CLARA SCHOENBORN (COLOMBIA). XXIII ENCUENTRO DE POETAS IBEROAMERICANOS

 

 

 

La poeta Clara Schoenborn

 

 

Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar estos poemas de Clara Schoenborn (Cali, Colombia, 1957). Ganadora Gran Premio Ediciones Embalaje, Encuentro de Poetas Colombianas, Colombia, 2011. Finalista IV Concurso Red de Bibliotecas Públicas Cali Colombia, 2009. Finalista Premio Carmen Conde de Poesía, Ediciones Torremozas, Madrid, España, 2012. Mención de Honor Concurso de Poesía De Los Objetos, Casa de Poesía Silva, Bogotá 2012. Finalista Concurso Literario Internacional Ángel Ganivet, 2017.  Libros publicados: Búsquedas y encuentros (Caza de Libros, Bogotá, 2011), Los oficios en clave de Atenea (Ediciones Embalaje, 2011 y Apidama Ediciones, Bogotá, 2013), Huecos en la luz, (Ediciones Torremozas, España, 2014). Antología Ganadoras Gran Premio Ediciones Embalaje Encuentro de Poetas Colombianas, (Uniediciones, Bogotá, 2018). Con tal de verme volar, Antología personal, (Uniediciones, Bogotá, 2019).  Su obra ha sido publicada en revistas y antologías en español y traducida al inglés, francés, portugués, árabe e italiano.

Mundo Aquí (Pintura de portada realizada por Miguel Elías)

 

Estos poemas serán leídos durante el XXIII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, organizado por la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y que se celebrará en Salamanca del 14 al 20 de octubre de 2020, dedicado a José María Gabriel y Galán. Habrá actos presenciales y virtuales. La lectura de la poeta colombiana será en una sesión online y saldrán publicados en la segunda antología del encuentro, titulada “Mundo Aquí”, también coordinada por el poeta peruano-salmantino Alfredo Pérez Alencart, director de estos encuentros desde su primera edición.

 

 

 

 

 

NUEVA YORK: ESTACIÓN DEL METRO

 

 

Estoy dentro del vagón,

en dimensión paralela con el resto de malditos.

 

Las lecciones de buena educación ordenan:

 

No os miréis,

mirad sólo lo que cargáis en el hígado,

                      vuestra ciudad nocturna,

 

no recordéis la condena subterránea,

dormid mejor dos minutos,

junto a la fruta prohibida,

 

estad atentos a los paquetes peligrosos,

más ignoraos los unos a los otros,

recordad que el valor de un penny tiende a cero,

 

no os acerquéis a las puertas eléctricas,

-en pedazos costáis menos que un penny-,

 

esquivad los charcos de orines,

aunque afuera igual hieda a zombi,

a ladrillo avinagrado,

a coliseo romano,

 

mirad sin parar vuestro teléfono móvil

no vaya a ser que os surja un pensamiento,

una idea que destruya el universo,

 

acostumbraos a la suciedad,

no vaya a ser que lavéis vuestras sábanas,

 

no habléis nada entre vosotros,

no vaya a ser una revolución.

 

 

 

 

 

 

MISERERE

 

 

Hoy también me quieres.

 

A mí,

la loca,

la endiablada,

la de la burbuja indomable.

 

Hoy también me quieres.

 

Pido permiso

para atravesarte con gelatina celeste,

                                 con agua de río.

 

Hoy también me quieres.

 

Así,

con mis doscientos tres puntos cardinales,

ancha como una hoja en blanco,

y en cada margen los dedos abiertos,

para lavar tu corazón con aceite multigrado.

 

Hoy también me quieres.

 

Y no sé decir sí,

y no sé decir no.

 

 

 

 

AERONAUTAS

 

 

Cae la noche,

tres batallones de hormigas

entran por mi oído,

han granulado mi cráneo

escupido en sus neuronas,

 

unas encienden antorchas,

       otras entonan salmos,

al unísono copulan

con alguno de mis poemas. 

                  

Al llegar la medianoche

me sacuden sus batallas,

me implantan en la pupila

alfileres nucleares.

 

No tienen reina, misión

ni caminos empedrados.

 

Mis hormigas de hierro,

hormigas aeronautas,

vestidas de terciopelo

con sombrerito púrpura.

 

Cuando es de madrugada

terminan de recorrer

los túneles del insomnio,

algún verso ha  nacido

entre el acoso himenóptero.

Mientras tanto, ellas me dejan,

retoman su humilde destino

y otros las miran forjar

sus sueños de arena,

levantar edificios,

ciegas, en fila india

-como si no me conocieran-

obedeciendo a su nada,

inventan el universo,

exactas,

milagrosas.

 

 

 

 

SALIDA DE EMERGENCIA

 

 

Desde el fondo del espejo

me responde un demonio.

Tiene la monstruosidad del mundo,

su indiferencia,

el odio,

su cinismo.

Para librarme,

debo excavar más profundo.

En el interior del resplandor

descubro que hay alquimia,

videncia.

Puedo viajar dentro del espejo

sin que me asesine su terror,

deambular convertida en profeta

o cultivar en el zigzag del brillo

gérmenes embrujados,

seres multi-sapientes.

Salir,

salir luego del espejo,

contaminada de la flor y de la fuerza,

irremediablemente oscura y sabia,

incluso feliz, aunque no demasiado,

la felicidad puede confundirnos,

extraviar nuestra verdadera misión.

Salir,

con la rebeldía del neonato,

con un hacha tatuada en la frente.

Salir convertida en una extraña,

en una piedra de tres puntas.

Ser otra,

irreconocible para mis amigos,

amenazante para mis enemigos.

Nada que hacer,

así es la violencia del salto,

la tragedia del vuelo.

 

 

 

 

 

 

DECLARACIÓN DE IDENTIDAD

 

 

Tengo el pie roto y soy mujer.

Guardo baratijas en el bolsillo y soy mujer.

 

Mujer soy,

eso dicen.

 

Me levanto a las seis,

no preparo el desayuno.

 

Una tarde me olvidé de mi hija pequeña en el colegio.

 

Soy mujer,

odio los bolsos,

su peso sobre mi hombro,

tener que cepillar mi pelo a diario.

 

Las faldas me estresan.

No me gusta disfrazarme de mujer.

 

No quiero mucho a los hombres,

apenas a unos pocos.

 

Soy mujer.

 

No sé qué haría si fuera presidente de un país.

No sé si me importarían los niños,

las mujeres.

No sé si pensaría diferente a un político común.

 

Soy mujer

y no sé qué hay por inventar,

si hay guerras justas.

No sé si vive una mujer en mí.

No sé si tenga género esto que soy,

o soy un desecho de algo,

un invento,

un ser viviente condenado.

 

Soy mujer,

debo actuar en consecuencia.

 

Tengo mala suerte con las plantas,

mi armario es un desastre,

lo arreglo a veces para que no me ataque.

 

Alguien aseguró algún día,

que soy mujer.

 

Lo que me gusta

es escribir poemas,

leer poemas,

me gusta besar

y el sexo mañanero.

 

El amor a estas alturas aburre.

 

Soy mujer.

 

Adoro cocinar

y pensar en la vida tan ridícula,

en los seres tan ridículos que somos.

 

Hace una semana me atracaron.

Estuve en peligro de muerte

y ni siquiera entonces recordé que soy mujer.

 

A lo mejor,

me hubiera servido para algo

 

 

 

 

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