“JULIETA DOBLES EN LA POESÍA COSTARRICENSE”, PRESENTACIÓN DE GABRIEL VARGAS ACUÑA

 

Un momento del Homenaje a Julieta Dobles

 

Crear en Salamanca se complace en publicar la presentación, que de Julieta Dobles Izaguirre, hiciera Gabriel Vargas Acuña en la inauguración del II Encuentro de Poetas Iberoamericanos. Sala “Joaquín Gutiérrez”, Facultad de Letras, Universidad de Costa Rica. 3 de setiembre del 2024.

 

JULIETA DOBLES EN LA POESÍA COSTARRICENSE

 

Estimados amigos escritores y estudiosos de la poesía Iberoamericana. Considero un gran honor dirigirme a ustedes en el marco de este encuentro de Poetas Iberoamericanos. Presento mi saludo a todos ustedes y en particular a la poeta Carmen Nozal, coordinadora de este importante evento.

 

Empiezo por decir que considero un acierto dedicar el capítulo de hoy a los poetas Julieta Dobles y Laureano Albán (Q.P.D). Sus respectivas obras literarias no solo son diferentes sino, si se quiere, divergentes. No obstante, la labor de estímulo, promoción y dirección de talleres literarios han sido para ellos una causa común que los une en nuestra percepción cuando pensamos en la poesía costarricense de las últimas décadas.

 

Por tanto, al hablar de Julieta Dobles como se me ha pedido, deberé hacer referencia algunas veces a esa causa común que ha sido para ellos la poesía nacional en los últimos —suena rudo decirlo— 60 años. De entonces, del año 1964, datan las primeras manifestaciones de un movimiento que todavía resuena y da frutos ciertos. El grupo de jóvenes que se aglutinó en el Círculo de Poetas Costarricenses, al cual se acercó curiosa —y siento que esperanzada— Julieta Dobles, estaba destinado a dar excelentes poetas y a fundar un modo de crear y de aprender que transcurrido el tiempo pervive: el taller literario, como espacio de recíproco estímulo, de diálogo e inclusive de polémica sobre las condiciones de la creación poética.

 

En 1977, varios de los más activos talleristas del Círculo (L. Albán, R. Bonilla, C. F. Monge y J. Dobles), presentan un extenso y razonado manifiesto, o declaración de principios, denominado Manifiesto trascendentalista, el cual buscaba definir en términos ideales la poesía lírica que se proponían escribir. Los que firmaron el documento en aquella época mantuvieron a través de los años una relativa adhesión a los principios. La propia Julieta reconoce que, si bien sigue estando de acuerdo con los postulados generales de aquel decálogo, se ha separado de estos cuando lo ha necesitado para expresarse.

 

Al examinar la obra de Julieta Dobles, uno percibe, como pasa en la mayoría de poetas importantes, una articulación, una serie de etapas que van desde los tanteos iniciales hasta la madurez, a través de momentos cada vez más intensos y particulares. Basado en la crítica, principalmente periodística, y el diálogo con la propia autora, me he atrevido a postular cuatro de esas etapas, en las cuales me pienso basar para esta reseña que les expongo.

 

Cuenta Julieta que la primera poesía que llevó al Círculo de Poetas fue calificada, sin indulgencia alguna, como tradicional, para no decir inadecuada. Empezaba el período de formación de una aplicada alumna, la cual en poco tiempo logró su primer buen libro, breve pero bien pulido: Reloj de siempre (1965). En 1968, tres años después, porque no sentía prisa sino deseo de rigurosidad, como un segundo hijo planificado: El peso vivo. Más tardado, todavía, en 1976: Los pasos terrestres.  Son tiempos en los que para Julieta la disciplina de taller coexiste con la maternidad, vivencia profunda que queda reflejada en hermosos poemas.  En este punto, hacia 1980, podemos considerar que cierra un primer ciclo de la obra de la autora, el cual cabe denominar “Poemas de la búsqueda” porque en estos predomina la indagación existencial no solo sobre el yo sino sobre el otro y el mundo que los rodea. Desde la publicación de sus primeros libros, Julieta recibe el beneplácito de la crítica nacional. Ejemplo de ello es que la revista Contrapunto (1968) señala: “…tiene sólidas posibilidades para que llegue a ser considerada nuestra gran poetisa”.

 

Una línea de estos poemas de la búsqueda: “Sólo he querido un hijo, /pequeño como un vaso, / redondo como una de tus manos, / un hijo que se quede/ cuando todo se vaya…/ (Reloj de siempre).

 

Julieta Dobles y su esposo

 

Hacia 1982, cuando publica su cuarto libro, la autora se ha trasladado con su familia al exterior (España e Israel) en labores diplomáticas. Empieza, paralelamente a esas tareas, una larga serie de publicaciones: Hora de lejanías (1982), Los delitos de Pandora (1987), Una viajera demasiado azul (1990), Amar en Jerusalén (1992), Casas de la memoria (editado en 2003). Cabe denominar ese ciclo vertiginoso “Poemas de la nostalgia” porque, si bien tocan temas sociales, amorosos, políticos, culturales… hay un sentimiento que media el tratamiento de estos. La nostalgia (etim. dolor por el regreso) es también un mecanismo de memoria que se nutre de imágenes y, por tanto, de material potencialmente poético. Revisando, la crítica sobre la autora en la prensa nacional encontramos palabras como las siguientes: “Una viajera demasiado azul confirma categóricamente que Julieta Dobles es la mejor poetisa en toda la historia de Costa Rica”.

 

Una línea de los “Poemas de la nostalgia”: “En mi primera infancia/ siempre hubo un sitio para mí/ en la magia inquietante de los chicos/ y en sus juegos móviles y atrevidos…” (Amar en Jerusalén).

 

Entre 1997 y 2007 se sucede una serie de cuatro libros que, sumados página por página, son más extensos que toda la obra anterior. Costa Rica poema a poema (1997), Poemas para arrepentidos (2003), Fuera de álbum (2005), Cartas a Camila (2007), Hojas furtivas (2007). Son textos en los que la poeta se extasía ante la naturaleza costarricense, el don de la vida, los hijos y nietos, el paisaje de nuestras ciudades y, sobre todo, ante el deleite del amor de pareja.  Pueden calificarse estos textos como “Poemas de la celebración”. Al publicarse Poema a poema, colección de 52 odas a los valores de la tierra y la cultura de Costa Rica, un crítico sintetiza: “Cada libro de Julieta Dobles que se publica es un acontecimiento literario”.

 

Una línea de los “Poemas de la celebración”:  Aún quiero beberme toda esta luz del mundo. /Atrás se quedó el miedo; me conozco y me amo…” (Costa Rica poema a poema).

 

En estos últimos 10 años, entre 2014 y la actualidad Julieta ha publicado otros cuatro libros de poesía. Trampas al tiempo (2014), Poemas del esplendor (2014), Desde la alta ventana de los años (2016), Colores de la incertidumbre (2024). Esta serie consolida una tendencia propia de la madurez de la poeta: desaparece el prurito de unidad temática de sus libros, propio de su generación, y los poemas aparecen como testimonios diversos de su contemplación sensible. Tal vez quepa denominar esta etapa como “Poemas de la contemplación”.

 

Una línea de los “Poemas de la contemplación”: “…volcar en palabras/ ese vórtice de sentimientos, /para hacer del lenguaje cotidiano/ una fuente de luz que nos confirme hijos del paraíso/ que llevamos dentro…” (Desde la alta ventana de los años).

Poemas de la búsqueda, poemas de la nostalgia, poemas de la celebración, poemas de la contemplación.

 

Durante su fructífera vida, Julieta Dobles ha sido una persona laboriosa no solo en lo relativo a su obra poética, sino que ha servido por muchos años en la docencia, tanto en la enseñanza media (especialidad ciencias) y la universitaria (especialidad literatura). También ha servido en el campo diplomático en España, Israel y Estados Unidos de América. Durante ese período en el servicio exterior (1980-1992), la autora produce al menos cuatro libros muy determinantes en su carrera (“Poemas de la nostalgia”). Antes de esa salida, y al regresar, Julieta ha participado con gran puntualidad en talleres literarios, ya no en el fundador Círculo de Poetas Costarricenses fundado por Laureano Albán, sino, principalmente, en el de Poiesis de su colega Ronald Bonilla. En estas reuniones casi siempre semanales, Julieta ha aconsejado y estimulado a muchos poetas en preparación; pero, también, ha tomado nota, con humildad y disciplina, de las consideraciones de otros asistentes, con lo cual también ha enriquecido su obra.

 

En su más vasto libro, Costa Rica Poema a poema, Dobles habla de su vocación de escritora y su disciplina de trabajo:

Pero ese poema, /el que aún escribo y pulo/y releo en mis sueños, despacito,/aún no tiene final. 

 

Está cumpliendo nuestra poeta 60 años de servicio a la poesía costarricense. A lo largo de su vida ha merecido múltiples premios y reconocimientos. Uno de ellos, que a todos nos emociona especialmente, es este que le hace el II Encuentro de Poetas Iberoamericanos hoy en San José de Costa Rica.  Les pido un aplauso para Julieta Dobles Izaguirre. Muchas gracias por su atención.

 

Gabriel Vargas Acuña

 

Gabriel Vargas Acuña. Licenciado en Filología Española y Magister en Literatura Hispanoamericana.  Es Profesor Catedrático del instituto Tecnológico de Costa Rica. Ha publicado cuentos: Rogelia y otros cuentos que me han contado (2019). Crónicas: El explorador de universidades (2010), Delfines y poetas (2022). También ha publicado múltiples artículos sobre literatura hispanoamericana en revistas costarricenses. En los últimos años se ha dedicado a la investigación en literatura costarricense y ha desarrollado, con la colaboración de colegas, una nutrida biblioteca de poesía costarricense, única en el país.

 

 

 

 

 

 

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