Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar esta reseñas escritas por el poeta Manuel Quiroga Clérigo (Madrid, 1945). Quiroga es licenciado en Psicología Social y Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense. Crítico literario, prosista, dramaturgo. Antólogo. Colaborador literario. Fundador del grupo poético “Enero” y actualmente Consejero de la Asociación Colegial de Escritores de España. Poemarios publicados: “Fuimos pájaros rotos” (1980), “Sesenta y seis poemas” (1991), “Volver a Guanajuato” (1997), “De Morelia callada” (1997), “Vigía” (1997), “Versos de amanecer y acabamiento” (1998), “Los jardines latinos” (1998), “Íntima frontera” (plaqueta 1999), “Desolaciones tardías” (2000), “Las batallas de octubre” (2002), “Leve historia sin trenes” (2006), “Crónica de aves (El viaje a Chile)” (2006), Los afectos metódicos (2008), Carta de la campa(i)a” (2010) y “Páginas de un diario” (2010). Ha obtenido numerosos premios y reconocimientos.
Carmelo Guillén Acosta
CARMELO GUILLÉN ACOSTA: “HISTORIA DE ADONÁIS. LA COLECCIÓN DE POESÍA”, RIALP; MADRID, 2016.
En 1943 nació el Premio Adonáis de Poesía otorgando el galardón a los poemarios “Edad del hombre” de José Suárez Carreño, “Arcángel de mi noche” de Vicente Gaos y “El vuelo de la carne” de Alfonso Moreno bajo el signo de “Biblioteca Hispánica”, dirigida por Juan Guerrero Ruiz, aquel amigo íntimo de Juan Ramón Jiménez. Guerrero pretendía contrarrestar la creciente oficialización de la poesía”, según escribía al anunciar el fallo del año 2000 Luis Jiménez Martos.
En el año 1946 cuando Ediciones Rialp se hace cargo de tan importante empeño otorgando el Premio al libro de José Hierro “Alegría”. En “Historia de Adonáis”, Carmelo Guillén Acosta, nos da una completa referencia sobre el tema, dividiendo su libro en tres grandes apartados: “I. Génesis. La etapa de José Luis Cano (1943-1963”. “II. La etapa de Luis Jiménez Martos (1963-2003)” (y) “III.
La etapa de Carmelo Guillén Acosta. (2033-)”,además de otros tres interesantes apéndices que no sólo hablan de Adonáis y, en el libro, regala algunas referencias interesantes como el recordar que fue el poeta Rafael Montesinos quien tuvo la mejor ocurrencia para dar nombre a la empresa poética, igual que su esposa la pintora Marisa Calvo hizo el dibujo de la cicuta, que es el emblema de la longeva Tertulia Literaria Hispanoamericana “Rafael Montesinos”.
Además el libro de Guillén Acosta ofrece una interesante panorámica de la poesía de todos estos años, con nombres, datos y fechas relacionadas con un asunto tan importante para la cultura como es la poesía que se escribe en español o las influencias de aquellos autores traducidos a nuestra lengua y acumulados en esta magna impresa que es, en definitiva, la Colección Adonáis.
Carmelo Guillén Acosta, al centro, en una conferencia
Setenta años después uno de los accésits de 2015, “La doncella sin manos” de la polaca-panameña Magdalena Camargo Lemieszek hace el número 649 de la Colección Adonáis acerca de la cual se puede afirmar taxativamente que, además de gozar de gran prestigio en el ámbito de nuestra lengua, se trata de un fenómeno cultural importante pues al fervor con que se recibe cada nuevo número de la publicación que, además, edita los libros galardonados en otros interesantes premios de poesía de España como el “Florentino Pérez Embid”, el “San Juan de la Cruz”, el “Alegría·” de Santander y libros tanto de poetas españoles como Luis Cernuda, Juan Alcaide Sánchez, etc. y de interesantes traducciones de otras lenguas y antologías periódicas. “Hay que añadir- volvemos a las palabras de Luis Jiménez Martos- , desde el primer momento, su pluralismo de nombres y tendencias, lo que la convierte en un conjunto indispensable para apreciar el contenido y la evolución de la poesía española”.
Actualmente su Director es el Catedrático y, también, buen poeta Carmelo Guillen Acosta (su libro “Envés del existir” fue accésit en 1976) que, en unión de Eloy Sánchez Rosillo, Julio Martínez Mesanza, Joaquín Benito de Lucas y Enrique García-Máiquez concedieron el Premio y los Accésit a los libros que comentamos a continuación. En el acto de presentación del fallo del año 2015, que son los poemarios ahora publicados, se hizo referencia a varios de los finalistas de esta convocatoria y se acogió la lectura de alguno de sus poemas, costumbre que parece se repetirá en posteriores ediciones, además de dar la palabra al poeta Carlos Murciano cuyo libro “Viento en la carne” consiguió un accésit en el año 1954.
Rodrigo Sancho Ferrer, recogiendo el Adonáis
“VAHO” DE RODRIGO SANCHO FERRER,
PREMIO ADONÁIS DE POESIA 2015
Nacido en Canals (Valencia) en 1982 Rodrigo Sancho Ferrer es arquitecto y compagina su profesión con varios proyectos musicales y literarios. En la editorial doméstica “Ochoacostado” publicó “Los paisajes”, poemario finalista del Premio Adonáis 2013. Además de otros galardones con “Vaho” consiguió el Premio Adonáis 2015 En este libro el mundo, los alrededores de la existencia, cobran un valor personal pues amontonan recuerdos, deseos, sueños y metáforas: “Hay que recordar que Hipócrates/ya incluyó la melancolía en su catálogo”, advierte en su “Duda prólogo” y acto seguido proclama “Dejaré el miedo,/en probetas guardado/todo el aire que en vida/pasó por mis pulmones”.
En “Vaho” se va descubriendo todo aquello que está fuera de nuestro entorno, con los cristales velados por las madrugadas, la lluvia o, simplemente, el miedo. El poeta reflexiona en torno a la soledad y al abandono. (“…llegó el viento/y fue levantando lentamente/la sábana de cenizas/y el último estrato de la tierra”), seguramente porque todo cuando se nos acerca forme parte de nuestra particular intimidad, aunque parezca que está lejos.
Leamos “Albahaca fresca”: ”CONSTRUÍMOS un puente de pieles acercándonos/perdemos definición/comienza el ruido de tus ojos/la espina dorsal de la mañana/languidece/como hojas de albahaca fresca//congeladas/por si acaso/más adelante/”.Alrededor del poeta el mundo sigue su andadura, la realidad de acerca a sus versos, la nostalgia se sitúa al lado de los recuerdos: “Suelo preguntarme-escribe-/cómo atraviesan esos gritos/las paredes del sueño y, ya puestos,/de qué material imposible/estarán hechas/-si de maíz o papel,/aire o mármol”.
Vaho, vapor, cierta dosis de niebla, el infinito, el sueño, etcétera forman parte de un edificio lírico y humano don el creador trata de descubrir su propia intimidad y, seguramente, regalárnosla: “CADA uno llena de fantasmas/lo que teme,/lo que no puede abarcar:/una casa, un desierto,/la jungla amazónica-el pasado”. La poesía sigue siendo motivo de reflexiones profundas.
Nelo Curti
“EL LUJO DE PONERNOS TRISTES” DE NELO CURTI,
ACCÉSIT PREMIO ADONÁIS DE POESIA 2015.
Sorprendentes son algunos de los poemas, casi etéreos, del poeta Nelo Curti, uruguayo nacido en 1981, residente en Alicante desde 1998. “El lujo de ponernos tristes” ha sido accésit Adonáis 2015: “ADÓNDE va ese barco/que zarpa de mis cejas/húmedo, celeste,/ansioso/por la tarde/abatida en mis papeles/sátiro, violento/enemigo de las frases/que dispongo contra el tiempo/y los asientos imantados” Curti en unión de un grupo de escritores y pintores fundó la revista literaria “Cuadernos del Tábano” y por su cuenta ha publicado 4 poemarios, en 2008 cofundó el Grupo de Teatro Esquina, algunas piezas originales suyas han llegado a la escena.
El libro ahora comentado es una ilusionante colección de pensamientos idealizados por la necesidad de que, esa capacidad del ser humano para afrontar la tristeza, se convierta en un deseo de buscar la alegría y vivir lo cotidiano con el mejor entusiasmo. Sus poemas, sencillos, vehementes, diáfanos nos enfrentan con esa realidad que supone afrontar cada día olvidando rencores y, con ello, construyendo un universo casi adolescente en que puede encontrarse la felicidad: “Vendo sombrero con viento del 97,/metáforas del mar planchadas/y prácticamente secas,/ojos castaños/con lágrimas a juego,/seriedad destartalada,/fe sin pilas,/corbata transparente,/números rojos/y una suma de amor sin resolver”.
Ese camino hacia la emoción sólo se sustenta con la capacidad del poeta para transformar lo cotidiano. “Hoy descubrí en tus piernas,/donde la falda miente su horizonte…”. A su alrededor bulle la libertad de quien descubre nuevas esquinas cada tarde, odia la represión de sus semejantes, busca el amor y los afectos en cualquier rostro.
Esa es la belleza de sus poemas, de sus insinuaciones métricas.”CREÍ/que/Bach/era/más/importante/que/el/panadero/de/mi/esquina:/hasta que tuve hambre”. Y así seguiríamos hasta reconocer que esos espacios etéreos, ese modo diáfano de mostrar sus cercanías nos permite re-conocer en Curti un interesante poeta.
Hay como una constante rebelión, incluso ante la palabra, que permite construir nuevas leyendas en el ámbito de una poesía fresca, rotunda, vitalista, acariciante: “PARECE que el otoño/llegó de madrugada”, escribe.
Magdalena Camargo Lemieszek
“LA DONCELLA SIN MANOS” DE MAGDALENA CAMARGO LEMIESZEK,
ACCESIT DEL PREMIO ADONÁIS DE POESÍA 2016.
Calificado como un “atrevimiento romántico” el libro de Magdalena Camargo Lemieszek (1987) “La doncella sin manos”, es un “título que trae a la memoria un famoso cuento de los hermanos Grimm”, algunos excesivamente crueles. “Padre, aquí están mis manos./Yacen sobre la hierba, inertes,/como si no hubiesen conocido movimiento”, así comienza el poema que titula el libro.
Nos encontramos con una poesía reflexiva, con grandes dosis de narración y certezas: la autora busca su propia intimidad y la ofrece con la cercanía de quien analiza el entorno y la historia del ser humano: “He soñado con esa ciudad que solo aparece si se nombra/cuando hay sobre las lenguas cierta fiebre”. Igual que la doncella amputada los versos nos llevan por caminos de ingratitud, por veredas de emociones y negaciones, siempre, teniendo cerca la posibilidad de encontrar una felicidad, una esperanza.
Así lo indican las denominaciones de los poemas, como “Breve plegaria contra el olvido”: “Y sobre mi signo otro signo/y sobre el símbolo una piedra”. “Aparición de Nix en el bosque” nos introduce en la fantástica historia (“El romero reverdece/y sus hojas se afilan/como agujas de esmeralda”), y ese fantástico “Sueño dentro de otro sueño” permite recrearnos en una lírica inspirada, repleta de aristas literarias:”Hay un corazón que cuelga en el centro de la sala./Algunos dicen que son gotas de luz/las que van tejiendo una cuerda hasta los límites del suelo/y otros solo ven la vulgar herrumbre de la sangre/que va oxidándose en su curso./No es el aire, dicen unos./Tiene que ser lo terrible de su peso”.
La autora es Diplomada en Creación Literaria, realiza estudios de Lengua y Literatura Española y ha participado en festivales poéticos en América y Europa. “Malos hábitos” y “El espejo sin imagen” ganaron el Concurso de Poesía Gustavo Batista Cedeño y los cuentos “El pájaro y la cometa” y “Todos los cuentos anidan en el vientre” han obtenido menciones en la Universidad Tecnológica de Panamá.
“GLORIA” DE JULIO MARTÍNEZ MESANZA
Comentaremos, finalmente, el nº 650 de la Colección Adonáis, el libro de Julio Martínez Mesanza (Madrid 1955), titulado “Gloria” donde, en principio, llama la atención que un autor joven sepa apartarse de la lírica un tanto caótica, desordenada, laica y acercarse a los misterios religiosos, al Evangelio, a la magnificación de lo divino lo que supone, al menos, una valentía de gran interés para determinados lectores.
Así en estos poemas del 2005 al 2016 Martínez Mesanza, además de las mencionadas alusiones, reflexiona en torno a la existencia humana, pone de manifiesto las emociones, ensaya distintos ritmos líricos y, en definitiva, descubre un mundo abierto a las creencias y a la vitalidad del mundo actual. En “Mar de Mayo”, el poema dedicado a Santiago y Bárbara, dice: “La luz se separó de las tinieblas/y la luz era hermosa y muy paciente:/después del laberinto me esperaba/la llama inmerecida de la rosa,/la sonrisa de yago, el sol de plata/y, al llegar a la marsa, el mar de mayo”.
Cinco grandes apartados van configurando un quehacer propio de indagaciones continuas como es, siempre, un cierto tono ecologista y una defensa de la moralidad tanta veces eludida:”Los barcos empujados a la playa./Los cargueros enormes encallados./Las olas paralelas a la costa./El viento enajenado del sureste/que podría arrastrar consigo el alma./Y la luz para ver tanto desorden,/La luz sin culpa del primer segundo” (“Ghar el Melh”).
El autor descubre el universo, lo analiza, le contempla y habla de cuanto encuentra a su paso, no lejos de los afectos y las dudas. A Rocío Arana, que escribiera aquel sensacional poemario titulado “Pampaluna” dedica: “Yo vi en marzo la nieve de Pamplona,/cuando no merecía luz ni casa./Alba, los ingobernables mulos,/los caballos escuálidos y el frío./De noche, las interminables guardias,/las estrellas cansadas e infinitas”.
Siempre luz en un edén donde, el autor lo conoce bien, funcionan más las armas, la traición, la pobreza y la noche.
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