinador de la sección de poesía de la revista Vía Marciala. Ha publicado el ensayo El pensamiento poético de Leopoldo de Luis (2019) y los libros de poemas De lo visible, lo invisible (2016), Nosotros en la tierra (2018), Aquella luz entonces (2023), así como la plaquette Septiembre (2022). Ha participado en la antología Humuvia (2023). Por estos libros ha recibido el Premio Internacional de Poesía Rafael Suárez Plácido, el Premio de Poesía Isabel Ovín y el Premio Internacional de Poesía Asterión. Ha obtenido el Accésit de la XI Edición del reconocido Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador, por el libro ‘Movimientos de luz’, editado por la Diputación de Salamanca, el cual se presentó en marco del XXVII Encuentro de Poetas Iberoamericanos – Salamanca.
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