“Y EL PUEBLO LES LLAMÓ POETAS” Y OTROS TEXTOS DEL MEXICANO SALOMON VILLASEÑOR (II ENCUENTRO DE POETAS IBEROAMERICANOS-SEDE MÉXICO)

 

El poeta Salomón Villaseñor

 

Crear en Salamanca se complace en publicar a este poeta mexicano invitado al II Encuentro de Poetas Iberoamericanos (sede México), que dirige la poeta hispano-mexicana Carmen Nozal. Salomón Villaseñor (Tzitzio, Mich., 1964), ha publicado los siguientes títulos de poesía: El mar donde vivo ahogado (1993), Azul en llamas (1996), MediaLuz o El árbol de los sueños (1997), Guardián de los jardines (1997), AguaFuerte (1997), Jardín de las Promesas (1998), Réquiem para un imperio (Libro colectivo, 2000), Elipse de los muelles (Libro colectivo, 2013), El silencio y sus conjuros (Edición de autor, 2020), En la hoguera del rio (Letra Franca, 2021). Agualuna (Edición de autor,2023).

Forma parte de las antologías: Poetas de Tierra Adentro III (1997), Eco de voces, (2004), Los nombres y las letras (2007), La generación del desencanto (2010).

Sus poemas han sido publicados en varios países: México, España, Argentina, Chile y Estados Unidos.

Es ganador del V Concurso Internacional de Poesía en París, Francia “La Porte des Poetes” organizado por la Sorbona (1995). Considerado en: Diccionario Enciclopédico Hombres del Milenio 2004, Diccionario Mexicano de Escritores-UNAM. 2006. Diccionario Enciclopédico de México. 2006.

 

 

Y EL PUEBLO LES LLAMÓ POETAS

 

En mi pueblo hubo un río

que inundó los corazones con su canto

una infancia que embriagó con sus notas a los niños

niños que hicieron versos

versos que fueron risa y llanto

y mi pueblo derramó en ellos

toda la risa y todo el llanto

Pero el llanto se hizo río

y la risa canto

y el río cruzó por mi pueblo

e inundó los corazones con su canto.

 

EN MI PUEBLO INVENTARON LA PALABRA

 

el trazo que repite el movimiento

la curva que se crespa

la honda que se ahonda

y al agua que navega en el agua le dijeron    h-ola

Después

vino el golpe de los astros en el agua

el rostro de los sueños en el agua

y a golpe se hizo el horizonte

Luego

en la redondez del trazo

brilló el mundo y sus profundidades

En el fruto encontraron el árbol

en la línea caprichosa del árbol

la frescura de las hojas

y en las hojas

el canto de las aves.

 

POR MI CASA EL VIEJO RÍO

 

¿Quién si yo gritara, me escucharía…?

R.M. Rilke.

 

Amigo de la infancia

Si en tu corazón anida la braza agonizante del recuerdo

Y la melancolía de la tarde inunda tu pecho

Regresa al lugar donde nuestras voces cantaron su primera melodía y dime ¿brillan con la misma intensidad las flores?

¿conservan las calles nuestros pasos?

¿cruza todavía por mi casa el viejo río?

¿Recuerda mi nombre Gerardina?

Amigo de la infancia

sí aun vives

no obscurezcas la gracia luminosa de la fuente

ni trates de apagar la débil llama que nos une

ni arranques de un tajo

el árbol que llora en sus ramas nuestra ausencia y háblame del viento

¿resuena en él nuestra voz alegre?

¿en noches de insomnio aún aúlla el miedo? ¿sigue encendida en los niños

la leyenda de los duendes?

o dime al menos

sí caí derrotado como el ave de mis sueños.

 

Foto de José Amador Martín

 

EL EXILIO DE LOS SUEÑOS

 

Descender en espiral por las vértebras del tiempo

Cruzar antiguos laberintos

Descender hasta el más lejano de los círculos

Contemplar en cada círculo la duda

En silencio arrancar al silencio la respuesta

Escuchar del silencio otra pregunta

Buscar a tientas los fragmentos

En la búsqueda labrar la ruina

Profesar que no hay más luz que la que arde

y no volver

de la sangre

y los recuerdos

al instante

al origen

al abismo

 

 

LA LEYENDA DEL VERDUGO

 

Llegar a la Ciudad

reconstruir sus despojos

la noche

la luz

los burdeles

Fundar en los burdeles

la leyenda del corsario

que naufraga entre botellas

Edificar con el naufragio otra leyenda

Tirar de la solapa el cuerpo

Llevarlo a los bordes del abismo

a los negros misterios de la duda

a la frágil agonía de las ciudades

Elíptico retorno del viajero

Cataclismo del exilio

Adiós antigua infancia

—Fruto almibarado y ocre—

Adiós altos muros

—La sombra se prolonga en todas partes—

 

EL RETORNO DEL CORSARIO

 

Regresar a la Ciudad

por antiguos laberintos

volver a la costumbre

remover sus ruinas

devorar la historia

retornar a esa oscura madriguera

—retornar si aún es posible—

entonando la canción hasta el aullido

“Nada el Sol Nada es su reflejo”

para encontrar la huella

el incendio

el abismo

el verbo

el cataclismo

la estela

el insomnio

la agonía

la caída

encontrar en la caída el ojo de la muerte

en el ojo beber un gramo de alegría

—retornar si aún es posible—

encontrar la huella

el incendio

la caída

Dios

—en medio del túnel lo sabemos—

es un fugitivo

 

 

Foto de José Amador Martín

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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