El poeta y filósofo colombiano Jaime García Maffla
Crear en Salamanca con satisfacción este comentario de David Noria sobre la última antología de Jaime García Maffla (Cali, 1944). Poeta, filósofo y ensayista. Realizó estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de los Andes y un Máster en Literatura en la Pontificia Universidad Javeriana. En su obra se traslucen influencias de la tradición hispánica y del existencialismo. Ha sido catalogado junto a otros destacados poetas, como perteneciente al grupo de la ‘Generación Sin Nombre’. Considerado un experto en la obra de Cervantes, es el autor del prólogo y las notas de la primera edición colombiana del Quijote, y uno de los poetas más relevantes de Colombia y Latinoamérica. Fue cofundador de la revista de poesía ‘Golpe de Dados’, que apareció en 1972, junto con Mario Rivero, Giovanni Quessep y Fernando Charry Lara. En 1997 recibió el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia. Ha sido coordinador de talleres de la Casa de Poesía Silva y profesor de posgrados en Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana y del Instituto Caro y Cuervo, en Bogotá. Actualmente, desarrolla su seminario privado ‘Vida y Poesía’
‘HERIDA DEL JUGLAR. ANTOLOGÍA POÉTICA ÍNTIMA’
Hebel, Santiago de Chile, 133 pp., 2016
I
Dice el poeta: “Vive si puedes/ fueron las tres palabras/ que le dijo a su propio corazón/ al saber que debía/ despojarse de todo e ir al desapego”. Es difícil pensar un desapego como el de entregar –corazón cedido a las edades– los poemas de una vida. Y luego, ¿a quiénes se los entrega el poeta? ¿Sabrá el lector anónimo cuidarlos? En la esperanza cierta de presentes y futuros lectores de su poesía, escribe: “Quedarán,/ como la parte mía no encontrada,/ los ojos que me miran”. Ojos que no lo miran en persona, sino en versos, porque el poeta se prolonga, según prometió Safo.
II
No es hombre necesariamente solitario nuestro poeta, ni busca reclusiones asfixiantes. El carácter de García Maffla es el del hombre de hombres, de plazas sinceras –que son los libros– y de encuentros edificantes –como la lectura–: “Búscate, hermano,/ si llegas a encontrarte/ cuéntame en qué lugar estás/ cómo vives;/ si vives; si te llega/ noticia de tu alma/ si penosa o serena es su navegación”. Él nos comunica el estado de su alma porque ha recibido a su vez las noticias de mil y un años de poesía.
III
Su patria es el castellano. Colombia ha sabido cultivar, de un modo misterioso y discreto, una parcela distintiva entre las mesetas de la lengua. Reacia a los excesos, sobria en sus regímenes y hasta altiva, la lengua colombiana es la mesura enamorada de la claridad. Cualidad de transparencia que nos lava en las aguas de la tradición del Siglo de Oro: “Que la fortuna en creces, si en dobleces rica,/ cuando el cauce descubre de nuestras aguas diáfanas/ no lleva ni convida su curso, ni se vuelve o pregunta/ o raciocina, vuelve/ su mirada a los lares que a nuestro lar vigilan”.
Jaime García Maffla, por Flavia Romani
IV
Su cantiga no oye el Duero, sino el Amazonas, y más que el Amazonas la mar del navío español sometida. “Historias de navegantes/ ¿quién me las ha de contar?/ Un día salieron del puerto/ los navegantes de antes/ con la mañana en sus ojos/ y no regresaron más./ Se perdieron en el mar”.
V
La boca es una herida que habla, gustaba decir Villaurrutia. Por la herida del juglar se de-cantan los sentidos sin nunca agotarse: y más que gotas después de tanto darse hay maná que no deja de fluir, a veces profano y a veces piadoso como el asceta del desierto. “¿Querías un monje?/ ya lo soy, mírame consagrado al rito de tu lecho”.
ENVÍO
Después de todo queda el Oficio de ser pájaros. Dos son los verbos talismanes de este poeta peregrino que anidan en su alma: “Los poetas son como los pájaros:/ ninguna cualidad aparte de volar y cantar/ ninguna posesión que no sea el aire.”
México, septiembre de 2016
David Noria (Ciudad de México, 1993). Mexicano-colombiano. Cursa actualmente su licenciatura en Letras Clásicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, que ha alternado con la especialidad de piano jazz en la Escuela Superior de Música. Participa desde 2014 en el seminario “Interacción de los exilios en México e Iberoamérica” con una investigación sobre Alfonso Reyes y el exilio español.
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