Porfirio Salazar leyendo en el Teatro Liceo de Salamanca
Crear en Salamanca se complace en difundir estos poemas de Porfirio Salazar (Penonomé, Panamá, 1970), quien estuvo invitado en el reciente XXV Encuentro de Poetas Iberoamericanos de Salamanca. Es Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas (1993) y Máster en Derecho Procesal (2006). Trabaja como Defensor Público del Sistema Penal Acusatorio de Coclé, desde 2011. Recitales y conferencias en España, Estados Unidos, México, Nicaragua, Puerto Rico, República Dominicana, Guatemala, Cuba. Es Premio Nacional de Poesía Ricardo Miró (el más importante reconocimiento de las letras panameñas) en 1998 y 1999, y en Ensayo en el año 2009. En 2008 mereció el Premio Centroamericano de Literatura Rogelio Sinán.
INSTRUCCIONES PARA UNA MARIPOSA
Antes del arribo de pasos,
cuida que tus alas sean bordadas
con el aroma de la tarde.
Desliza tu cuerpo de silencios
antes que los rayos del sol
te rompan tu percal de alas.
Júbilo del vuelo
será tu partida,
siempre y cuando amanezcas
en la cumbre del día
y nos ofrezcas tu cántico de espigas.
Deja a un lado tu dureza de pájaro,
no vaya a ser que te confundan
los huracanes o la lluvia.
Eres hermosa
en la hermosura del aire/
y alto tu violín de viento
se estremece
sobre el polvo.
Cuando toques al cielo,
sea tu movimiento gracia perfecta.
Olvida lo amargo y lo que cae.
(No sea que amanezcas
muerta de delirio
o ebria,
y nos niegues
tu pureza de fuego en libertad).
Alencart, Salazar y Giraldo, en el Salón de Recepciones del Ayuntamiento de Salamanca.
Atrás Colinas y Sarabia
AQUEL DOLOR FUE EL CARIBE
I
De lejos tus aguas: sol y sal.
Un cónclave de peces
en tu losa de espumas,
un sótano de nácar/
alquimia del coral.
Una huesa de muertos,
una fosa de africanos muertos
y sus huesos,
pedazos que nadie reclamará,
porque son los huesos sin alma
-lo dijo el esclavista-
de los antiguos habitantes
vencidos,
deshojados,
gimiendo en el rezo que nadie escuchó:
ademán de codicia que fundó legiones
a merced de un rey extraño.
II
El dolor,
como la más sencilla lágrima,
está en el Caribe.
Un fondo de galeones,
un aire de metales.
Una ironía de proa en proa,
naufragio de una pena
en los años que se encienden
cuando inicia un siglo
y comienza a repartir sus máscaras.
¿Cuáles son los antifaces,
la ceniza y la consumación,
quién dejó este caballo que ladra
la guerra entre los hombres,
quién tosió la flema del discurso
que enfrentó a sistemas enemigos?
Abdul Hadi Sadoun y Porfirio Salazar en el Colegio Fonseca de la Universidad de Salamanca
III
Caribe del mar y de las islas:
a todos nos faltó coraje
para defenderte y defendernos
con el puño de diamante
de quienes hicieron un camino nuevo.
IV
Para muchos:
Caribe puta y guaro.
Caribe borrachera y sexo.
Caribe diapasón de aguas muertas.
Caribe perro y goce.
Caribe plenitud.
Caribe circo.
Caribe carnaval.
Caribe de armadillo y pena.
Caribe lío.
Caribe sementera.
Caribe para tantos.
Tú, Caribe, el mar, mi mar hirviendo penas.
Eres el mar.
Eres nuestro mar.
Eres aquel turbión
de barcazas en el arrecife.
Y eres energía:
la soledad se martiriza
con la flor que no te vence.
V
Un día dirás tu verdad.
Esa llaga escondida.
Un día tu reino,
cegará la pupila del odio para siempre.
Un día nos harás a la mar
sin piedras de infortunio
a nuestros pies.
Ese día,
serás de nuevo cielo.
Y nadie cerrará tu abrazo.
Ñaupari, Rodríguez, Gatica, Mendinueta, Paz, Díaz-Granados, Calle y Salazar, en la Plaza Mayor
ESQUEMA DE UN TERRITORIO
Este es el barrio de la alianza,
este el campo de los héroes,
este es el camino que escogimos para recorrer
nuestra vida y detallar un siglo.
Después de la sombra nada queda,
sólo la noche,
el mar a tientas y la sangre.
Este es el sendero de espigas
que marcan nuestras horas:
aquí amamos,
aquí nos desgarramos por el pan,
aquí la tierra nos pertenece
desde el primer aliento.
Decir “país” fue duro,
pero más duro fue habitarlo,
describirlo con la fuerza
de los huracanes y las promesas;
desarmarlo hasta reconciliarlo
en una sola lágrima.
Después de cada golpe
y de ir creciendo a cada martillazo
es que uno sabe qué piedras
camina cada día.
Porque la casa, aunque esté vacía,
es el cielo que habitamos
con amor y juego,
con pesar de mariposa
y a veces con la respiración del latido
que nos anuncia una nueva partida.
Rodríguez, Cañas, Castilla, Díaz-Granados, Chávez, Salazar, Ñaupari, Pérez, Soler y Mendinueta
FÁBULA DEL HIPOCAMPO
Pequeño, azul o púrpura
en la noche del mar:
el hipocampo existe.
Puebla la ruta de las aguas con delicia
e inscribe su misterio en la piedra.
Muda transparencia en la cripta del oleaje,
de mar es su canto
en los horizontes perdidos
que se ven en la tierra.
Presencia de la dicha,
caballito del aire
en las alas del agua.
Inocente,
no conoce
la destreza de la daga.
Sólo convive y pervive,
animal de espuma.
En su mundo no hay prisiones.
Tampoco habita la liturgia del disparo,
sólo conoce de cerca
la alegría que sienten los delfines en el alba.
Un día su danza nos enseñará
que no hay sueño imposible.
Un día caminaremos
sin armas enemigas:
el luto habrá marchado para siempre.
La poeta portuguesa Maria José Quintela dedicando su libro a Salazar, en plena calle salmantina
LA POESÍA
A la memoria de Jaime Sabines.
I
Después de tiempos y caminos,
la desnudez,
el mismo invierno.
Todo lo que nombra la lluvia
es memoria de un poema.
Vivo para raíz y ser el árbol.
Sueño para trinar y ser el canto.
Soñar para vivir,
vivir para existir,
luz de ser nosotros.
II
La Poesía nace
en el lugar donde la mente
se abre al pulso de los sueños,
pero existe para ser con el mundo.
Comienza en un ahínco
y su humedad es siempre
un dictado del asombro.
Dejo mis ojos en un rincón de la mudez
para que no me hablen
con miradas que mienten,
y uso los ojos del misterio
para leer lo que dicen las palabras.
III
Fiel imagen del despierto,
la Poesía no es ausencia en la penumbra
que incendia mis visiones.
Tiene el privilegio de entender
la telaraña de un siglo
y ser la voluntad de un sueño
cuando vuela,
espada de fe,
sobre las piedras del desterrado.
Porfirio Salazar leyendo en el Colegio Fonseca de la Usal
IV
¿Es este vivir
un sueño, a prisa, muerte?
¿Qué son mis desnudeces,
sino razón de estar sobre esta arena
o razón de huir a otros espacios,
con el alba,
atrás el cuerpo solo,
con el ser que abre su casa
y huye cuando ve
aquello que hay por dentro?
V (Canción con címbalos)
El poema es mi casa.
Abro su puerta y me suplica
que lo derrame por la calle.
El poema dice asombro
y las vocales se amontonan en la nada.
Brujas del misterio,
la palabra “miedo” y la palabra “ansia”
se desnudan en el tedio.
Será mejor decir de día,
será mejor decir silencio.
¿Cómo nombrarlo si en el viento
ya es palabra?
VI
Estas piedras quedarán en otro río,
estos ríos de lechuga y nardo,
piedras de otras vidas.
Y en otras vidas latirá,
quietud del viento,
la Poesía,
porque su dolor,
como el mañana,
vuelve sombra.
(La Poesía bebe del himno
y se alimenta cada hora de los mundos
que envejecen en el Mundo).
Al acecho del ansia,
descifra sus enredos,
cabellera de Afrodita.
Enigma, pero luz:
destruye las pausas
con las que hicimos el silencio
y las convierte en llamas de misterio.
¡En ese minuto,
semilla para ser de nuevo,
flor y canto,
despertamos,
para nacer en otro sueño!
Poetas Chávez, Sadoun, Díaz-Granados, Alencart, Branco, Giraldo, Gatica, Salazar y Paz
VII
(Oda Festiva)
La Poesía siempre caminó, pasos de caballería.
Desnuda huella como el eco.
En los amaneceres
su pulso era tiniebla.
Por su canto fui sollozo.
Por su gracia,
renací después del sueño.
Entre soñar y vivir,
la Poesía es consuelo y pan
para el hambriento labio,
ave que vuela de guitarra melancólica,
ave que vuela y se va,
ave que salva y es cirio de asesino,
ave que mira el mar
con los ojos de agua
con que inventa la lluvia
su poema.
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