MARGARITA MERINO. DE LA CIUDAD VACÍA (MANIFIESTO MAPACHE) COMENTARIO CRÍTICO DE JOSÉ MARÍA BALCELLS DOMÉNECH

 

«Crear en Salamanca» Se complace en publicar un artículo- comentario sobre la obra de Margarita Merino «De la Ciudad Vacia», envíada por José María Balcells Doménech

José María Balcells Doménech es Catedrático de la Universidad de León (España), de la que se ha jubilado como docente. Es autor de diversos estudios y ediciones sobre escritores del Siglo de Oro, entre ellos Fray Luis de Granada y Francisco de Quevedo. Acerca de poesía española del siglo XX ha publicado ediciones críticas de la poesía de Rafael Alberti, Miguel Hernández, José Corredor-Matheos y Rafael Ballesteros, así como varias monografías, entre ellas De Jorge Guillén a Antonio Gamoneda (1998), Voces del margen. Mujer y poesía en España. (2009), Las palabras de la bahía. Estudios sobre Rafael Alberti (2013) y Los desvelos de Isis. Sobre poetas, poemas y poesía (2014). En 2016 reunió sus estudios acerca de epopeya burlesca en La epopeya burlada. Del ´Libro de Buen Amor´ a Juan Goytisolo. De 2020 es su libro Miguel Hernández y los poetas hispanoamericanos y otros estudios hernandistas.   

 

Margarita Merino. De la ciudad vacía (Manifiesto mapache). Valladolid: Edición de la autora, 2022, 232 pp.

 

         En la poesía de Margarita Merino, en la que domina un perfil neorromántico, se han calibrado distintos tonos que se consideran claves, entre ellos el elegíaco, el profético y el lúdico. Estas tres modulaciones concurren en De la ciudad vacía (Manifiesto mapache), un libro publicado en 2022 que consta nada menos que de setenta poemas. Algunos presentan delgados contornos y contrastan con los que entiendo más relevantes en la obra, desplegados en una extensión dilatada y acorde con los contenidos discursivos de carácter moral y político que comprenden.

La vertiente elegíaca resulta muy importante en De la ciudad vacía (Manifiesto mapache). Consiste sobre todo en recreaciones de vivencias pretéritas experimentadas mayormente en el León urbano de nacimiento, de infancia, de adolescencia, siendo evocados diversos episodios de la educación sentimental de la autora, así como lugares, calles y avenidas emblemáticas. Alguna vez muestra Margarita Merino la fascinación de los Picos de Europa, y en varias evoca parajes leoneses de alta montaña, donde un día de excursión, a principios de los noventa, la vi henchida de un extraordinario gozo al subir y descender laderas montuosas de su añorado Noreste en un medio paisajístico de inconmensurable belleza y de verdores lumínicos.

 María Cruz Rodríguez González puso énfasis en una temática que se aprecia en la obra de la escritora leonesa, subrayando al respecto que la singulariza la denuncia de la destrucción del medio natural en España de un modo que nunca antes pudo leerse en la poesía española. Añadiría que esa denuncia se ha convertido en especialmente poderosa en el libro de referencia, pues su ecologismo militante no solo se muestra ahí más ostensible e intenso, sino más abarcador, más planetario, diríamos. Esta vertiente de De la ciudad vacía (Manifiesto mapache) puede ilustrar la dimensión “profética” del libro, de la cual es ejemplo contundente el discurso utopista desarrollado en el poema “Kaavan y los sin nombre”, inspirado en aquel elefante que en Islamabad vivió casi treinta años bajo cadenas.

Margarita Merino vive desde hace lustros en un entorno natural estadounidense gratificante, feliz entre la flora y la fauna que conforman su perimundo de cada día. Sin embargo, la calma fecunda de ese lugar del Estado de Tennessee no le impide dolerse grandemente de las lacras más sangrantes del país. Contra ellas alza su voz airada en el poema “Jaula americana (sin música de Bob Dylan y Bob Marley)”, una diatriba furibunda y caricatural contra Donald Trump y sus perniciosas y tan reaccionarias políticas que han hecho aflorar los más impresentables demonios interiores de las saga histórica de los yankis.                           

Un recurso usado en la denuncia de las consecuencias del cambio climático y del estado actual de lo que Margarita Merino califica en un poema como “basuraleza”, es el de dar “voz” fictiva a algún que otro animal típicamente norteamericano. Así ocurre en uno de los textos centrales del libro, “Quejíos de la suerte”, donde un masurpial que habita al norte de Río Bravo, la zarigüeya, clama contra los daños de la pandemia y las  injusticias sociales de toda laya en cualquier latitud del globo.      

          En esta obra no faltan componentes muy típicos en la poesía de Margarita Merino, y que ciertamente también hallamos en muchos poetas y narradores, por ejemplo la inclusión en el texto de menciones culturales heterogéneas, así como de activistas renombrados. Anoto las relativas al mundo de la cinematografía, del teatro, de la poesía, del comic, del deporte, y subrayo en especial el esbozo de letras de canciones, inserción esta que propicia a la autora entonarlas en sus vívidas y efervescentes lecturas ante públicos a los que sorprenden, e incluso asombran, sus escenificaciones performativas.   

         De otra índole es el uso frecuente del paréntesis para contrapuntear asertos emitidos inmediatamente antes, una técnica que destaca en un libro donde sobre abundan paratextos del tipo de dedicaciones y citas entre los títulos y el comienzo de los poemas. En una obra en la que se conjugan diversidad de voces, se emplean asimismo diversos registros expresivos, y un habla poética por momentos surreal no exenta de desparpajo y de una descollante dimensión lúdica. La faceta divertida alcanza uno de sus puntos más álgidos en el poema “Posdata confidencial”, donde, al comienzo mismo de la composición, se dirige la autora a los lectores parodiando la jerga estrafalaria de tantos ignaros paladines del lenguaje inclusivo:

                      (Y a ustedes, Ustedas y Ustedos,

amables lectores, lectoras y lectoros) (155)

          De la ciudad vacía (Manifiesto mapache) se elaboró durante los meses del confinamiento ocasionado por el Covid-19, al cual se hace referencia en muchos poemas, la mayoría de las veces lamentando determinadas consecuencias de la pandemia, otras con la ironía de llamarlas “Nueva Anormalidad”.  Pero la sorna más subida se produce cuando se pone en juego el título de uno de los más célebres textos de Jaime Gil de Biedma, “Pandémica y celeste”, pues en el poema “Aviso” se alude a la enfermedad mencionándola como “pandémica / (que no celeste, o menos) (15).

 

Aún no hay ningún comentario.

Deja un comentario