El poeta Méxicano Pedro Steve
Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar estos poemas de Pedro Steve (Pedro Steve Jiménez Hernández, Tula de Allende, Hidalgo, 2001). Actualmente estudia el grado en Lenguas, literaturas y culturas románicas en la Universidad de Salamanca. Obtuvo primer lugar en los Premios Boolino de Relato Corto Juvenil, categoría Distopía (Barcelona, España, 2018) y una Mención Especial en el VII Certamen Nacional Juvenil y Adulto de Cuento y Poesía “Norberto Ismael Pannone”, rubro cuento-juvenil organizado por la Sociedad Argentina de Escritores Filial Junín (Provincia de Buenos Aires, Argentina, 2019).
Fotos de Alex Lorrys
CRUZO EL PUENTE
En mitad de la tromba
La lluvia no deja
Escuchar esos gritos
Niño foráneo que cantas
En el precipicio de la lluvia
Merced de las masas, víctima sustituible
Del voraz alcance de las luces de cambio
Que cual encendedores repentinos
Incendian tu vida acabada
¿es la ciudad
Una torre de naipes
Un palacio de juncos
El cuello de una garza
Que se alza en mitad del manglar?
¿y la gente
Caballos desbocados
Y los coches
Bueyes amaestrados
Y las luces
Estrellas hechizadas
Y la luna
La luna del campo?
Vas, muerto de hambre,
Perdido en los andenes indómitos
Fustigando tus piernas
Que fustigan el aire
O domando las fieras
Que entre grasa y esquirlas del sueño
Pacen
O tirándote al suelo
Crees escuchar a los escarabajos de tierra
Abrirse camino entre los huesos de tu padre
Niño foráneo que cantas
En el precipicio fluvial
Repentinos incendios
Chamuscan tus dos vidas
Cae la ceniza
Los poetas A. P. Alencart y Pedro Steve en la Sala de la Palabra
LA REJA A TRAVÉS DE LA REJA
Reja, haces que el sol no dé a los ojos
haces de las cosas sombra sin necesidad que noche venga y nos embargue la mente
Reja, a través tuya, los pájaros parecen dados
las montañas, submarinos
los árboles, cubiertos de una mesa universal de gigantes impuntuales
El atardecer y el amanecer, reja
una vez tu filtro de densa tela pasan
presentándose a los ojos como dos pequeñas chozas vecinas
donde vacas inmóviles pastan
y un arquero en mitad de los arbustos
espera dé su presa un salto al norte
Reja, reja, reja
que borras los trazos más finos de la acuarela
que absorbes el contrapunto
dejas la melodía del color a medio completar
Reja, reja reja
advierte que esbozas sobre lienzo nuevos bocetos
el cuerpo humano para ti son unas pocas líneas curvas y un gris nube
Reja reja, reja
si te observo demasiado
mis neuronas comenzarán a obviarte
como ocurre en la visión ocular con la nariz
Reja reja reja
No mientas
¿hace cuánto que no sales de mis ojos
y por qué tapas con tanta efusividad las cosas que muy de niño me cuidaron?
Reja, reja, reja
ver la noche y verlas juntas
es como mirar dos rocas arrojadas a un pozo
muy
eternamente
muy
profundo
Reja, haces que el sol no dé a los ojos
o haces que los ojos no den al sol
NO TUVIMOS
No tuvimos, hermana,
Corceles con ojos
Como los de los ladrillos
Que relincharan apenas despertáramos
Y a cuyos lomos ascendiésemos
Llegada la tarde verdosa
Para acercarnos a las lindes fronterizas
Donde nace la selva.
Hermana, nunca nos amanecimos
Despertados por el chocar de las olas
O por la sal que se amontona
Entre nuestras pestañas
No visitamos nunca la sierra
Ni bebimos celosos aguardientes
Ni escapamos prófugos de la policía
Con las luces de la ciudad del sur
A nuestras espaldas.
“La loma es como el colmillo de un elefante feliz”
Me confesaste una noche en que te me acercaste más de lo debido
A tu lado pensaba conocer Oriente
Hermana, pero para hacer esas cosas
Para visitar los países en guerra
O cruzar el Pacífico en barco
O comer paletas de mango enchilado
Sentados en los extremos de una
Calle sin pavimentar, hermana
Se necesita nacer.
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