‘LA HOSTIA EN LA BOCA DEL AMADO’ Y OTROS POEMAS DE LA CUBANA ISBEL HERNÁNDEZ

 

 

La poeta cubana Isbel Hernández

 

 

Crear en Salamanca se complace en publicar cuatro poemas recientes de la cubana Isbel Hernández Monteagudo, Licenciada en Comunicación Social, poeta y editora. Compone y canta música folklórica. Tiene publicado un poemario sobre la condición humana, en poesía, Luz, deleite cometido, por la editorial Sed de Belleza en 2015. Tiene publicado por la editorial Oxeda de México el poemario cosmogónico, místico y folklórico, Invierno en el dique de las almas. En espera de publicación están los poemarios, Noche de Páramos, Santiago de Chile, por la editora de Cultura viva comunitaria, y EL CORDERO QUE TRAEN SUS PECHOS por la editorial La orilla oscura, en México. Obtuvo la Beca Nacional de creación Literaria Sigifredo Álvarez Conesa 2011. El premio a la excelencia literariaen el Campeonato mundial de poesía de Rumanía, 2022. Obtuvo el premio colateral de creación creativa Taller de creación Libre, Escribanía Dollz y Cartas de amor 2023. Ha participado en ferias internacionales del libro de Cuba. Ha publicado en varias revistas de prestigio literario como Crear en Salamanca, Tibiriades, Cardenal, Hiedra, La raíz invertida, Taller Igitur, y en diversas antologías como Madre Tierra Palestina y en la antología la del primer encuentro de poetas Iberoamericanos en México dirigido por Carmen Nozal. Miembro fundador del taller La estrella en Germen dirigido por el reconocido poeta Sergio García Zamora. Invitada en representación de Cuba al Primer encuentro de poetas Iberoamericanos en Ciudad México 2023 dedicado a las poetas Elsa.Cross y Sor Juana Inés de la Cruz. Ha sido en 2023 invitada a la presentación oficial de su libro Invierno en el dique de las almas, por la Editorial Mexicana OXEDA, en la universidad de Amecameca y a la Jornada de poesía de Otoño que organiza esta editorial en el Palacio de la UNAM.

 

 

LA HOSTIA EN LA BOCA DEL AMADO

 

No creo atropelladamente

en el salmo veintitrés…

No escribo poemas sobre los hebreos,

mis poemas auguran,

buscan los órganos vivos

de los salmistas.

¡No creo atropelladamente,

percibo la fe.

Confieso mis pecados

en el Monte Alvernia.

Busco a San Ernesto de la Serna

en el poema «Oración de la Rosa»

abandono su lamentable caída.

Ahora yo, esta mujer a oscuras,

necesito ser iluminada.

Creo en el hombre órfico

que no renuncia a su carne,

a esos pueblitos y viejos caminos.

Me contradigo más

en la mística de Martí

y en el ascetismo de aquellos

cuerpos de Gandhi

y aún más si me alumbra,

la gran lámpara de Tagore.

No quiero repartir

una grande hambre de vida.

Similar a Sor Juana

es el sol mexicano

de la estancia donde escribo,

sin encontrar la luz.

Quiero saltar sobre los bronquios de los salmistas.

 

 

PARÁBOLAS DE LA MAJA

 

No quiero una chica de Brasil, Mesopotamia, Egipto, Murcia, Coney Island, Bagdad, Iraphauto, ni una cruz de Cádiz.

 

Te miro, y la cocaima del bora, prende luces a las bestias de Wayú.

 

Respondo con una sílaba indígena.

 

-He de cruzar una doncella por estas  calles de piedra iraní , en noviembre por Guatemala.

 

He de cruzar a la Himenea del Salvador, a la hondureña. 

 

A la del sarampión, a la de falsas monedas y feminismo.

 

Los buzos sólo habitan las camperas arrojadas a las aguas.

 

El campanario de Coreguaje, Cofán y Pijao hacen temblar a la ONU, multitud menos potente que una sola mujer.

 

¡Disonancia de las cosas que no pueden salvarse!

Como las guerras civiles para hacerle doblegar a  besos el caos cuando sólo los civiles resuciten.

 

¡Amor, amiga, amante!

De ella soy todo.

Se ve perfecta como un proyectil.

No quieres, ni quiero a otra.

 

Fotografía de José Amador Martín

 

EL ESPÍRITU DE SU ALBATROS

 

 

Besa sus pies, ahora que puedes

renunciar a ellos

y al espíritu de su albatros.

 

Yavhé, entra en sus palmas oscuras, se acomoda y allí guarda ese placer de refugio.

La obscuridad se tiende,

se rinde como tributo

de muchacha sin piel.

Somos gansos desnudos en el

albatros.

 

Yavhé, sabe quién he sido hoy y quién seréis en el mañana.

No morirán de frío las canteras

que le quedan a sus huesos.

Ni el éter etílico de su boca.

 

Mueven los pies su sistema inmunológico divino.

Los costales agradecidos

de cierto redil.

 

Besa sus manos, ahora que sientes

el amparo del desierto.

 

No forniques con el cactus

de largos cabellos.

No entres al Seol de los muertos

descabezados,

aplatanados en sus dudas

y deudas descomunales.

 

Yoshua entra en el espíritu del albatros,

silencia el cáñamo desvencijado

de sus fieles descendientes,

carne propia.

 

¡Es la noche de las incondicionalidades,

Amor!

 

 

BOLIVIA

 

El estado de la gracia

de mil ciudadanos

y habitantes

entre los cuáles no estoy.

 

¡Bolivia dentro de mí!

¡Chile dentro de mí!

 

Un almacén de ciruelas

prohibidas en los estantes silencios

de un país.

Cuba

nacerá de dos repúblicas,

alguna vez,

ya no prostituídas

sobre el goce

de los cuerpos.

 

Cadáveres por aniquilar

bajo los grifos

y los eclipses que abruman.

 

Mi cuerpo sostenido por el tuyo

en aquel extrañamiento.

Lengua de guardianes

que nunca se tocaron

ni sepultaron

bajo una especie tremenda.

 

En Bolivia, en Chile, en Cuba,

aquí en Cuba dirán

que tu vientre

era el objeto enorme,

el rigor sobre la hamaca de palma

donde mi abuelo asistía

el parto de las mulas.

 

Lamentaremos la furia

de sus axilas.

Su hambre de gemidos.

Lamentaremos su sangre tibia

de hombre de tinajas.

 

Más yo quiero conocerte

más allá del sol

que invocaron los hombres

de la conquista,

eran quizás las conquistas

menos comunes.

Pero el fin era detenerte,

despojarte

como un negro animal

de mármol.

 

Ahora tú, no pienses en la ebriedad.

Las élites de la conquista ya fueron iluminadas,

y ya no pueden

soportan el licor

los bambúes y cañas

del puño de Dios.

 

Yo sé que en Bolivia matarán,

sepultarán orgasmos.

 

 

 

 

 

 

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