Óscar Colomina i Bosch. Director Titular de la Joven Orquesta Sinfónica
«Ciudad de Salamanca»
Después de 10 años de creación y consolidación hoy la Joven Orquesta Sinfónica “Ciudad de Salamanca” más que un proyecto, es una realidad y un referente nacional en lo que se refiere a Jóvenes Orquestas en España. Sin embargo queda mucho por hacer y, sobre todo tras los atriles están jóvenes músicos que aquí tiene oportunidad de desarrollar su personalidad como miembros de una Orquesta Sinfónica. Y si cada Orquesta tiene una forma determinada está en función de su director, que hace de ella un proyecto común con músicos y profesores.
Óscar Colomina i Bosch es desde la temporada actual el responsable, director artístico y titular de la Joven Orquesta Sinfónica “Ciudad de Salamanca”, en él se unen juventud y experiencia acumulada en una de las escuelas más prestigiosas de Londres la Escuela “Yehudi Menuhin” Estudió dirección con Alan Hazeldine y composición con Malcolm Singer y Simon Bainbridge en la Guildhall School of Music and Drama. En 2010 recibió su doctorado en composición por la Royal Academy of Music, Londres.
No pretendo indagar sobre qué sueños mueven a Óscar, cada fin de semana, a venir desde Londres, a Salamanca para dirigir a esta Joven Orquesta, lo que sí quiero hacer es un análisis de resultados a la vista del último Concierto que tuvo lugar el domingo 10 de junio en el Centro de Artes Escénicas y de la Música de nuestra ciudad.
El Concierto era el Cuarto de esta temporada y el programa era atractivo. Inició el Concierto la obra de Clarinete en La Mayor KV.622 de W.A. Mozart, esta obra que Mozart escribió pocas semanas antes de su muerte, tiene un aura risueña, apacible y etérea que la envuelve. Lara Díaz, clarinetista y directora de viento y madera de la Joven Orquesta “Ciudad de Salamanca”, modeló una lectura diáfana y precisa, mantuvo el soplo firme y produjo sonoridades coloridas en los registros del instrumento. La dirección de Óscar Colomina i Bosch, con inteligencia hizo que la orquesta se oyera diligente y escrupulosamente en los momentos precisos, dejando saborear pasajes deliciosos de la clarinete solista. Los asistentes al Concierto reconocieron la entrega de Lara y los continuos aplausos obligaron a realizar un bis con una magnífica interpretación de Piazzola bella y magistral y un lujo poder escuchar una obra de este autor en una interpretación orquestal.
Completaba el Concierto la Symphony No 104 in D major de Haydn. Aunque titulada «Londres», la Sinfonía 104 de Haydn es tan sólo la última de una serie de doce sinfonías que el compositor escribió durante su estancia en la capital inglesa y con las que puso fin a su contribución al género. La Sinfonía 104 arranca con una serie de solemnes y dramáticos acordes que captan nuestra atención al instante. Siguen unos delicados fraseos que enlazan con una nueva interpretación de ésos mismos acordes iniciales (esta vez sin percusión). Tras darle alguna vuelta más al mismo tema y repetir la estructura citada anteriormente, finaliza el adagio y da comienzo, con la acostumbrada energía de Haydn, el allegro de este primer movimiento. Un movimiento cargado de entusiasmo y colorido que sintetiza todo lo que hace irresistible la música del austriaco. Esas sensaciones de vitalidad y optimismo se prolongan (incluso exageradamente) hasta el final de la pieza, la más larga de la sinfonía. El segundo movimiento es un andante. Presenta la forma de un lied dividido en tres partes, siendo más apacibles la primera y la última y más violenta la central. El tema principal es sencillo, aunque Haydn sabe dotarle de hondura a lo largo del movimiento usando magistralmente melodía y armonía. El tercer movimiento es el minueto. Es el más corto y academicista de los cuatro. Sólo el protagonismo de los instrumentos de viento de madera rompe un esquema rígido, escrito con escrupulosidad por Haydn. Para el Finale el compositor escoge la forma de sonata y aprovecha para introducir la música folclórica en la partitura. El tema principal proviene de una juguetona melodía popular originaria de Croacia y que es manipulada por el compositor en complejos desarrollos que resultan en un brillantísimo final para la última sinfonía de Haydn. Brillantez, entusiasmo y colorido fue a su vez lo que transmitieron Director y Orquesta en su interpretación, evidenciando algo que se saborea en cada Concierto de esta Orquesta, su magnífica profesionalidad con la dirección de un director que ha puesto toda su experiencia, toda su ilusión en la consecución de llevar a la Joven Orquesta Sinfónica “Ciudad de Salamanca” a la consecución de las metas más altas, demostrando que la a la juventud se le deben dar oportunidades para crear arte.
La Joven Orquesta en el Concierto del domingo, 10 de Junio de 2012
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