Pintora y poeta nacida en Jinotega, licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Católica de Nicaragua. Desde los 13 años quedó apasionada con las historias narradas en El Quijote, muchas de las cuales fue trasvasándolas a imágenes que siguen los patrones originales, pero también adaptaciones al mundo nicaragüense, como su espléndida obra ‘Don Quijote y Macho Ratón’, donde convoca por una calle colonial de Nicaragua al Caballero de la Triste Figura y el Güegüense, personaje de la primera pieza teatral de la literatura de dicho país centroamericano. Sus últimas obras, que están exponiéndose en EE.UU., llevan por título ‘Don Quijote en motocicleta’. Es pintora autodidacta pero tuvo el privilegio de aprender algunas técnicas con los maestros José Luis Cuevas (México) y Guido Delvaux (Bélgica) durante su estancia en México D.F. Tiene varios poemarios publicados y colabora con el Festival Internacional de Poesía de Granada desde hace nueve años. La selección de textos e imágenes es de A. P. Alencart, quien tuvo el honor de conocerla durante el XIV Festival de Poesía de Granada (Nicaragua).
A DON QUIJOTE
Ay, si supiera amigo mío
que por años por ser su amiga
algunos conocidos que no son amigos
hasta me han llamado loca
sin saber los tontos que para mí es honor
tratar con humildad y ternura
a tan noble Señor.
No crea que me molesta tanta tontería
quisiera ser Dulcinea en nombre del amor
mi vida no ha sido tan fácil
molinos y piedras ya tuve en mi camino
pero todavía no he roto gruesos odres
solo unas cuantas botellas de vino,
no tengo escudero,
pero necesito un buen compañero
no debo en venta alguna pero le debo a la vida,
le debo a los míos, no tengo cómo pagarles
con disimulo me recuerdan que estoy en mora
critican mi rebeldía, mi falta de mansedumbre,
esperan de mí más cordura,
creen a veces que todo lo hecho es locura,
pero como la pastora Marcela debo escoger, al mejor,
no tiene que ser doctor tampoco pastor de cabras
pero si alguien que me quiera bien sin mucho cuento
si algo me sale mal, rezo a mi modo
luego me arrepiento.
Señor caballero,
que venga usted es lo que yo quiero,
no importa el cuchicheo
que no nos importen los Duques
que ahora aquí así se les llama a los perros
quien debe importarnos ahora
son las gentes honradas de nuestros pueblos.
Con curas no se meta en el camino
mejor no doncito, tenga cuidado
algunos queman albardas y librerías,
traiga su yelmo viejo no importa si es bacía,
cabalgue de nuevo Señor Don Quijote
si se cansa Rocinante aquí caballo tenemos
bien hecho en Masaya con madera de guayabo
y asno o burro para Sancho de Somoto lo traemos
pero por nada nos falte querido viejito
aquí muchas gentes lo están esperando
agricultores, doctores, maestros,
artesanos, ingenieros, vivanderas,
panaderos, taxistas, bohemios
y cientos de poetas en Granada
en plazas, parques, atrios y aceras.
¿Qué me dice? ¿Hacemos un trato?
¿Cabalgamos?
MOLINO
Las palabras ruedan, vuelan y son a veces
como las aspas de un molino
que te enganchan y como a Don Quijote
pueden lanzarte tan fuerte y tan alto
dejándote caer después al garete
con huesos rotos sin ropas y hasta sin dientes
depende cuanto sopla el viento,
podemos caer sobre un colchón de espuma,
dentro de una caldera de agua hirviendo,
o en una cárcel amordazados por hablar
o por no hacerlo quizás por temor,
… y Sancho durmiendo la siesta
Soñando el pobre con ser un gran Señor.
Pero como suele suceder
Por defender la verdad
Nos pueden denigrar, silenciar o matar.
Pero si es para bien amar,
Vale la pena.
Vale.
Yomi Amador, pintora y poeta nicaragüense (fotografía de Jacqueline Alencar)
MARÍA
Me llamaron María por primer nombre
el segundo por amor de abuelita
pero como la Aldonza Lorenzo
a quien Don Quijote llamó Dulcinea
uso el otro, mi seudónimo, aunque suene posesivo
para seguir la corriente en asuntos de amor.
Ay María, Virgen bendita
que irreverencia usar yo tu nombre
tengo de santa lo que tú de liberada
pobre del fiel carpintero tan aburrido y celoso
más siendo viejo y no tan parecido,
perdóname José pero yo te hubiera abandonado,
escondido el serrucho, el formón, el martillo
y regado por la choza toditito el aserrín.
¿Qué haría yo si fuera la María de esos tiempos?
Parir niños, cargar tinajas, ordeñar cabras, si acaso había,
sacar agua de un pozo, vestir un trapero, barrer el patio,
cubrir las ollas del polvo, encender un fogón
y obedecer calladita al esposo preparando una cena
donde no había arroz ni frijol.
Me hubieran echado de ahí mi Santa,
o inmolado a pedradas estoy segura
porque yo andaría corriendo por el desierto
resbalándome en las dunas,
asustando a los camellos, subiendo a las palmeras,
sonsacando a vecinas sumisas, platicando con cabreros,
pintando mensajes en todititas las piedras
platicando con la luna, contando las estrellas
escribiendo quejas en la arena
y gritando en las noches hasta que me venciera el sueño.
Pobre María, aquella,
No hablaba de nada, de pecados ni de explotación
su preñez fue sagrada, cuánto dolor pobre Madre,
jovencita humilde entregada por obediencia
al sufrimiento eterno y a permanente oración.
¿Y yo?… María de estos tiempos,
¡Imagínate Virgencita!
Perdóname mi Santa pero qué puedo hacer ahora?
no me siento digna de usar tu nombre
tuve libertad plena de escoger marido, conocer el mundo
tomar bastante vino,
el tiempo es tan distinto ahora y está revuelto tú lo sabes
pero cada día, cada noche confío tanto a vos
la vida de los míos, la de mis amigos
y la de los otros que no conozco también.
Protégenos a todos Santa María.
Amén.
INSTINTO
Aprendí a vivir verde,
a sembrar girasoles, maíz y hortalizas,
a cosechar historias,
a remendar angustias,
a podar tristezas,
a enhebrar esperanzas,
a tocar arcoíris,
a curar pajaritos en turecas de papa miel,
a sacar los caracoles del río
a desgranar cacao,
y a querer más de la cuenta.
Las otras cosas no buenas
las aprendí fuera de casa
por desobediente,
a malgastar el tiempo
retando al viento,
encendiendo fogatas,
que a veces no eran de leña,
a brincar alambradas en tiempos de guerra,
a saltar peñascos en noches de luna llena,
a cruzar ríos crecidos para insultar la corriente
aprendí a leer miradas, las malas y las buenas,
y descubrir mentiras en apretones de manos
feas, bonitas, fuertes y débiles.
REGISTRO
En la calle he recogido cientos de imágenes
a colores, en sepia, en blanco y negro
pero en todas sobresalen mas los rostros,
rostros que saben a nombres de volcán,
de metal, de lluvia, de madera, de espuma, de arena,
de miel de tamagás o dulce de panela,
rostros que aparecen de pronto invadiendo mi retina
saliendo de los noticieros,
de los periódicos o de las esquinas
y me siguen, me persiguen,
me observan con cariño o me acechan sin medida,
otros me insultan
o gritan reclamando justicia
para mí y para ellos.
Y yo camino, y al final del día…
a la media noche
en mis sueños, todavía
me siguen, me persiguen,
me preparan emboscadas,
me hablan con señas, me hacen guiños,
me piden que yo también grite,
que grite hasta allá donde el grito alcance
para estar ellos despiertos
para cuidar a los niños ciegos mañana,
a las niñas limpia vidrios que serán violadas
si no las cuidan sus madres
o las venden de a nada,
a clientes de casinos
o a foráneos apañados
que hacen de este país paraíso
con dinero y con mañas.
Me siguen rostros por todos lados
exigiendo, insistiendo
que grite mas fuerte elevando plegarias
porque ya las denuncias no alcanzan
en las gavetas de estaño,
perdón, gavetas de Estado,
por las mujeres sin voz,
por las sin nombre,
por las mariposas nocturnas
por los mojigatos, por los miedosos,
que maquillan su desgracia
con la moda del desenfreno,
y en juegos de botella
cambian vida por sida,
mujeres que un día perdieron la razón
y bañan desnudas en la calle
pidiendo comida y perdón
por lo que no hicieron,
por los ancianos sin pensión, sin techo,
y con tristeza arrugada y vergüenza
piden una moneda apresurada
me siguen los sordos, los drogadictos,
los huele pega, los caras pálidas
los ahumados pelo parado
greñudos casi salvajes
con harapos brillantes de mugre,
embriaguez de sol, con hambre
de familia y de sed no solo de agua.
Otros rostros también me esquivan
los que temen ser vistos,
rostros con olor
a querencias de amantes olvidados,
madres, padres y abuelos ignorados
por el tiempo y por sus críos
otrora bien amados,
amigos y amigas desconectados
por la excusa del teléfono malo
del no me acuerdo y del stress.
Me siguen maleantes que ayer no lo fueron,
escritores dignos y poetas bohemios
que se vuelven mudos
porque sin previo aviso son a veces censurados,
gordos y gorditas con barriga temblorosa
cual figuras de Botero expuestos en plaza pública,
para ser fotografiados morbosamente
de la cintura para abajo.
Me siguen otros rostros
que no son los que aparentan ser
sino hasta que aparecen humildemente
con manos hacia atrás en noticias
de última hora y que han nacido el día
de los inocentes.
Otros no tan disimuladamente
también me persiguen,
algunos policías que esconden su chapa
y en sus manos como hábiles tahúres
los documentos se vuelven cartas de juego,
es decir si te corres te sigo, si te enojas peor
como cuando veo otros rostros
de políticos estirando su barbilla y su torso
y ni siquiera ven de reojo
al amigo del tiangue, al de al lado,
si no están en feria de fraude
es decir en elecciones,
prefiero ver entonces a las vende tortillas
sacudiéndose muy fuerte los mocos
con manos más limpias que los anteriores
que comercian con el hambre, la fantasía
y la ignorancia de tantos tontos rostros
con nubes en los ojos, negros, azules, cafés
verdes, zarcos, grises, amarillos,
que aplauden eufóricos pantallas gigantes
bajo el sol de mediodía.
Me da angustia registrar esos rostros,
porque son montañas de rostros
con montones de ojos,
ojos intermitentes
que se encienden o se apagan
como los semáforos.
marzo 20, 2018
Maestro: No tengo palabras suficiente para agradecer este obsequio maravilloso. Estoy Super emocionada. Gracias mil tambien a Jaqueline ojala. Pueda verles pronto. Gracias amigos. Bendiciones.