El poeta y gestor cultural Harold Alva
Crear en Salamanca se complace en publicar este comentario inédito sobre el último poemario de Harold Alva (Piura, Perú. 1978). escritor, editor y analista político. Fundador de ContraPoder, columnista del diario Expreso, director de Editorial Summa, preside la organización del FIP Primavera Poética y la Fundación Iberoamericana para las Artes. Es autor de “Tocado por la lluvia” (2022), “La épica del desastre” (2016), “Lima” (2012), “Sotto voce” (2003), “Morada y sombras” (1998), entre otros libros. Ha participado como expositor en diversas ferias de libros y festivales de poesía en Estados Unidos, Colombia, Ecuador, Chile, Argentina, España y Portugal. Antólogo de “La primera línea”, y director de Poesía Iberoamericana, colección de cien títulos que publicó con la Municipalidad de Lima el 2020. En 2021, el Ayuntamiento de Salamanca (España), lo declaró Huésped Distinguido.
CEREMONIA: ANIMAL NOCTURNO
Ceremonia, es un poemario publicado por Ediciones SUMMA (Alva, H., 2022) en cuyas páginas el poeta Harold Alva, nos expone el dolor y lo hace, mediante un sexteto de poemas, una partitura que sofoca y libera al mismo tiempo.
Harold Alva, en el apartado “Monólogo de un sobreviviente”, renuncia a la naturaleza del animal que nos habita e inicia, de algún modo, escribiéndolo de esta manera:
“He pensado retirar
la fauna de mis textos”
Para luego concluir
“salvo que también soy un animal”
(Alva, 2022, p. 14).
Hecho que reitera en el poema: “Un árbol, un río” (Alva, 2022, p. 22) en el cual evoca la ausencia y la necesidad de la naturaleza en la esencia de la vida, mas esa naturaleza, ese animal que habita al poeta Harold Alva, es un animal urbano que se reconoce en los parques, las calles, los puentes.
“y un hombre de pie
hablándole a sus animales,
leyéndose,
al día siguiente del incendio”
“Incisiones”, el segundo apartado que realiza el autor en su libro Ceremonias, retoma la figura del padre ausente y sempiterno en la memoria, lo retoma como un trazo de niebla que se perpetúa, de acuerdo a Alba (2022, p. 26)
“Hay una silueta entre los árboles
a quien no toca la lluvia”
Esa silueta, es precisamente la imagen del padre bajo la melancolía que siempre nos transmite la lluvia en un poema, esa lluvia interminable que retorna.
En el apartado “Monólogo del sobreviviente”, Harold Alva nos hablaba de su animal habitado, su irrenunciable cabida dentro de sí, el contraste con las ciudades, mientras que en “Incisiones”, nos escribe sobre las heridas, su miedo ante la renuncia a los parques, ese contacto con su “Yo” interior, por eso nos escribe:
“llueve aquí: adentro,
y no sé cómo evitar
la ceremonia (…)”
(págs.26-27).
Seguidamente nos sorprende con ese distanciamiento entre su propio animal y el dolor humano:
“y ya no se pregunta
por la sombra de los árboles”
(p.29).
Ahora desea solo “ocultar los ojos”, alejarse de lo visible y del dolor, de la incisión como serpiente venenosa y conocedora de la herida que causa y aviva, huir de la humedad, y a pesar de ello “abrazar la neblina”.
Los poetas peruanos Harold Alva y A. P. Alencart, intercambiando libros en el Colegio Fonseca de la Universidad de Salamanca
Harold Alva, en su dolor, solo busca la herida, atacarse a sí mismo como un escorpión para calmarlo, porque cada lugar de Lima, cada parque, cada camino, le recuerda a su padre, la soledad, el llanto mismo de la lluvia, la vida como un engaño, un accidente inmerecido, a la cual, no obstante, intenta reconstruir en el amor, los libros, los paisajes, la mujer amada con “la seguridad de un puente”, incluso nos detalla mejor: “ajena a las tormentas donde te has puesto de pie” (p. 41).
En “Ceremonia”, apartado que da título al libro, da continuidad a esta Sextalogía poética. Mientras que en “Monólogo del sobreviviente” y en “Incisiones” el poeta nos narra el dolor, la soledad, la ausencia del padre, en “Ceremonia” introduce la ausencia de la madre junto a la del padre, los amalgama en el sufrimiento de su ausencia. Denota en Alva, una regresión ante el padecer
“Tengo cinco años
y el miedo de un hombre
que se quiebra en su regazo”
(p. 54).
Ese miedo se refleja también en lo escrito:
“Mi madre tiene en los ojos el vacío de otro cielo”
(p. 55).
Ello no es más que la duda de la existencia de algo más allá de lo terrenal y a su vez, la esperanza de que así sea.
Ahora, en “Ceremonia”, los animales son bestias del odio, salvajes, representación del grito: hienas, serpientes, murciélagos, aquellos que solo representan la oscuridad y ya no la tranquilidad de los parques, ya no la nostalgia de la lluvia, nunca más la aparición del ser querido entre la niebla de la cual se apodera, por el contrario, el imago de su padre lo reconforta como un zorzal:
“Mi padre sabe que cuando sonrío
un animal está muriendo,
por eso me abrigaba con sus palabras”
Este abrazo lo detalla aún más en el mismo poema:
“lo he visto con su disfraz de zorzal”
(p.57).
Los poetas Rafael Soler (España), Harold Alva (Perú) y Marcelo Gatica (Chile), en Salamanca
Son ambas ausencias dolorosas, lastiman una con la premoción de la muerte, la otra, por la muerte ya sobrevenida. Acude, a esa neblina de su padre para consejo, acude de manera recurrente en su memoria, y en este momento, en ese pasillo que nos ilustra en el libro “Ceremonia”, conviven los parques como un sitio habitado por su padre, en una soledad que es inefable.
Finalmente, estos tres acápites desembocan en “Arte poética” y en “Una habitación sin ventanas”, que son, primero, una escapatoria del dolor mediante la retirada de los lugares que ama:
“sobre la piel de los aviones:
la nobleza de esta ciudad
apagándose
con la estática belleza”
(p. 67)
Segundo, el cierre de la herida en una habitación de hotel, pero no cualquier herida, sino como escribe Alva (2022, p.75):
“Imagina una señal
como la cicatriz
de un hacha”
No obstante, ya nos deja vislumbrar una breve esperanza en la figura de una mujer que simboliza el bosque y el parque, la unión de la naturaleza y la ciudad:
“Tú eres la mujer que yo escribía,
el bosque al centro de la ciudad
al que asistía con los ojos cerrados”
(p. 83).
Ahora, después de recorrer la tormenta, el dolor, la soledad y hallar la posible tranquilidad en la mujer esperada, no queda más que volver a casa y eso lo realiza Harold Alva bajo título de “Escenas de Casa” en sencillas construcciones poéticas que nos regresan a lo que fuimos y lo que somos finalmente: un animal nocturno.
Randall Roque[1]
Costa Rica, 2023
El poeta Randall Roque
Randall Roque (Cartago, Costa Rica). Recibió el Premio Internazionale di Poesia Castello di Duino, 2007, reconocido por la UNESCO, la Presidencia de la República de Italia y otorgado por el Príncipe Carlo Alessandro Della Torre e Tasso en el Castillo de Duino. En el 2017 participó y fue condecorado en el Festival Internacional Primavera Poética (Perú). En el 2019 participó en el V Encuentro Internacional de Escritores en el Bío Bío, Chile (Entre Culturas). Durante el periodo 2020, su libro “Bestiario”, recibió Mención de Honor en el Premio Nacional de Literatura Aquileo J. Echeverría, el cual rechazó mediante una carta abierta a la Ministra de Cultura de Costa Rica, por lo que consideró incompatibilidades éticas con el otorgamiento del galardón en la Categoría de Poesía. Su trabajo poético puede hallarse en antologías en Italia, Macedonia, Argentina, El Salvador y Costa Rica.
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