POEMAS DEL ECUATORIANO GEORGE REYES. PINTURAS DE MIGUEL ELÍAS

 

1 El poeta y teólogo George Reyes

El poeta y teólogo George Reyes

 

Crear en Salamanca tiene le agrado de publicar cinco textos de George Reyes (Los Ríos, Ecuador, 1960), poeta y teólogo residente en la Ciudad de México. Posee un bachillerato, una licenciatura y dos maestrías en Teología, y es candidato a un PhD en Teología. Es Presbítero, profesor, teólogo/escritor, poeta y ensayista. Ha publicado poesía y ensayos literarios y teológicos. Su poesía ha recibido homenaje y  ha sido  incluida  en antologías internacionales de papel virtuales, y está dispersa en diversas revistas literarias de papel y virtuales. Ha publicado el  e-book Hermenéutica posmoderna y hermenéutica bíblica. Tiene varios poemarios inéditos: Filosofía risueña; Signo XXI; El árbol del bien y del mal; Salmo hondo; Mañana; Ese otro exilio, esa otra patria. Es miembro del Movimiento Poetas del Mundo, y otros. Ha ofrecido recitales de poesía. Es editor de  la antología poética Nuestra Voz (Buenos Aires, Argentina: Editorial Tersites, 2015). Ha participado en talleres literarios. Dirige dos grupos de poesía lírica en Facebook. Ha publicado el poemario El azul de la tarde & Dama3Lunas (Santiago de Chile, Chile: Apóstrophes Ediciones, 2015). Su poesía ha sido galardonada en concursos internacionales. Consta en la Enciclopedia de la Literatura en México, FLM-Conaculta.

 

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EL VERSO QUE OLVIDABA

 

Todo en mí es de mañana.

————-Las tardes se acumulan  de rodillas, las roza el viento,

——————–que todo se llevó menos los sueños.

 

La tabla en que escribió mi mano es tu pecho inmenso. 

Allí me soplaste el verso que olvidaba.

Allí  me solfeaste una canción al bostezar el sol.

 

———————Me volviste en esa patria vergel sobreviviente.

—————-La rosa me agacha sus corolas; me roza el terciopelo.

Todo  en ti perdura; todo en ti lo sitia el día.

 

 

 

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CON TU MIRADA ABRIGARME TODO

 

La soledad trazó su paisaje de escombros

La desnudez hostil es su cifra ante el hombre.

Rosario Castellanos

 

 

Es invierno donde es verano.

Estoy sin dosis de ese olor de infantes rosas,

embarcado en días rotos de gran deseo:

 

con tu mirada abrigarme todo el pie errante.

 

En tu mirada estrellaría mi embarcación de llanto.

Con tu mirada doblegaría todo ramal de cesante alondra.

Hacia tu mirada empujaría el espumarajo de océano ausente.

 

 

4

 

 

DAME OÍDO AL FIN

 

Tantas cosas se han disperso en estas noches

que mi insomnio en el cielo esconde;

¿tendré algo más que resbale en el murmullo de mis versos?

 

Empuja en tu oído sustantivos de mi boca,

sin gerundios largos ni puntos suspensivos

que vuelven vagabundo lo que añoro y no lo alcanzo.

 

En esa patria el mundo es diurno,

que  se afirma sin secreto lo azulino de tus flores,

que mi alma se libera cual pájaro posando en rosas.

 

 

5

 

 

DE METAL Y CARNE

 

 

Le advirtió Dios a esas tardes de sabor a piedra

no se lleven tantas cosas mías;

plagiaron la palidez de luna y opacó mi alma.

 

Del naciente sol deshojo plegarias con mis manos.

En la piedad nocturna se ha gastado como espuma el sueño.

Soy de metal y carne en el camino. 

 

Porque esperé en ti, nube de este éxodo  

la carne nacida de mi cuerpo se astilló en la luz,

se hundieron sus pesares al ruido de tu índice. 

 

Dios le advirtió a esas tardes no se lleven tantas cosas mías.

 

 

 

6

 

 

 

SOBRE PÁGINA DE JÚBILO

 

 

Porque esa aurora te alumbra el verbo

estos huesos cuelgo al clavo de tus versos,  

a fin de que los cuelgues en la carne que me habita.

 

Soy hueso, soy carne bohemia que se cae,

en su patria se retuerce con ardor de árbol quemado;

se estira al frescor fallido en su garganta.

 

Me encarnaste hoy en la abundancia de tus manos; 

es que en ellas sobra el verso excelso;

entonces me desplomo de exilio atravesado sobre página de júbilo.

 

 

7

 

Un comentario
  • Ivan Balarezo
    octubre 6, 2016

    Es una grata sorpresa saber de George Reyes, a quien conocí en Quito cuando colaboraba con la revista «Signos de Vida» del Consejo Latinoamericano de Iglesias. Hizo aportes valiosos en varios ensayos cortos y no sabía de su vena poética. Que nuestro Dios siga bendiciendo tu vida, George!

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