Jaqueline Alencar y Alfredo Pérez Alencart en Urbino (foto de Gianni Darconza, 2018)
Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar estos poemas de amor de Alfredo Pérez Alencart, quien hoy celebra los primeros 28 años de matrimonio con Jacqueline Alencar, siempre vinculada a nuestra revista, especialmente con el magnífico álbum fotográfico que aporta para ilustrar muchas de nuestras entregas. Los poemas de Pérez Alencart los hemos extraído de su antología ‘Una sola carne’, publicada por la Diputación de Salamanca en 2017. Muchas felicidades para ambos.
Alfredo y Jacqueline (foto de José Amador Martín, 2018)
COMPAÑERA EN TODO
No ardencia pasajera
lo nuestro, mi compañera,
mi constelación
secreta…
Eres cuerpo a mí
engemelado, ala pacífica
para vadear los días.
Lo nuestro es eternidad
e instante, fogosa
soberanía,
compañera que me besas
y acoges.
Recuento tu sacrificio
hecho sólo por amor,
compañera en todo,
amantísima
gacela…
Jacqueline y Alfredo en septiembre de 2009 (Villaescusa, zamora)
EN NADIE QUE NO SEAS TÚ
En nadie que no seas tú
acomodo mi cuerpo para la vida
que cae como una hoja,
encanto
si nos hacemos una sola carne
y somos fuertes
mordiéndonos los labios,
sin límites
por estos páramos distantes.
Tu nombre
crece siete veces siete
y hago cuentas sin dividirme de ti,
acariciando tus estaciones
hasta hacerme viejo
recibiendo tus dádivas,
moldeando nuestra carne
hasta que alguna vez sea
una sola alma.
Alfredo y Jacqueline (París, 2011)
ESPOSA DE MI ATARDECER
¡Pasión principal, como ninguna, dermis
con dermis, señal del destierro procurado
amándonos veintitantos septiembres, ventura
y aventura en lo tierno, inquebrantable!
¡Besémonos largo, esposa de mi atardecer!
El juego verdadero no es un juego: Amar,
Dios mío, es una incesante prueba cabal,
defuera hasta la vertiente de lo que no sé.
¿De miel el tránsito? Garra del entallado
puedo sin descanso, atentos a lo que fluye
debajo de esta piedra, ¡ah, linda mitad mía,
esposa de mi atardecer, fresca flor viva!
Embaracémonos de presentimientos: Creer
en el sueño y no en el circo; en el espíritu
capaz y no en feas estatuas… ¡Herejías así
de estío a estío, con el pulso real todavía!
¿Qué nos sigue sino el unigénito y la luz
primera? El hijo, sí, derivado de sangres
que por la Amazonía se asentaron. La luz,
sí, barajando sus haces, convidándonoslos.
¡Todo nos ampara, esposa de mi atardecer!
Jacqueline y Alfredo en una selva destrozada por la minería ilegal (Puerto maldonado, Peru, 2014)
A DIARIO EL AMOR
Cosas
de esta vida nuestra
donde no duerme
el amor,
así avancen los calendarios.
Yo me ofrezco,
tú me acoges anudándote,
cayendo al tálamo,
conociéndonos
hasta el espíritu
que nos electriza.
Tú y yo
subiendo ante Dios,
mistérico anclaje.
Mientras, a diario
el amor que es entusiasmo
y ofrenda,
respeto en el respeto.
Jacqueline y Alfredo (junio 2009)
ESPOSADOS
Es temblor profundo,
existir dulcemente rozado
hasta fundir la simiente
de mil generaciones.
Es partida eterna,
regreso a las comarcas
del amor que olfatea
lo no prohibido,
al norte o al sur del acto
de sobrevivir siendo
una sola carne.
Es desnudez
genésicamente encostillada
y en festín al alba del
deseo amante,
tan bien esposados
que hasta Dios sonríe
de su Creación.
Alfredo y Jacqueline en el río Madre de Dios (Perú, 2011)
NUESTRA REALIDAD
La base
de nuestra realidad
es el amor,
más allá de los días
oscuros, de los
zarpazos izando
sus trofeos.
Y siempre
el Niño galileo con su
viento de buenas
nuevas, con su
paloma en nuestra
ventana.
Damos gracias por
las dádivas, por
los alientos…
Alfredo y Jacqueline (Esmeraldas, Ecuador, 2011)
JUSTAMENTE ASÍ
Demasiado generoso
el corazón de quien me ama
y lee radiantes escrituras.
De mi boca ahora
salen expiaciones que ella
identifica con la purificación
más favorable que la vida.
Justamente así
se saca lustre al amor.
José Alfredo, Jacqueline y Alfredo en la Plaza Mayor de Salamanca (Foto de José Amador Martín, 2017)
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