Salamanca y el Tormes, de José Amador Martín

Crear en Salamanca tiene el placer de compartirles textos de tres poetas de distintas latitudes. El sudamericano Albeiro Flórez Villa, de la zona caliente colombiana, caribeña. El croata Marku Gregur, traducido por la hispanista Zeljka Lovrencic. Y el cuasi inédito Rafael García Lozano, de la vecina Zamora, pero muy salmantino por los años de estudios en la capital del Tormes.

 

El escritor y filósofo colombiano Albeiro Flórez

 

 

ALBEIRO FLÓREZ VILLA
(Colombia)

 

 

Filósofo de la Universidad de Antioquia con especialización en Pedagogía, en la Unad (Bogotá) Y especialización en Pedagogía de la Recreación, en Los Libertadores (Bogotá). Educador de la Institución Educativa José Celestino Mutis, de Apartadó (Antioquia). Varias obras publicadas entre cuento, novela y poesía. Miembro cofundador y director del Taller de Escritores “Urabá Escribe”. Miembro cofundador de RENATA (Red Nacional de Talleres de Creación Literaria. Ministerio de Cultura. Bogotá.) Hoy Relata. Premio Regional de Poesía “El Gran Urabá”. Premio Departamental de Poesía Seduca. Premio Nacional de Poesía “Fuego en la Palabras” Premio Nacional de Poesía “Ciro Mendía”. Estímulo al Talento Creativo 2014. Antioquia la más Educada. (Cuento – Literatura) con su libro: Los cuentos de la señorita Olier (Cuentos para leer en clase de química).

 

 

Pintura del colombiano Germán Ríos

 

SI ME PIDEN

Si me piden que hable de la guerra
de una pendencia o de un enfado

Si me piden que hable de una metralla
de una pistola o de un misil

Si me piden que hable de la muerte
de una herida o de un pellizco

Diría ahora mismo
que nada de eso cabe en mi cerebro.

Amo la lidia sensual de los amantes
en los estertores del orgasmo

Amo la lujuria mañosa en que se ahogó
el marqués.

Amo la indomable de turno
que busca su faldero entre las barracas.

De eso hablo
la palabra me persigue en el eco perecedero
de una carcajada

La espero entre las barracas
se posa en mi mano

¡¡¡ Delirante!!!

Y juntos hablamos de eso mismo.

 

 

Selva de Urabá, de Gabriel Posada

 

INOCENCIA DEL OCIO

 

Mi amigo Juan Mares siempre ha soñado con atrapar el alma de la poesía

Mi pobre amigo

—el inocente—

Lo ha hecho leyendo en voz alta como tratando de capturarla al vuelo en un crujido, en un fonema o en una sonata.

Lo ha hecho leyendo en silencio periódicos viejos, revistas de usanza y suplementos de pacotilla,

Tratando de revelarla en un galanteo en un amorío o en una aventura.

Lo ha hecho describiendo lo tierno y lo ruin de las centurias de la tierra, de Estatierra.

La pasión celosa y la necesidad cruel de la pantalla chica

Describiendo los sueños de los poteas y los pirontes.

Eso ha hecho
por enseñar el alma de la poesía
mi amigo Juan
el bueno de mi amigo.

 

Obra del colombiano Jenaro Mejía Kintana

 

 

Pero pronto mi amigo Juan fue comprendiendo también que el camino hacia el alma de la poesía no estaba por tanto en la palabra pronunciada, ni en un libro, ni en un periódico viejo, ni en una revista, ni en una descripción.
Que estaba por dentro de una lámina metálica que se abría formando una bola de oro en el vacío.

Por dentro la vio
—mi amigo Juan—
y me la enseñó.

Por dentro del vacío pegada a la pared de oro, como una cera, el alma de la poesía.

El alma de la poesía,
pegada a la pared de oro
como una cera.

— ¡La ves!—
— ¡Mírala ahí!—
— ¡Léela y cópiala en tu alma!—

Decía.

Y la vi
vi la figura de Zeus hablando con Calíope,

Hablando siempre hacia arriba
hacia donde yo iba apoyando mi timón sobre cada línea como en cada verso,

Sobre cada peldaño de la pared de oro, como una cera,
huyendo, huyendo siempre detrás del alma de la poesía.
Huyendo del vacío donde mi amigo Juan moraba como un hombre de bien que siempre ha querido mostrar el alma de la poesía,

—el bueno de mi amigo—

El inocente.

 

Huérfano de Urabá, de la colombiana Cecilia Herrera

 

EN ESTE PUEBLO…

En este pueblo triste
donde nada se ve
y nada se sabe
sólo se oye el murmullo
desamparado de la sangre.
La intimidad del hombre
la dulzura del fruto
la furia sedienta.
Todo
todo puede encerrarse
en una gota de silencio.

 

Pintura del colombiano Alfredo Vivero

 

 

 

LOS AMANTES

 

 

Ajenos al éxtasis
limpios de complicidad
los amantes
exterminan las palabras
con caricias.

Aventura sedienta
juego perfecto de los cuerpos.

Las caricias
son el tono exclusivo
de los amantes.

 

El escritor Marko Gregur

POEMAS DE MARKO GREGUR
(Koprivnica, Croacia, 1982)

Poeta, novelista y cuentista. Ha publicado sus textos en numerosas revistas y antologías, habiendo obtenido varios reconocimientos internacionales

 

TRADUCCIONES DE ZELJKA LOVRENCIC

***

Rodeado de un muro a seco
y la revolución mexicana
la que retrataba
al gran carlitos fuentes
esta mañana
estoy listo
para que derrumben los apriscos
piedra por piedra
que rompan las olas
y cubran la orilla con plástico

esta mañana
en silencio miraba las gaviotas
en la cima de un cerro
azotado por el viento
y el cielo estaba inmóvil
sólo para ella y para mí
era inconcebible

ahora
oigo el grito en la lejanía
que con el aliento lleva el viento
y que corre tras el cerro
pero esto está bien
a veces es necesario
romper la belleza

****

por todos lados a mí alrededor
la vida para y
lamenta reumáticamente
por aquello
que la condiciona
las culebras con dificultad
mantienen el equilibrio
esperando de nuevo
cambiar la piel
los rectos acechan
los mordiscos que paralizan
por todas partes a mí alrededor
la vida es rígida
la vacas mugen
por la libertad a la
que no tienen
nada para regalar
sólo el viento
pasa por la calle
invisible
e incapturable
fuera de la vida
que cada rato
podría caer muerto
sin percibirlo

 

Pintura del argentino Rómulo Macció

 

***

soñé sueños imposibles
en el silencio oscuro de la república
soñé que el año ’45 se hizo historia
y que nadie se extrañó
soñé y que tito* estaba muerto
soñé que no blasfemos a las tumbas
y que no ladramos al mármol
soñé también que la última guerra había terminado
soñé diferente opinión
sin alboroto y sin burla
esta noche soñé la gente
dedicada al día de mañana
soñé el futuro lejano
y cuando desperté
no estaba seguro
que habíamos estado allá
que no habíamos mordido hasta los huesos
que han desenterrado algunas otras personas
a las que no significábamos nada

*Josip Broz Tito (1892 – 1980) – presidente de Yugoslavia (N. de la T.).

 

***

Las cavidades se levantan
alto
conquistan el Sol
y vomitan sobre nosotros
sombras sucias
tinta oscura
pegajosa
se extiende
por las calles
por las líneas en el texto
el vacío llega a ser universal
lo cubre todo
con facilidad transparente
de la nada
a la que es difícil
agarrase
en la que es difícil gritar
explicar
que no la hay
que es una ilusión
y que la cavidad no puede
ser otra cosa que nada
¿ cómo explicar a la nada
que no la hay
y que es inútil
considerar al embalaje
como un producto?

 

Pintura del argentino Rómulo Macció

***
¿ por qué nos encontraríamos
bajo la segura marquesina
de un común denominador?
paseemos por el claro
que sólo el cielo sea
nuestro refugio, medida
así que tú y yo
seamos nosotros
y por favor no hagas
y del cielo el denominador
mírate en él
cuánto quieras
no nos puede separar
un sinnúmero de charcos
poco profundos
de cuya suciedad
se derrama la oscuridad

la mañana se apaga con los sueños
que rebotan por los adoquines
chocan con la niebla de plomo
y pisan la alegría
las mañanas están llenas de vacío
que se acomoda
a la debilidad de los iguales
y gruñe al viento

podemos ser diferentes
mejores
si nos olvidamos de la gente
y busquemos al ser humano
en algún lugar
en el claro
verás
cuando lo
quites
en realidad es igual
que nosotros

 

 

Pintura del argentino Rómulo Macció

***

separo la mirada
de cada uno un poco
para poder ser
comparativo
lo rompo en pedazos
que se reflejan atrás
se entierran profundamente
en el recuerdo
y cortan la esperanza
en el hombre
me envuelve la ceguera
desaparece el color
y se ahoga la luz
cada vez hay menos gente
me asusta y enoja
que la gente desaparezca
se pierde
y se quita de mis ojos

luego
cierro los ojos
los tengo cerrados y me observo
por dentro
la veo
y no necesito la comparación
la dejo
que se derrame en mí
incomparablemente

 

***
pones al hombre
en la piscina
o algo parecido
hay quien sabe como desaparecer
de aquellos expertos
que todo el tiempo
rebuscan por las pantallas.
existen miles maneras
de escapar de la televisión
toda una escala
de crímenes perfectos
que nunca conoceremos
todo lo demás es propaganda
para una noche aburrida
que se compone
con un poco de entrañas
sangre y huesos.
las palabras ya no son suficientes
para estar bien.
(De la colección poética Grafomanía lírica/ Lirska grafomanija).

Rafael García Lozano leyendo sus poemas en Valladolid

RAFAEL GARCÍA LOZANO
(Zamora, 1979)

 

 

Es Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Valladolid (2016), Licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca, Licenciado en Estudios Eclesiásticos por la Universidad Pontificia de Salamanca y Diplomado en Magisterio por la Universidad de Salamanca. Dedicó su tesis doctoral al estudio interdisciplinar de la arquitectura religiosa contemporánea desde la arquitectura, la historia, la historia del arte y la teología, calificada con Sobresaliente Cum Laude por unanimidad. Cuenta con una cuarentena de publicaciones académicas sobre diversos temas de arquitectura, urbanismo, historia, patrimonio y teología y pastoral en revistas especializadas, y a raíz de diferentes congresos en los que ha participado. Colaborador asiduo en prensa, ejerce la divulgación de temas urbanísticos y arquitectónicos, además de sensibilizar para el conocimiento y protección del Patrimonio Histórico. Es profesor de Filosofía y Religión en Bachillerato en su ciudad natal. En febrero pasado ofreció un recital poético en «Viernes del Sarmiento», en Valladolid, dando lectura a varios poemas del conjunto de su producción poética, aún inédita. El recital llevó por título «Cortando el silencio en dos». Sólo unos pocos textos de su obra sido publicados, precisamente en la revista salmantina “Papeles del Novelty”.

Florero, del argentino Rómulo macció

 

 

¿ESTATUAS?

Nunca me lo llegaron a decir
pero lo sé de sobra.

Me gusta hablar con las estatuas
y más si son santos,
como tú, que estás solo,
solo y cansado de estar de pie
a tus años.
Ni siquiera puedes ya con el escapulario.

Así como ahora, envueltos de noche,
acogidos por el frío y alguno que pasa
y nos mira raro.
¡Como si no supieran que las estatuas escucháis!

Muchos pasan, y acaso paran
para llevaros en su recuerdo.
Pero nunca se han parado a escuchar.

Sentados enfrente, un largo rato, sin ruido.

Te estoy poniendo nervioso, lo sé.
Estás respirando más rápidamente porque ves
que estoy descubriendo tu secreto.

¡Vives! Te miro fijamente y no lo puedes evitar.
¿Te rindes? ¡Baja y háblame de inmovilidad!

Aquí, junto a mí, en el banco, podrás contemplar
la belleza a la que le das siempre la espalda.
Yo que tú sería libre y me daría la vuelta
para admirar aquello
a lo que tú mismo te condenas
a dejar atrás.

Baja y susúrrame algo de lo mucho
que, desde que guardas tu secreto,
has vivido.

A mí ya no me lo puedes ocultar,
ni a tu hueco bronce
que no me deja de mirar.

Las estatuas escucháis, ¡claro!.
Sólo hay que poneros nerviosas
mirándoos fijamente, en silencio,
sintiendo vuestro respirar.
(Salamanca, 29.I.2001. A Francisco de Vitoria, frente a San Esteban)

 

Castilla, de Rómulo Macció

NIEBLA

Te sumerges entre las asperezas de este mundo
y nos usurpas hasta la mayor inmediatez.
¿Pero con qué derecho?

¿Quién eres tú para aparecer y desaparecer
sin dar más cuenta de tu paso
que tu sola presencia?

Desciendes y nos envuelves aturdiéndonos
y sólo a lo lejos nos dejas observar
imprecisas ilusiones vítreas y de colores,
que son como una alucinación.

Y haces dibujos, corres un velo entrañable,
como de película de policías y ladrones.
Nos creas confusión y nos arrebatas el sentido,
como jugando al escondite en una maqueta.

Sólo las altas farolas dan testimonio
con un paraguas abierto bajo su cuello,
en hilera, algo vergonzosas,
y dejando a tu paso un dulce rumor a sueño.

Y al final sólo unas hojas caídas
descansan sobre mi ventana.

 

 

Figura amarilla en el agua, de Rómulo Macció

 

 

CONFUNDIENDO UNA TORMENTA CON LOS NIÑOS

Siento el olor a tierra mojada,
a asfalto y goterones de agua
crepitando sobre las hojas de mis árboles.

Alcanzo a tocar, alcanzo
a esconderme tras el marco de la puerta,
a inventar una música de color,
una danza en la puerta de la alegría
para una niña que juegue con las notas
del agua, esperando que llegue el verano.

Entre tanto salto, elevo los brazos al cielo,
giro sobre el eje de la esperanza
y apunto el color de las cosas
en un papel preparado para ti,
oculto en el cemento de los tejados.

Y aunque dejo la guitarra, la tormenta
me sigue confundiendo con los niños
del eterno verano.

 

Obra de Rómulo Macció

 

A CONTRACORRIENTE

¿Qué nos da el verano
bajo la sombra y la caricia
del aire en las orillas
de este río hermano?
Qué viento, qué blancas flores,
qué dulzura de trato con los hombres,
las aguas que nos vivifican
y nos rodean en el chapoteo
de niños en los estanques,
las noches que nos inundan
de sones de cantautor y sueño,
las gotas frescas que riegan
nuestra esperanza al cruzar el río,
la barcaza sin motor
y el paso tranquilo en la siesta,
abrir la tienda a la hora
y los amigos a la puerta, esperando
sellar juntos el paso de los días
con una pinta de cerveza
y un buen café pretendido
en la nueva aurora
junto a las ramas de los árboles
que se nutren de estas aguas
a contracorriente.