Crear en Salamanca tiene el placer de publicar algunos textos de la destacada poeta y traductora Satoko Tamura, extraídos del volumen titulado Decíamos Ayer, antología del XVI Encuentro de Poetas Iberoamericanos realizada por Alfredo Pérez Alencart, poeta, profesor de la Usal y director del Encuentro. Así escribe Satoko, como anticipo:
Dentro del azul de los adobes están escondidas
las pequeñas muertes.
Por las noches invitan sacudiendo las muñecas
y cada vez llega una nueva sombra y canta a
solas sigilosamente…
Satoko Tamura (Wakayama, 1947). Poeta, traductora, ensayista y compiladora. Cursó Literatura Hispanoamericana en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Teoría de Expresión Poética en la Universidad Complutense de Madrid. Obtuvo su doctorado con la Tesis Estudio sobre los Sonetos de la Muerte de Gabriela Mistral, en la Universidad Nacional Ochanomizu. Actualmente es catedrática de la Facultad de Letras de la Universidad de Teikyo, en Tokio. Ha publicado cuatro poemarios: Mapa Profundo, Otoño de Iberia, Salamandra y Raggi di luna falciati. También ha publicado los ensayos Al sur y Caminar por Cien años de soledad. Un cuarto siglo con Gabriel García Márquez. Su obra como poeta y traductora ha merecido varios premios: Premio de Poesía Contemporánea; Premio Cultural de Traducción y Premio de la Cultura; Premio del Centenario Azul Rubén Darío (Chile); Premio Pablo Neruda (Presidencia de Chile) y el Gran Premio Internacional de Poesía (Rumania). Ha traducido a Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Nicanor Parra, Enrique Lihn, César Vallejo, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges o Gabriel García Márquez, entre otros.
HERMANO MÍO
Sube de espaldas.
por el sendero erosionado de malezas feroces.
Se quita el abrigo de la estación cruda,
todavía camina en la sombra de la vida.
Lo acompaña, como perro fiel,
el fervor de una época nueva.
Soportaste desgracias
¿Ya hiciste las pases con tus sueños?
Tú lavas los pinceles con lágrimas
y los secas en las grietas de la locura.
Hubo un último esfuerzo para jalar recuerdos
como la piedra enorme
que el niño carga entre sus brazos.
Luego regresaste
a la vejez,
a la ternura paciente y
al cuerpo mal conservado.
El futuro es una mirada hacia atrás.
De espaldas la figura
oculta la vista.
Va con pasos torcidos
en la raíz de la sangre arrodillada
por el luto de su tristeza.
(Traducido por la autora y Jorge Boccanera)
LACTANCIA
Como te dio hambre, te despertaste buscando el pezón;
como los pechos se llenaron, se despertaron buscándote
y la madre en la cama se levanta y te toma en sus brazos.
A la medianoche
una nieve de flores firmemente abiertas
tus mejillas junto a mis pechos, la blusa desabotonada,
están heladas, sufrientes,
los párpados bajos
se han colmado de lágrimas
que iluminan como portátiles
lámparas de papel.
¿Huele a hierba la leche?
¿te he dejado satisfecho?
¿flotas ya en el sueño?
Tu sueño nunca se caerá
porque lo sostengo con brazos de madre.
Madre e hijo
nos calentamos con la frescura
y el calor de la vida
y atravesamos con siglo
las noches en que vienen los diablos.
(Traducido por la autora y Juan Gelman)
OTOÑO DE IBERIA
A Pablo Neruda
«Fue asesinado» al principio me dijeron. Como Allende.
En Santiago donde se multiplican los sonidos de botas militares.
Nubladas letras del periódico con la fecha del 24 de septiembre en 1973.
Yo debía de encontrarte. Debía de visitarte en París,
Llevándote la carta de Nilda.
Cuando visité Isla Negra, no estabas. En lugar de ti, encontré el cielo andino cayendo las balas y el pueblo quien participó en tu funeral, gritando, llorando y cantando la Internacional.
Sube a nacer conmigo, hermano
Dadme la mano desde la profunda
Zona de tu dolor diseminado
Apenas comienza como ha llamado, Chile se rinde a la fuerza.
Fue un dolor exactamente sensorial, dolor con el que fui a vivir a España.
La tierra seca, el otoño de Iberia, siento su piel vieja, sentándome en un taburete del bar de los barrios estudiantiles de Madrid; España que cayó herida histórica de gravedad, al igual que Chile hace más de 30 años. Pienso en ti y en tu amigo Antonio Machado en estos barrios en donde te despertaste a la nueva vida. En el camino rural del pueblo Colliure de Francia cruzando por la frontera, en el invierno de 1939, cuando el viejo poeta casi desnudo con pies manchados se murió de hambre.
Pasados más de 30 años, Chile repite el martirio de España. Y tú repites lo de Machado. Por la noche de otoño se hunde en los tonos de guitarra, yo toco la mandíbula grande del tiempo a tientas.
«Ya no queremos sangrar entre la fraternidad», dice con sonrisa debil,
mi amigo señala con su dedo a la gente de la calle. «Aquellos pueblos en paz–las caras idiotas de los que hacen creer que vivimos paz. Es la cara actual de España.»
Chile, me extendiste la boca entera el vino maduro.
Dadme el silencio, el agua, la esperanza.
Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.
Apegadme los cuerpos como imanes
Acudid a mis venas y a mi boca
Hablad por mis palabras y mi sangre
Ahora la bota del vino fue picada a cuchillo y se derrama la sangre fraternal.
El espacio de la historia en que vivo. ¿Podré vivir yo tu amor tan grande? Jalo la pesadez de un racimo de uvas para estrujar con mi palma la piel de este otoño.
(Traducido por la autora)
LOS HAIKUS
La primavera
Cuántos trinos concebidos
Las nubes
De cerezo en flor
En las nervaduras
Son del agua
Col primaveral
Flores de durazno:
Vive siempre una niña
De cuento innumerable
El verano
Como Dragón
El aire de la montaña
Viene el aguacero
La flauta de fiesta:
Triste sin compañía
Me paso el peine
Tinieblas suaves
Paso debajo de la fragancia
De las flores de castaño
El otoño
Luna llena
La noche
Como las orejas de conejo
La cruz de la iglesia
Crece alta
En el cielo de otoño
El invierno
Sin cesar
Serena cae la nieve:
Suave gracia
Hielo espero:
Un martillo sobre el clavo
Vibra límpido
(Traducido por la autora)
septiembre 20, 2013
HAIKU. ¡Cuan profundo puede ser lo esquemático!
abril 21, 2014
… desde Wakayama Y su Mapa Profundo baja por el Magdalena buscando la Sierpe y trae consigo «los limones de oro’ secos y duros prueba fiel de que existe el realismo magico…