‘A LA QUE LLEGARÁ A SER MI MUJER’ Y OTROS POEMAS DE KIRILL KORKONÓSENKO

 

 

 

 

 

 

 

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El hispanista Kirill Korkonósenko, en primer término

 

 

Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar seis poemas del filólogo y traductor ruso Kirill Korkonósenko (San Petersburgo, 1974), el más destacable difusor de la obra de Miguel de Unamuno en Rusia, y no solo porque su tesis doctoral ‘Miguel de Unamuno y la cultura rusa’ sea referencia desde su publicación en 2002. Antes y después ha venido dando a conocer otros ensayos sobre el vasco de Salamanca, entre ellos “Augusto Pérez, de Miguel de Unamuno, como antípoda de Don Quijote” (1997), “Novela polifónica de Dostoiévski y nivola agónica de Unamuno” (1999), “Entre creer y descreer (Pascal, Unamuno y León Chestov: lógica de la agonía)” (1999) San Manuel y otros: la obra de Miguel de Unamuno” (2000), “Miguel de Unamuno, ‘un extraño rusófilo’” (2000), “El destino ruso de la obra unamuniana” (2009), “El príncipe Myshkin de Dostovski y Don Quijote de Miguel de Unamuno” (2009) o Citas escondidas de Dostoiévski en ‘Abel Sánchez’ de Unamuno” (2015). Además, Korkonósenko es investigador del Instituto de Literatura Rusa (Casa Pushkin), institución que forma parte de la Academia de Ciencias de Rusia y tiene su sede en San Petersburgo. Sólo añadir que, como traductor, ha trasvasado al ruso novelas y poemas de Unamuno, Ganivet, Rosalía de Castro, Cortázar, García Márquez, Juan José Arreola, Adolfo Bioy Casares, Vargas Llosa…

 

Ahora da a conocer algunos de sus poemas escritos en español, los cuales nunca había expuesto fuera de su entorno íntimo.

 

2 Doncella, de Miguel elías

Doncella, de Miguel elías

 

A LA QUE LLEGARÁ A SER MI MUJER

 

La que llegará a ser mi mujer

tendrá que viajar en el coche a mi lado

y apostar su vida

a mi conocimiento de las reglas del tráfico.

 

La que llegará a ser mi mujer

tendrá que leer mis poemas 

y hasta escuchar canciones,

soportando mi falta de voz.

Y de ritmo.

Y de oído.

 

La que llegará a ser mi mujer

tendrá que ir a verme al teatro

y morderse los labios al oír que yo –¡otra vez! –

he dicho “es muy posible” en vez de “es posible”.

 

La que llegará a ser mi mujer

tendrá que hacer el amor conmigo

y otras noches cenar a solas

para después oírme regresar

borracho como una cuba.

 

La que llegará a ser mi mujer

tendrá, seguramente, malas rachas conmigo.

Pero espero que también tenga sus puntos flacos

por los cuales me casaré con ella.

 

 

 

3 Mujer rusa II, de Miguel Elías - copia

Mujer rusa II, de Miguel Elías

 

 

NO HAY REMEDIO…

 

 

No hay remedio

contra las sanas costumbres,

contra las bellas moscovitas,

contra mis escrúpulos.

En la Luna

viviría como un ermitaño,

cada martes te mandaría

un saludo electrónico.

 

Y aquí –

la misma rutina cortés,

tontos y gilipollas

siguen tocando su jazz.

Cada hora

me evado del progreso,

para poner a salvo los nervios

gasto salud y cigarros.

 

Ergo sum

el que habita las sábanas,

el que devora ensaladillas,

el que se hurga las narices.

Una rueda

para tomar impulso

necesita tocar algo firme

en vez de girar en el vacío.

 

Yo también

estoy harto de dar vueltas,

de contemplar cómo no puedo dormirme

y como te echo de menos.

En la Luna

cada día es lunes,

cada habitante es ermitaño

y hasta el Internet anda mal.

 

 

4 Mujer rusa, de Miguel Elías (Homenaje a Ilia Efimovich Repin) - copia (1024x768)

Mujer rusa, de Miguel Elías (Homenaje a Ilia Efimovich Repin)

 

ACERCA DE LAS FUNCIONES DE LA POESÍA

 

Quería decirte

que tus ojos son negros como la noche

pero mi amigo iraní me explicó

bajo el nocturno cielo murciano

que este poema ya fue escrito.

 

Pues no te digo nada,

sólo te aconsejo leer el libro de Saíd,

mi amigo, poeta iraní.

 

 

5 Viajero, de Miguel Elías

Viajero, de Miguel Elías

 

CÓMO VIAJÉ POR ESPAÑA

O EL MUNDO AL REVÉS

 

Me atravesaban las ciudades,

fui cifrado en un mapa de constelaciones,

me perseguían buenas intenciones

pero para huir no tuve dificultades.

 

Eran los autobuses que me pagaban billetes

mas yo no anunciaba sus paradas,

con maniobras de ajedrez, sofisticadas,

mi reino por el caballo daba mil veces.

 

Eran los idiomas que me manejaban

mientras balbuceaba palabras de despedida,

pero las fórmulas de ida y venida

no cabían en mi mochila, y las dejaba.

 

Y si el mundo es así de grande,

ante su grandeza no pienso resignarme.

 

 

6 Otra imagen de Kirill Korkósenko

Otra imagen de Kirill Korkósenko

 

EN AQUEL ENTONCES…

 

En aquel entonces

todavía era yo buen mozo,

me gustaba leer a Jacques Prévert

y podía almorzar en cualquier panadería

con media barra de pan tierno.

 

En aquel entonces

todavía no sabía tratar con gente mala,

mis besos eran ridículos

y estaba completamente satisfecho

con mi arte de tocar la guitarra.

 

Parece que yo era un tipo poco simpático

pero creía que todo el mundo me amaba

y, casi seguro, así era de veras.

 

Y ahora pienso:

¿tal vez no haya cambiado nada

desde aquel entonces?

 

 

7 Parte del caos, de Miguel Elías

 

 

 

MI VIRUS

 

Ahora lo veo:

soy un ordenador que no funciona bien,

pues mi memoria

contiene demasiados recuerdos de ti –

espontáneos, desordenados, imborrables.

Parece que has sido una especie de virus,

no sé si curable

y, lo peor,

no estoy seguro de que quiera curarme del todo.

Necesito algún programa de defragmentación total

porque he sido ideado

como un multimedia

y ahora sólo sé hacer cosas muy sencillas.

Eso sí: no funciono bien

            no funciono bien

            no funciono bien

ESTE PROGRAMA HA COMETIDO

UNA OPERACIÓN INCORRECTA. SE CERRARÁ

 

 

 

8 Don Quijote, de Miguel Elías

Don Quijote, de Miguel Elías

 

 

 

 

 

 

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