El DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA, celebrado cada año el 21 de marzo, conmemora una de las formas más preciadas de la expresión e identidad y lingüística de la humanidad. La poesía, practicada a lo largo de la historia en todas las culturas y en todos los continentes, habla de nuestra humanidad común y de nuestros valores compartidos, transformando el poema más simple en un poderoso catalizador del diálogo y la paz.
La UNESCO adoptó por primera vez el 21 de marzo como Día Mundial de la Poesía durante su 30ª Conferencia General en París en 1999, con el objetivo de apoyar la diversidad lingüística a través de la expresión poética y fomentar la visibilización de aquellas lenguas que se encuentran en peligro.
El Día Mundial de la Poesía es una ocasión para honrar a los poetas, revivir tradiciones orales de recitales de poesía, promover la lectura, la escritura y la enseñanza de la poesía, fomentar la convergencia entre la poesía y otras artes como el teatro, la danza, la música y la pintura, y aumentar la visibilidad de poesía en los medios. A medida que la poesía continúa uniendo personas en todos los continentes, todos están invitados a unirse.
La selección de poetas y poemas ha sido llevada a cabo por nuestra colaboradora, poeta y traductora Stefanía di Leo
Fotos: José Amador Martín
NUNO JÚDICE
in «Teoria Geral do Sentimento
A VIDA
A vida, as suas perdas e os seus ganhos, a sua
mais que perfeita imprecisão, os dias que contam
quando não se espera, o atraso na preocupação
dos teus olhos, e as nuvens que caíram
mais depressa, nessa tarde, o círculo das relações
a abrir-se para dentro e para fora
dos sentidos que nada têm a ver com círculos,
quadrados, rectângulos, nas linhas
rectas e paralelas que se cruzam com as
linhas da mão;
a vida que traz consigo as emoções e os acasos,
a luz inexorável das profecias que nunca se realizaram
e dos encontros que sempre se soube que
se iriam dar, mesmo que nunca se soubesse com
quem e onde, nem quando; essa vida que leva consigo
o rosto sonhado numa hesitação de madrugada,
sob a luz indecisa que apenas mostra
as paredes nuas, de manchas húmidas
no gesso da memória;
a vida feita dos seus
corpos obscuros e das suas palavras
próximas.
ABDUL HADI SADOU
SOLEDAD
Como una idea explícita que te alienta a reconciliarte con lo que viene; Un grito que nadie oye; Un vacío que te rodea y tal vez lo rodeas tú;
Aquellos que buscan luz en la oscuridad; Una línea recta al dibujar objetos torcidos del giro innecesario;
Ya no es un dilema de su mundo; Estará en un nombre que no sea aislamiento; Una palabra vacía como un tambor hueco; Gritos estériles ni siquiera llegan más lejos de la garganta.
Vivir como un objeto prehistórico; Su tablilla cuenta las piedras de su cueva; Pinta libre, la jirafa de los alargados Sueños.
ALFREDO PEREZ ALENCART
TUS ORÍGENES; LOS SUYOS…
Ellos lamentándose en la diáspora…
Tristeza sobre tristeza por muchos días
con un ojo en el destino y otro en los guardianes,
huyendo de cosas vanas, entregando sus posesiones
para caminar ligeros por la tierra.
¿Todavía no habéis visto a los que salieron?
¿Acaso los retrasó una gran nevada?
Sus orígenes; los tuyos… bifurcaciones
en la dispersión, palpando muros como ciegos,
sin defensor que les ampare,
resbalándonos en la desesperanza.
¿Es que ni espada ni látigo impide vuestra marcha?
Primero es la necesidad; luego la ley y el consejo;
luego el examen de perfección entre los dedos
de lo eterno poniendo a prueba.
¡Dadme nuevas de los que salieron!
ALVARO MATA GUILLE
Al regresar,
después de haberme ido con viento
y nubes detenidas,
inmerso todavía en lo lejano,
envuelto en el rumor de las campanas,
me encontré con algunas voces que aún
pregonaban en los cuartos,
con el clamor de las sombras junto al polvo,
entre libros cubiertos de mugre y ceniza,
algunos recuerdos entre los bocetos
en los escritos,
algunas hojas carcomidas por el tiempo
en los escombros,
por lo ausente,
por el vacío,
me adentré,
en aquella casa de la que había salido en un día
temprano aventurándome,
escondido en la penumbra hacia los cerros,
sin saber quién era, qué hacía ahí,
cuál era mi rostro, cuál mi voz,
palpando las paredes,
los pasillos,
sintiendo los tablones flojos en el piso.
(…) La casa no era mi casa,
era un lugar sin lugar,
sin nombre.
ANTONIO CARVAJAL
EBRIEDAD AL SOL
Vente conmigo a esta caliente fosa,
al hueco en que un arcángel nunca anida:
es foso de leones o manida
de sangre, no de pétalos de rosa.
Aquí los huesos silban, y qué hermosa
es su canción de besos y de herida.
El relámpago apenas tiene vida
en tanta huesa amante y cavernosa.
Ay, ven conmigo. Duérmete a mi lado.
El gusano no puede con el sueño,
vino es la muerte de metal fundido.
Tierra en la tierra ya, nuestro costado
será un arpa que tañe el Sol -su dueño-
para darle al Amor nuestro sonido.
ANTONIO COLINAS
ME HE SENTADO EN EL CENTRO DEL BOSQUE A RESPIRAR
Me he sentado en el centro del bosque a respirar.
He respirado al lado del mar fuego de luz.
Lento respira el mundo en mi respiración.
En la noche respiro la noche de la noche.
Respira el labio en labio el aire enamorado.
Boca puesta en la boca cerrada de secretos,
respiro con la sabia de los troncos talados,
y, como roca voy respirando el silencio
y, como las raíces negras, respiro azul
arriba en los ramajes de verdor rumoroso.
Me he sentado a sentir cómo pasa en el cauce
sombrío de mis venas toda la luz del mundo.
Y yo era un gran sol de luz que respiraba.
Pulmón el firmamento contenido en mi pecho
que inspira la luz y espira la sombra,
que recibe el día y desprende la noche,
que inspira la vida y espira la muerte.
Inspirar, espirar, respirar: la fusión
de contrarios, el círculo de perfecta consciencia.
Ebriedad de sentirse invadido por algo
sin color ni sustancia, y verse derrotado,
en un mundo visible, por esencia invisible.
Me he sentado en el centro del bosque a respirar.
Me he sentado en el centro del mundo a respirar.
Dormía sin soñar, mas soñaba profundo
y, al despertar, mis labios musitaban despacio
en la luz del aroma: «Aquel que lo conoce
se ha callado y quien habla ya no lo ha conocido».
ANTONIA CERRATO ROMO
EXTRANJEROS
Se repite en la noche el aullido
de un animal, ladrando a la luna,
o a la sabana, o acaso brama sobre el páramo
inhóspito de nuestra conciencia.
Como forajidos, se deslizan en las sombras
de un buque sin destino, hacia el corazón humano
apertrechado en su incontable avaricia.
Traen entre sus pies el murmullo de la gacela,
la sonrisa de un tambor en sus manos
y una rosa de arena como ofrenda.
Nada para sortear los arrecifes
ni siquiera la canción de las caracolas
o los versos como la nácar.
Aquí, en el altar de la opulencia, vertida está
la copa de la compasión y la ternura.
En este banquete de fieras, no hay bandadas
de flamencos, ni sitio para el vuelo limpio del cóndor:
el mundo se ha partido en dos
sin puentes ni hombros para construirlos,
así que, ¿adónde vas, collar del viento,
príncipe de una Ítaca destruida?
No, muchacho, aquí se guillotinan los sueños,
se rehúye al extranjero y nos olvidamos
que todos somos peregrinos.
Vuélvete, volveos. Mas, ¿a dónde?
Lo sabes. Lo sé.
Ya solo queda jugarse, una vez más, la vida.
ANTONIO SALVADO
É Noite, Mãe
As folhas já começam a cobrir
o bosque, mãe, do teu outono puro…
São tantas as palavras deste amor
que presas os meus lábios retiveram
pra colocar na tua face, mãe!…
Continuamente o bosque se define
em lividez de pântanos agora,
e aviva sempre mais as desprendidas
folhas que tornam minha dor maior.
No chão do sangue que me deste, humilde
e triste, as beijo. Um dia pra contigo
terei sido cruel: a minha boca,
em cada latejar do vento pelos ramos,
procura, seca, o teu perdão imenso…
É noite, mãe: aguardo, olhos fechados,
que uma qualquer manhã me ressuscite!..
ARTURO HERNÁNDEZ
SÍNTOMAS
“Todo lo que permanece
llama a todo lo que falta”.
PASCAL QUIGNARD
Acaso no, no pueda
enumerar los males:
los días descifrados.
Nunca el mismo gozo
dos veces se revela.
Enconado el tiempo
es siempre Marzo.
Su carne lastimada
da indicios de pobreza.
Y reducido a números
‒milagros apagados
como el oropel
sagaz de la pureza‒,
patéticamente pleno,
sé igualar por fin,
el amor y el pensamiento.
BEATRIZ SAAVEDRA GASTELLUM
LOS VENIDEROS
Nadie es la patria. Ni siquiera el tiempo
Jorge Luis Borges
Es impreciso hablar de la segunda tierra.
Otra imagen nutre el color del hechizo,
frase en la garganta
que la distancia deja a cada paso.
Migrar en el duro tropel del mar o la memoria
porque la intervención olvida
que se iza al viento el velamen raído,
la risa gastada,
desoyes del cuerpo en piedra y piedra.
No se vuelve a surcar el mismo campo,
envejece el rostro que se empeña
al solo instante de la patria.
No existe el paraíso,
los tallos desnudan la médula del porvenir en los desiertos,
se prodiga la gloriosa carga del sueño bajo el llanto,
el adiós a la vida, sabor de fruto amargo que se deja,
se jura el juramento más antiguo
frente a la cresta ondulante de los desfiladeros,
ninguno somos Tierra,
sufrimos el dolor multiforme
porque la eternidad está en las cosas presurosas
en las distintas formas del tiempo.
ELENA DIAZ SANTANA
MI MENTE NO OLVIDA
Para Ailan y todos los niños que
perecieron en el mar
por la sinrazón de los hombres.
Mi mente no olvida
que vio un ángel de alas rotas
vencido sobre la arena,
que no llegaron a tiempo los brazos protectores
que le hicieran retomar el vuelo.
Ese día no jugó con él la mar,
ni se puso de su parte la noche.
Las olas
no fueron caballos azules para su cuerpo,
ni tabla de salvación, sus crines blancas.
El niño duerme en la orilla
acunado por el agua,
que canta junto a su madre
una nana de resurrección.
Su dolor sangra sobre nuestras conciencias,
pero no es suficiente,
sordo y ciego está el mundo
ante el sufrimiento de los hermanos,
que tras el horizonte esperan
un mundo mejor.
ELISABETTA BAGLI
SOPLO INFINITO
a Giacomo Leopardi
El infinito no tiene reglas,
las cambia a menudo
como el aliento
en el que reflejamos lo eterno,
como los obstáculos,
confundidos en el laberinto
de quien ama mirar
y jura no tener miedo.
Sin embargo, las tinieblas están allí,
tragadas por el pozo peligroso,
perdidas en el movimiento burlón,
asomadas al inmenso espacio,
vívidas en la inmortalidad.
Engaña la luz
parpadeando noblemente,
olvidando la noche,
recordando el día.
La luna desvestida está vencida
en el fuego frío
de mis manos.
ELISABETTA PAMELA PETROLATI
LOS GRITOS DEL MAR
Riesgo hundirme
entre las letras de la palabra PAZ
como un submarino
en el fondo de los océanos
donde yacen los que no se salvan
los olvidados, los asesinados
los invadidos, los abandonados.
Corro el riesgo de hundirme
No sé nadar
nunca aprendí
flotar en este mar
que va perdiendo su silencio innato
un mar que ahora levanta aullidos
con sus furiosas olas
hasta el cielo, hace temblar el universo
y hace temblar hasta a Dios.
Tal vez haya alguien mirando
desde un mirador puede mirar el mar
sin pensar que ahora no solo da paz
pero aúlla y no calla?
GLADYS MENDIA
TRÁNSITOS
En la ardilla que salta
en la nuez caída
nosotros
llevados por el nuevo aire
a sinfonía de ramas
en la cima de los pinos
imaginamos volver
abrazar a la madre
sentirse protegidos.
El atardecer
esa dorada luz
apagando el día
pero antes de evaporarse
nos encandila
brevemente.
Aquí la buena compañía
aquí las eternas aguas
nos decimos
mientras colocamos
las manos en la nieve.
Tratamos de respirar
profundo
y repetimos
aire.
Un calor chispeante
nos envuelve
la mañana se abre delicada
las gotas en las ventanas
las nuevas hojas en las ramas.
Decidimos
nacer de nuevo
seguir el ritmo natural.
Decidimos vivir.
La esperanza de lo posible
un nuevo nacimiento
aprender a caminar
a comer
a hablar
aprender a aprender.
Una nueva madre nos observa
Caminamos por las piedras
nos sentamos para tocarlas
elevar torres con sus formas.
Buscamos el balance.
Todos los sonidos
toda la luz
todos los reflejos
recuerdos imprecisos
rostros familiares
parpadean en la tarde
de nuestra memoria.
IVONNE SANCHEZ BAREA
NO HAY
No hay puentes de agua,
ni de aire que soporten,
el dolor de la piel herida.
No hay palomas que alcen sus almas,
ni alas que crucen mares y vallas.
Sólo, corazones dolidos por miedos,
rotos por el estupor de lo sufrido.
Esperanzas atrapadas entre cuchillas,
en el lugar de nadie,
en la frontera,
desértica orilla,
donde las arenas
se tiñen de sangre y silencio.
No hay días sin sus pasos descalzos,
pisando con talones en guardia,
cuencos de sus manos desiertas;
dónde lloran polvo
de la historia,
de años,
de centurias.
Sus lenguas mordidas por el hambre,
un grito de sombras,
murmullos,
lacerados cuerpos al sol
o por la sal del agua que divide continentes.
Letanías del tiempo
en espera
del gran salto
hacía un regreso incierto.
No hay, no hay pena más profunda,
que la estela de sus vidas y recuerdos,
para alcanzar quizás sus sueños
de jugar con el mundo,
como si fuera una pelota.
JAVIER DAMASO
Como atrapa
la madreselva
así es el amor.
Una extensión
vegetal
a tu alrededor.
No son flechas
de un simple
diosecillo…
—olvida a Cupido—.
Es la retama
que te retiene
y casi invisible
se extiende
sobre ti.
¿Y el desamor?
¿Será también
una planta
el desamor?
LUIS FRAYLE DELGADO
MUCHOS SE HAN IDO,
otros no han llegado.
Sólo algún pajarillo frágil
baja a beber en los canteros del huerto
o se balancea sobre una rama.
Aparece graznando alguna urraca insolente
o alguna oscura grajilla.
Aquellos aguiluchos que planean sobre las nubes
en largas bandadas
¿emigran hacia el Sur?
Este estío persistente
me hace añorar la luz tamizada del otoño.
La luz se filtra en el alma
entumecida por el fuego del verano.
Y la colorea con el verde suave, indeciso,
que poco a poco, amarillento,
la penetra hasta el interior del silencio invernal
y la empapa de un dulce tedio húmedo.
Entonces brotan de nuevo los tiernos sentimientos
y la nostalgia de amores perdidos.
JOSE MARIA MUNOZ QUIROS
Este vivir sereno,
casi quieto
como un instante sordo
en el ruido del mundo.
Esta vida detenida en mis ojos.
Este milagro de la luz
que cada día me contagia.
Tiempo sin tiempo,
gozoso estar en la quietud
que permanece donde asombra
el musgo del silencio
sobre una piedra
que en el fondo del alma
domina una pregunta
sumida en la memoria.
JUAN CARLOS MESTRE
Has enhebrado para la mujer que amas un collar de piedras translúcidas,
le has dado al quejumbroso el apellido indiferente de los sacrificados,
brilla en él el ámbar de la medicina que brota de las estaciones rojas,
el pudor de las palabras íntimas prohibidas por el vendedor de la tristeza.
Viene aquí el sonámbulo con sus tenacillas de madera a recortar los mirtos,
viene a cantar su leve edad el pájaro y el caracol descalzo de los músicos,
hace su aparición el descarnado, la muchedumbre expósita, el príncipe de Dinamarca,
entran los músculos del hombre que degüella carneros y la mano del soñador que borda,
entran los estigmas del paralítico y el punto de fuga que miran los atletas,
al que afecta la bendición y el Cristo infectado con los brazos abiertos,
entra la mujer pública y la amada en la brutalidad, entra la sostenida en la flaqueza,
el vergonzoso extenuado, el que tiene un apodo, el imposible profeta,
se asoma otro con su cuerda, otro con su joya rubia, otro antiguo,
llega el alucinado con su alondra, se regocija, pide migas para creer,
pide un vestigio el que después de haber creído también va a ser cubierto de lodo,
pide compasión el lodo por ser definitivo, pide luz el hueco por morar lo oscuro.
Cantas, entonces tristemente cantas, dices tu oración a un mundo que se acaba
mientras los astros con desgana giran como un lento eclipse sobre las cosas muertas,
y el mar es un estanque de agua errante y detenida,
y el cuerpo del amor es otro cuerpo de anegada fiebre
y un vasto manantial de acero el ruiseñor que canta.
Todo se extingue, todo concluye como amistad funesta,
como estatua rota que cubriera el musgo la verdad se oculta,
la veloz guirnalda del relámpago, la codicia esquiva que ruboriza al cielo,
la trenza de laurel, la noche compasiva
que el soberano Amor ha regalado al pastor más viejo.
Manso es el día de la pólvora en el corazón de un ciervo,
benigno bajo el panteón del sol el espíritu del valle,
los elementos que dan memoria a cada una de las horas y los días,
la lluvia sobre Keats, la luz de oro sobre la invisible espina en su cámara de palo.
Este es ahora mi país, madre del barro, un litoral inglés junto a los muros de Roma.
Y llueve sobre Keats, llueve lo que roe invulnerable la esperanza,
esa partícula de Dios que hace creer a un hombre en otro hombre,
esa tumba blanca donde honra un arpa como austero fruto la juventud de un joven.
No eres tú el vencedor que tañe el frío instrumento de los mármoles,
no eres tú el alarido ni su plaga de miseria que infecta los suburbios,
no eres la temprana primavera ni la araña en el fragmento del otoño.
Eres en mí la nada sucesiva, eres el pacto entre la liturgia del templo y la cabaña,
no la resina agónica del fuerte sino la frente indefensa y el dormido.
Aquí el hombre elevado como una nación bajo amenaza,
aquí el pequeño hombre sin bandera y el país sin fama,
aquí la hierba de los cementerios y la indecisa aurora en la que los sapos cantan,
la herida perfumada del excéntrico, el soliloquio moral de los retratos,
aquí la efigie, la persona, la gota de rocío a la que ladra un perro.
JOSE MIGUEL SANTOLAYA
TODO FLUYE TODO CAMBIA
A HERACLITO…PRE SOCRATICO
No te bañarás en el mismo manantial.
Ni beberás en el oro del caliz.
Te nutrirás en la fuente del saber.
y del mosto sagrado de los dioses.
Refrescarás fríos los pies ardientes
Cansados de tierra y horizontes.
Mudarás sandalias, poncho al andar
Llegarás a la tierra prometida.
Amaneció el sol, aire en la cara
construíste con seis maderos tu choza
Al lado doce ovejas, un
cordero
Pasó el tiempo, llegó la noche.
Con ella “la Hacienda los impuestos”
…¡ Tú inmigrante no tienes derecho…!!!
JOSE SARRIA
RAÍZ DEL AGUA
¿Quién me habló desde el agua?
¿No fue acaso la sangre
izando sus banderas
con el leve sonido de la noria?
¿Quién me habló desde el agua
y alcanzó mis raíces
con esa arquitectura
ligera de sus cauces?
Es el agua, que como levadura
erige sus montañas de palabras.
JUAN ANTONIO MASSONE
DESDE EL OTRO MAR
A Gaetano, il nostro nonno
¿Podría decirse que el silencio es una voz
o ha sido presentimiento el aroma de la brisa,
esa paz de las horas cuando el rumor
alza un idioma sin fosa de por medio?
Hay en la voz un origen de verdes orillas
y calles algo estrechas en donde la mirada
soñó navegante designio para vivirse más lejos.
Hubiste de estampar el adiós en un acento por dentro
y llevarte por mar el juvenil recuerdo de los tuyos.
Quizás por eso en mis noches perdura un gesto extraño,
como un partir llegando en esa hora cuando ya nada
perturba a los muertos que descansan de sus nombres.
Siendo todavía muchacho, fue tuya la osadía
de querer nuevo paisaje y de buscar una esquina.
Me lo dijeron de ti desde que era pequeño.
Pasaron hace tanto los años tuyos; siguen pasando los míos,
el mar Ligure despierto y tu nombre regresa.
En ti pudo más la bondad que el tiempo exhausto,
porque del sueño y del amor siempre brota milagro.
¿Quién sabría arrancarme tu presencia
del tiempo que no está y del que corre a perderse?
Bienvenido el adiós a los muelles de Génova,
adiós cuando llovieron soledades apenadas
y también a la madrugada que albeara tu silencio.
Es hora de acercarme a la partida.
Ya otras orillas esperan el encuentro;
empiezas a escuchar un poco más mi sombra.
MARIA ÁNGELES PEREZ LOPEZ
En el aire, la piedra
En el aire, la piedra ya no duele.
Cuando rueda, recorre con violencia
la edad que se camina hasta ser bronce
y transforma en herida cada lasca.
Limadura, fracción con que el lenguaje
despedaza la piedra en sus dos sílabas
como vocablo hendido y estilete
que afila la humildad de la derrota
para ofrecer la dádiva del miedo,
la floración solar del sacrificio.
Piedra cuchillo, caracola de aire
que encierra los sonidos de la tribu
en el tambor solemne de la guerra,
en la angustia y pezuña de animal,
en la desesperada turbación
con la que Gaza sangra por sus cifras.
Sin embargo, la piedra se resiste.
No está dispuesta a ser domesticada.
Hay en su corazón un alto pájaro.
Hay en ella arrecifes, elefantes,
caminos y escaleras, soliloquios,
las circunvoluciones, el destino,
el álgebra, la luz de las estrellas,
el abrazo de Abel y de Caín.
Hay en su corazón un alto pájaro.
Cuando vuela en el aire, ya no duele.
JOSE AMADOR MARTIN SANCHEZ
Y queda un resplandor, una callada imagen,
un fragmento de tiempo que impreciso se ahonda
y nunca más se ha sido
Poema Convento De Las Dueñas de
Jaime Siles
Nuestra ciudad, aquella que permanece en nosotros,
es el tiempo, un pasajero paso, que nos encuentra
recomponiendo retazos del olvido,
es el recuerdo hondo de sus claustros,
el viento sacudiendo sus rincones,
la memoria frágil de los cristales de la tarde.
Y nuestras palabras son aprendices de versos y de historias
que quedan en nosotros exhalando aromas
de instantes compartidos, de imprecisos instantes
apenas recordados, nebulosas de horizonte
incardinadas en imágenes, reductos del vacío.
Nuestra ciudad es vida que rehacemos a base de fragmentos,
Vida, en las piedras que seducen los símbolos,
en los templos del sol, en los crepúsculos,
en las rosadas cortinas de la tarde,
en las calles la luz, rutilante hacia poniente.
Nuestra vida es ciudad, melodía dulce,
que añora aquello que se olvida
y que desciende de las cúpulas a sus calles y plazas,
que va con nosotros cual una fiel amante perdida en horizontes
Aunque el resplandor quede en cada imagen,
y cada imagen sea un fragmento de tiempo
me gusta pensar que esos instantes son parte de nosotros
y son parte de un corazón agradecido.
VICTOR OLIVERA MATEUS
Da televisão escorri o desnorte de um tempo, esse emaranhado
de que os necrófagos sempre tiraram partido. Eu não sou o meu
tempo!, disse-te. Disse-te e as imagens continuaram escorrendo
num atordoamento de coisas sem princípio nem solução. Antes
serei barreira que te protege ou dique indestrutível atrás do qual
o permanecer se manterá. Sou talvez um objecto sem forma
definida e que, esquecido depois numa bagageira insociável,
acabará à espera numa qualquer secção de perdidos e achados.
À espera, mas atento! Eu não sou o meu tempo!, confirmei.
Sou apenas o vacilar de um olhar frágil, olhar que te fala, que
insiste em esboçar-te caminhos, enquanto da televisão continuará
escorrendo o desnorte deste tempo onde nunca estive nem estarei.
ORLANDO JORGE FIGUEIREDO
A cegueira aproxima-se
como uma águia branca
os olhos
lembro-me dos teus
e da casa velha
e nomes
antigos
feitos de ruínas
e sal
e da festa na casa velha
mergulhada
na tinta
das letras
e do fumo na casa velha
os olhos
lembro-me dos teus
e do sorriso
das gaivotas
quando passeávamos
de mãos dadas
e do gato cego
que me lambia as mãos
com a doçura
de quem sofre
e não sabe
GONZALO SALVADO
DESNUDATA
Se fosses uma flor
dispensarias o orvalho
tão húmida que és
Si fueses una flor
ofrecerías el rocío
de tan húmeda que eres
FRANCIS COMBES
LA MAISON DE MA FILLE
Ma fille habite un minuscule studio
au cinquième étage d’un vieil immeuble vétuste
Où s’invite la pluie.
Sa fenêtre donne sur un désordre de toits
plantés d’antennes
qui donnent l’impression que les maisons
sont appareillées
comme des paraplégiques.
Quand ma fille s’approche de sa fenêtre,
le vertige me plante des clous dans les pieds
pourtant, le monde, vu de sa fenêtre
est merveilleux et à portée de main.
Il ressemble beaucoup à cette ville que je connais
et qui se fait nommer Paris
par ses amoureux
des quatre coins du globe.
Dans la maison de ma fille
il y a des livres d’art
du thé rouge
un poulet au citron
des minuscules avalanches de neige
qui glapissent
dans des verres de rhum
et une radio planétaire
pour capter les mirages
des ondes de la nuit
qui nous viennent des Tropiques.
Dans la maison de ma fille il y a
un poisson rouge et un perroquet vert
qui font la bascule
par-dessus le banc de la lune.
Il y a aussi
deux Chinois en maillot de corps
qui passent et repassent
dans la piscine de leur cuisine
claire comme un œuf au plat.
Dehors, il y a encore
des échafaudages,
de la musique qui provient
d’un foyer africain
et toutes les petites lumières
des lampions de la ville
qui se cachent dans leurs terriers.
La maison de ma fille
est tout près du ciel
et elle en retient captif
une belle pièce de soie bleue
qu’elle a pendue au mur.
Dans le ciel de la nuit,
passe en sifflant au-dessus de Paris,
le tortillard des étoiles
qui forme un long collier
pour relier les Antilles à la Grande Ourse.
Et face à elle,
le Sacré-cœur
imprime son code-barre
sur le front pâle de l’histoire…
Dans la nuit,
la maison de ma fille
est une lanterne
et c’est elle
qui l’éclaire.
MARINA PRATICI
Y luego, como la zambullida
rendida y muda de una estrella,
no seré nada de nada
(quizás recordaréis mi nombre:
imagen de azul, alga y salobre).
Seré el lado inexplorado de la noche
de mínima curvatura, punto de incógnita.
oscuro juramento cumplido.
VERONICA PAREDES
El jilguero del violín
Un vespertino soplo de tradición gitana (romaní).
Revolución sonora de un asomo primaveral.
Son tus manos de fuego…
Noches de Agosto azul y días de cristalinas
cadencias en las curvas de tu violín…
Entre un suspiro
y jurar de amores
7
las yemas de tus dedos engalanan las cardas
húngaras,
danza de amplias faldas rojas de ilusiones y
colores…
Y en la senda viajera
de tu eterna melodía
de brisa miel y cielo de nata
es la sangre del abuelo
que te acompaña.
En este valle de tímpanos agudos,
es tu violín
un jazmín fragante
que deja sueños de amor y versos musicales.
CRISTINA PENALVA PASTOR
Te vas
como todos los días
es un ritual mágico
reconforta sentirte entre mis brazos
cuento las escaleras de una en una
cuido de que la luz esté encendida
hasta que sales de casa y cruzas
y te vas
Me quedo tras el cristal y espero que te gires
y me mires
y te giras
y me miras
siempre lo haces
ni un día has dejado de hacerlo
Y pienso
qué pensará
cuando bordea el muro de Santa María
y se pierde entre los olivos
y le pierdo
y se va
como todos los días
LEOCADIA REGALO
AMPLEXO
Nunca o sol poente
me deixou marcas melancólicas
ou impressões de perda e de vazio.
Por isso me extasio
perante as paisagens do sul
possuídas pelo astro incendiado
que paulatinamente sobre elas desce
tocando-as com a força
desse amplexo
manso e envolvente
inundando-as do fulgor ignescente
com que as cobre subitamente desmaiado.
Depois cai a sombra
apaziguando o dia
e esbatem-se os contornos indistintos
do horizonte sossegado.
Se eu pudesse estar na vida
como as paisagens possuídas
pelo astro incendiado…
STEFANÍA DI LEO
POEMA DEDICADO AL POETA ANTONIO COLINAS
Para su homenaje en Salamanca 2021
Las voces del tiempo entretejen una trama
en la alborada de noviembre.
Entre aves los tejados con su incienso de leña,
abrigan la lluvia, difuminan la bruma.
Naṣr más allá extiende el Occidente,
rutas de seda conducen al destino
Danzan, de la mano las Dos Hermanas,
en el jardín del alma,
con voz de agua y tiempo.
Hoy, después de muchos años,
me invadió una visión:
Al atardecer, una estrella parecía más brillante,
su luz consolaba la tierra,
como tu voz, tu palabra desnuda,
tu palabra vibrante resonando entre abismos.
A ti, y a todos los poetas,
ofrezco la visión
de mi mundo
dedico esta canción contra la muerte.
|
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.